¿Renunciar a la Ñ?



Tras la lectura detallada de la carta de don Manuel Delgado Iriarte invitándonos a modificar la ortografía del español renunciando a la letra Ñ en aras de no sé que extraño progresismo, desearía aclararle algunas de las lagunas que parece tener tanto en sus conocimientos de lingüística como en los de informática.

Para empezar la Ñ no es una extravagancia española, sino que corresponde a la adaptación fonética del alfabeto latino a nuestro idioma... exactamente igual que sucede en la mayoría de los idiomas que lo utilizan, con caracteres tales como la cedilla u otras muchas letras propias de lenguas como el alemán, las nórdicas o las eslavas. Así pues no es la excepción, sino la regla, y si se da la circunstancia de que en el inglés no existen letras privativas, ello se debe a que nos han impuesto algunas tan superfluas en español como la K o la W que, sin embargo, nadie se ha planteado suprimir.

Por otro lado, conviene no olvidar que el teclado de un ordenador no es como una máquina de escribir, en la que los tipos existían físicamente. En realidad un ordenador es capaz de manejar centenares de caracteres diferentes, incluyendo los de alfabetos distintos del latino, recogidos todos ellos en el código ASCII y en extensiones suyas como Unicode, por lo que basta con cambiar la versión correspondiente del programa denominado “keyboard” para disponer de la configuración del teclado en el idioma que se desee. Ni es tan difícil, ni resulta necesario renunciar a carácter alguno.


Publicada el 1-7-2009 en 20 Minutos