La provincia de Madrid también existe
Tengo el placer de dirigirme de nuevo a usted para comentarle una vieja cuestión que, pese a todas las declaraciones de buenas intenciones por parte de su diario, no ha llegado a verse solucionada. No es ninguna novedad que los lectores de EL PAIS residentes en las diversas localidades de la provincia de Madrid nos quejemos de la escasa cobertura que su periódico dedica a las mismas, ni lo es tampoco que ustedes reconozcan sinceramente que tenemos razón, lo que lamentablemente no ha sido corregido en ningún momento por más que desde hace varios meses haya sido notablemente potenciada la sección dedicada a la información provincial, lo que hace todavía más grave esta carencia.
Basta con leer esta sección para constatar que las noticias sobre la capital son mucho más numerosas, más extensamente tratadas e incluso, en ocasiones, bastante más triviales que las procedentes de todo el conjunto de la provincia, las cuales frecuentemente no suelen ir más allá de una breve gacetilla. Para más inri lo más habitual suele ser que Alcalá, Alcobendas, Getafe o Parla aparezcan citadas bien a causa de un suceso (preferiblemente morboso) bien a consecuencia de algún tipo de noticia desagradable, siendo muy raro leer algo positivo referido a cualquiera de estas poblaciones. Huelga decir que esto da como resultado una imagen de estas ciudades sesgada negativamente a pesar de que en ellas, al igual que en cualquier otro sitio, ocurre de todo. Porque, si bien en Alcalá -por poner un ejemplo- hay quien se dedica a tirotear a los chavales de los colegios o quien arranca a su vecina la oreja de un mordisco, también en ella hay constantemente acontecimientos culturales, deportivos, urbanísticos o sociales que sólo en muy raras ocasiones acaban viéndose reflejados en las páginas de su periódico...
Y todavía existen casos mucho más objetivos: Tanto la cartelera y la agenda del suplemento diario como la guía de los jueves están dedicadas fundamentalmente a Madrid siendo la información referida a la provincia escasa e incompleta y eso cuando aparece, que no es siempre. ¿Ejemplos? Vayan algunos: Farmacias de guardia, teléfonos y direcciones de urgencia, temperaturas diarias, actos culturales, museos, restaurantes, bares y discotecas, teléfonos útiles... Los de Alcalá brillan completamente por su ausencia y no porque no existan en ella, sino porque sencillamente ustedes no los ponen.
Quedan todavía algunos detallitos que quizá a los ojos de un madrileño no parezcan demasiado importantes, pero que a los provincianos nos irritan y nos parecen discriminatorios cuando no humillantes. Como, por ejemplo, que ustedes hablen simplemente del ayuntamiento al referirse al de la capital cuando hay un buen puñado de ellos en la provincia y algunos de ellos mayores que los de muchas capitales españolas. O que tachen de pueblos a los municipios de la provincia a pesar de que cuenten con cien o ciento cincuenta mil habitantes, de que tengan un importante pasado histórico o de que, como ocurre con Alcalá, reúnan ambas circunstancias.
Y el colmo llega a ser cuando, como ha ocurrido en el ejemplar de hoy, se nos llega a negar incluso hasta nuestro derecho a tener una identidad propia diferenciada de la de Madrid... Porque, en el artículo dedicado al reciente accidente ferroviario, se dice que cinco de las seis víctimas fueron enterradas en Madrid para, a continuación, especificar que tres lo fueron, efectivamente, en Madrid, la cuarta en Getafe y la quinta en Alcalá. Y, que yo sepa, ni Alcalá ni Getafe son barrios madrileños sino municipios propios y ciertamente bien diferenciados. No se me diga que se referían a Madrid provincia y que si el accidente hubiera tenido lugar en Tudela, pongo por caso, hubieran escrito asimismo Navarra; entre Navarra y Pamplona no hay posibilidad de error, pero en el caso que nos ocupa sí, y al no precisar en la provincia de Madrid no sólo hieren la sensibilidad de las ciudades afectadas, sino que también incurren en una clara desinformación similar a la ocurrida cuando, a raíz de un atentado de ETA en las proximidades de la prisión de Alcalá (y no de Alcalá-Meco, otra incorrección de la que se hace uso y abuso) publicaron ustedes, con grandes titulares, que había tenido lugar un atentado en Madrid.
Pienso que no sería nada difícil potenciar por un lado la información referente a la provincia y, por otro, ser un poco más cuidadosos con la idiosincrasia particular de los municipios de la misma a la par que más fieles a la veracidad informativa. EL PAIS subiría otro peldaño en su nivel de calidad y los lectores de la provincia de Madrid, que somos muchos, quedaríamos asimismo más satisfechos.
Enviada el 6-7-1990 a EL PAIS