Los nombres de los hospitales



Puede que a algunos les resulte enternecedor, pero a mí me parece absurda y ridícula la decisión de Esperanza Aguirre de adular, de forma descarada, a la Casa Real imponiendo a dos de los nuevos hospitales los nombres de dos niñas de corta edad, una de ellas recién nacida, cuyo único mérito en sus cortas vidas consiste en ostentar por puro azar el apellido Borbón.

Y desde luego, lo que ya roza el surrealismo es el hecho de que no sólo las dos infantas no han nacido en un hospital público, sino que además entra dentro de lo probable que no los lleguen a pisar en su vida... Claro está que tampoco me imagino a la señora Aguirre haciendo lo propio, así que todo se queda en casa.


Publicada el 9-7-2007 en 20 Minutos