Desde hace unos días, el precio del diario EL PAÍS se ha incrementado en 25 pesetas. Nada tengo que objetar a esta subida, motivada por el incremento de los costes, pero resulta curioso comprobar que ha coincidido con el lanzamiento de un nuevo coleccionable.

Mi pregunta es la siguiente: ¿No hubiera sido mejor mantener los precios y renunciar al coleccionable? Aunque se entreguen sin incremento de precio, es evidente que tienen unos costes que repercuten indirectamente en el precio final del periódico, con el consiguiente perjuicio para todos aquellos que pudieran no estar interesados en los mismos.

He de confesarles que nunca me ha parecido demasiado lógico que los periódicos se convirtieran en una especie de bazares, ya que cabría suponer que a quienes compran el periódico lo que les interesa fundamentalmente es el propio periódico y no todos estos añadidos, con lo cual muchos de los ejemplares de los coleccionables puede que vayan directamente a la basura, perdiendo ustedes, perdiendo los lectores y perdiéndose una buena cantidad de papel malgastado.