Habitualmente suelo realizar el trayecto, en tren de cercanías, entre las estaciones madrileñas de Delicias y Nuevos Ministerios y, como este mes no disponía de abono de transportes, me dirigí a la primera de ellas con objeto de comprar un abono de diez viajes. Para empezar, la taquilla estaba cerrada (debe de llevar así al menos varios meses) y no había en toda la estación ningún empleado de Renfe que pudiera atender a los viajeros en caso de percance o necesidad. Por esta razón intenté adquirirlo en la máquina automática pero, para mi sorpresa, ésta solamente expendía billetes sencillos o de ida y vuelta además de los infantiles y los de jubilados, no siendo posible conseguir ni un abono de diez viajes ni uno mensual.

Obviamente no me quedó otra opción que montar en el tren sin billete, puesto que comprarlo sencillo resulta mucho más caro. En el trayecto no pasó el revisor, lo cual evitó una situación incómoda ya que, al no ser por culpa mía, yo me hubiera negado a abonar un importe mayor que el correspondiente a un viaje del citado abono y, con mucha más razón, una posible multa. Una vez llegado a Nuevos Ministerios procedí a comprar el abono en las taquillas de esta estación y, a continuación, miré por curiosidad en varias de las máquinas expendedoras allí existentes: Ninguna de ellas suministraba abonos.

La pregunta que se me plantea es evidente: ¿Se trata de una grave negligencia de Renfe, de un desprecio hacia los viajeros o, ya puestos a pensar mal, de una forma solapada de aumentar sus ingresos a costa nuestra? Me gustaría conocer la respuesta de boca de sus responsables, pero por si acaso no lo hacen voy a proceder a hacer una reclamación.