Un anuncio sorprendente
Había pensado decir que me sorprendió el anuncio publicado hoy en la contraportada de la edición de Madrid, pero esto sería quedarme corto; más bien, me ha indignado.
En él, una conocida cadena de comida rápida ofrece trabajo para repartidores a domicilio, tras lo cual se enumeran los requisitos que habrán de cumplir los aspirantes. El primero consiste en tener un carnet de conducir que permita circular en ciclomotores o motos, lo cual es del todo lógico. Sin embargo, es a partir de este punto cuando la lógica comienza a naufragar, ya que también se solicitan -copio textualmente- estudios superiores o similares, conocimientos de literatura, matemáticas, historia, geografía, política, deportes y otras materias de cultura general, habilidades lúdicas como destreza en videojuegos y, por último, se valorarán también aptitudes musicales y de canto.
Fue tal mi perplejidad que tuve que volver a leerlo, ya que por un momento pensé que en realidad tal anuncio debería ir dirigido, conforme los distintos apartados, a doctorandos, concursantes de Saber y ganar, jugadores profesionales de videojuegos y estudiantes de conservatorio... todo en uno, y eso que, algo es algo, al menos no se exige superar unas pruebas físicas similares a las de los bomberos o haber ganado el concurso MasterChef, lo que no evita que los candidatos elegidos tengan que ser lo más parecido posible a un humanista del siglo XVI reencarnado en nuestros días. Realmente, no era consciente hasta ahora de que tal bagaje cultural, más indicado sin duda para una oposición, fuera necesario para repartir hamburguesas.
Eso sí, confío que el sueldo que perciban quienes resulten seleccionados esté en consonancia con tan apabullante currículum, porque desde luego se lo merecerán con creces.
Enviada el 11-12-2017 a 20 Minutos