La ley del embudo... islámica
Michelle Obama ha sido ampliamente criticada en círculos islámicos porque durante su reciente viaje a Arabia Saudí, no se cubrió la cabeza con un velo, lo cual según sus censores habría sido una falta de respeto a las peculiares normas islámicas que regulan la indumentaria femenina. Dicho de otra manera, estos críticos interpretan que cuando alguien -y en especial las mujeres- viaja a determinados países islámicos, y en especial a la conservadora Arabia -en otros como Marruecos yo no he visto mayor problema-, tiene la obligación de respetar las reglas locales con independencia de que esté de acuerdo con ellas o no.
Lo curioso es que estos mismos señores que reivindican su derecho a imponer las normas autóctonas también a los visitantes extranjeros, rehúsan de plano obrar de manera análoga respetando las nuestras cuando son ellos los que vienen aquí, tal como lo demuestra el revuelo que montan cada vez que en Europa se intenta regular, siquiera en casos muy concretos, el uso de indumentarias como el burka o el nikab que ocultan por completo la cara, alegando nuestra obligación de respetar sus normas también en nuestros propios países, en un escandaloso ejemplo de la ley del embudo.
Pero lo que aquí se ventila, y esto es algo que parecen olvidar ciertos sectores presuntamente progresistas y feministas de nuestra sociedad, no es un hipotético, equilibrado y en la práctica inexistente respeto mutuo a nuestras respectivas costumbres, sino algo muchísimo más importante como lo son los derechos humanos más fundamentales y en especial los de las mujeres, totalmente discriminadas por la simple razón de su sexo. Y no se trata del único colectivo marginado, tampoco lo olvidemos.
Enviada el 1-2-2015 a 20 Minutos