Ciudadanos a oscuras



En relación con su editorial de este título, publicada el día 21 de julio, acerca de los continuos apagones de los últimos veranos, me gustaría resaltar la falta de justificación de la hipócrita excusa de las compañías eléctricas, que acostumbran a achacar la culpa de los mismos al uso masivo de los aparatos acondicionadores de aire por parte de sus abonados.

En primer lugar, ya es hora de acabar con ese absurdo tópico de que el aire acondicionado es un lujo y no una necesidad en un verano tan duro como es el nuestro; según esta misma filosofía, los ciudadanos también seríamos “culpables” de gastar agua o usar la calefacción en invierno, pongo por caso.

Además hay que tener en cuenta otra cuestión que suelen callar las compañías eléctricas. En el recibo de la luz pagamos todos los meses una cantidad fija en concepto de potencia contratada, la cual nos pasan al cobro aunque no encendamos una sola bombilla. La justificación legal de este concepto no es otra que el compromiso de la compañía a suministrarnos esa potencia eléctrica en cualquier circunstancia y en cualquier momento, y por tratarse de un máximo (si intentamos consumir más automáticamente salta el limitador de potencia que tenemos instalado en el contador) la conclusión práctica es que normalmente lo estamos pagando de más. Por esta razón, es inadmisible que las compañías eléctricas se rasguen jeremíacamente las vestiduras cada vez que los ciudadanos ejercemos libremente nuestro derecho a consumir una potencia eléctrica que nos están cobrando aunque no la gastemos; si son incapaces de suministrar una potencia global que vía contrato se han comprometido a asumir, y que además cobran, la responsabilidad es suya, y no de nadie más.


Publicada el 23-7-2006 en EL PAIS