Superávit... de caradura



Está visto que la desfachatez de nuestros políticos no tiene límite. Según la noticia publicada en este diario, la fallida candidatura olímpica de 2020 habría cerrado su ejercicio con un “superávit” de tres millones de euros, lo que según sus responsables “demostraría” su “gestión prudente”.

Según el DRAE, superávit significa, en su segunda acepción, “En la Administración Pública, exceso de los ingresos sobre los gastos”... y, ¿qué ingresos ha podido haber cuando se trataba de dinero público detraído de otras partidas presumiblemente más necesarias? Hay que tener caradura para decir esto cuando, en realidad, lo que ha ocurrido es que no han llegado a gastar -o a despilfarrar- la totalidad del presupuesto del que disponían para una quimera de muy difícil logro tras la que, en realidad, se escondía un señuelo para distraernos de los verdaderos problemas que nos afligen, que no son pocos, y para hacer que las grandes constructoras, principales responsables de la burbuja inmobiliaria, cuadraran sus balances a costa de ese dinero público que tanto escasea para la sanidad, la educación, la investigación, o para cosas más prosaicas, pero no menos importantes, como los transportes públicos o la limpieza viaria.


Publicada el 1-10-2013 en 20 Minutos