La contaminación de los motores diesel



Entresaco varios párrafos del artículo titulado “Más alergias y más severas”, publicado en el suplemento “Tierra” de EL PAÍS de mayo de 2008:

“La clasificación de responsabilidad en cuanto a polución ambiental la encabeza la combustión por gasóleo de los motores diesel”. “El porcentaje de vehículos diesel [en España] ha pasado del 12% en 1992 al 76% en 2007”. “Pólenes que en los años noventa eran inocuos (...) están adquiriendo un alto potencial alergénico por la presencia de partículas diesel en el ambiente”. “Estas sustancias [las partículas contaminantes emitidas por los motores diesel] tienen un efecto multiplicador al pegarse a los pólenes y aumentar la respuesta alérgica en los humanos”. “El asma se ha duplicado en los últimos 20 años”. “Los vehículos diesel emiten hasta seis veces más partículas contaminantes que los de gasolina”.

¿Cómo se ha podido consentir que se llegara a estos extremos? Sobre todo si tenemos en cuenta que, al menos en lo que a los vehículos particulares (los principales responsables del aumento espectacular del parque de motores diesel) respecta, las únicas razones capaces de explicar este incremento son las puramente económicas y no necesariamente en beneficio de los compradores, siendo evidente que la rentabilidad pura y dura ha primado sobre la salud de los ciudadanos. Por si fuera poco, el tan cacareado impuesto ecológico se centra tan sólo en la reducción de las emisiones de CO2, lo cual no digo que esté mal, ni mucho menos, pero sí que me parece insuficiente, ya que se da la paradoja de que un coche que contamine mucho, pero que al mismo tiempo emita relativamente poco CO2, un gas con efecto invernadero pero completamente inocuo para la salud, estará favorecido fiscalmente sobre uno más limpio desde el punto de vista de la contaminación ambiental.

Me pregunto para qué se procuró, no hace tantos años, conseguir unos motores de gasolina razonablemente limpios, sin emisiones de plomo y con un catalizador para el CO (que a diferencia del CO2 sí es tóxico), para luego dejarlos prácticamente arrinconados, y me pregunto también cuánto tiempo se tardará, a partir de la entrada en vigor el 1 de septiembre de 2009 de la Norma Euro 5 de la Unión Europea (que obligará a reducir las emisiones de los motores diesel hasta niveles similares a los de gasolina), en renovar una fracción significativa del parque actual de vehículos diesel que permita alcanzar una calidad del aire que respiramos siquiera similar a la de principios de los años 90. Sin duda, será ya demasiado tarde para muchos.


Enviada el 20-5-2008 a EL PAIS