Cajamadrid
Ni Esperanza Aguirre ni Alberto Ruiz Gallardón. Ni ningún otro político. ¿Por qué razón una de las entidades financieras más importantes del país tiene que estar controlada por políticos -sean éstos los que sean- en vez de ser dirigida con criterios estrictamente profesionales?
La cuestión no es baladí. La experiencia demuestra -ahí está el caso de la Caja de Castilla la Mancha- hasta qué punto pueden ser perjudiciales las interferencias políticas en la gestión de las entidades bancarias, y en el propio caso de Caja Madrid conviene no olvidar lo caro que le salió el capricho de Alberto Ruiz Gallardón, cuando era presidente de la Comunidad de Madrid, de financiar a su costa el ruinoso parque de atracciones de la Warner.
Publicada el 28-10-2009 en 20 Minutos