Me he quedado perplejo al leer unas declaraciones de Fernando Alonso en este periódico en las que el piloto asturiano afirmaba textualmente: “Empecé a pilotar con tres años y tuve que hacer muchos sacrificios, igual que mi familia. Sabía que si no ganaba, tenía que volver al colegio”.

Con todos mis respetos hacia el bicampeón del mundo en particular, y hacia todos los deportistas en general, me parece sumamente preocupante que en este país se pueda labrar una carrera deportiva, por muy brillante que llegue a ser ésta, a costa de algo tan fundamental como es la educación y la formación personal de los niños. Ganen o no ganen, lo prioritario debería ser siempre que aprendieran lo suficiente para poder desenvolverse en la sociedad una vez adultos, ya que de no ser así de poco les habrán de valer a la larga, en lo que se refiere a su vida personal, todos los títulos que pudieran llegar a cosechar a lo largo de su carrera deportiva.