En general, los abonos de viajes para los transportes públicos pueden ser clasificados en dos grupos: los que permiten un número ilimitado de viajes durante un período limitado de tiempo, como el abono de transportes de la Comunidad de Madrid, o los que permiten un número limitado de viajes durante un período ilimitado de tiempo (salvo en caso de cambio de tarifas, debiéndose pagar entonces la diferencia) tal como ocurre con el Metrobús de Madrid, o los bonobuses de la mayoría de las poblaciones españolas.

Sin embargo, Renfe va mucho más allá aplicando una doble restricción a sus bonotrenes de cercanías, dado que éstos sólo permiten realizar diez viajes durante un mes y, pasado este tiempo, los viajes restantes se pierden pese a tenerlos pagados. Esto me parece un abuso intolerable que causa un grave perjuicio económico a los usuarios, pero hasta el momento nadie, ni Renfe ni las autoridades pertinentes, se ha molestado en corregirlo, suprimiendo esta arbitraria fecha de caducidad que a buen seguro está rindiendo pingües beneficios a esta empresa pública.

Y ya está bien, máxime con la que está cayendo.