La huelga de los controladores aéreos



¿Imaginan ustedes una huelga de médicos en la que dejaran morir a los pacientes? ¿O una de bomberos en la que éstos, de brazos cruzados, permitieran que ardieran barrios enteros? ¿O una de policías que convirtiera a los delincuentes en los dueños de las calles? Pues estos casos, por fortuna hipotéticos, son muy similares a lo ocurrido con la huelga salvaje de los controladores aéreos.

Independientemente de que este colectivo pudiera tener o no razón en sus reivindicaciones; independientemente también de que la inmensa mayoría de los españoles consideremos que disfrutan de unos privilegios injustificables mientras gran parte de la población, incluidos los más de cuatro millones de parados, sufre los efectos de la crisis económica, la irresponsabilidad de estos individuos no tiene nombre, y desde luego les priva de cualquier argumento que pudieran esgrimir en su defensa.

Es de esperar que las medidas anunciadas por el gobierno se apliquen a rajatabla haciéndoles asumir con todas las consecuencias no sólo la responsabilidad laboral y la civil de sus actos sino también, si procede, la penal, ya que su conducta ha rebasado todos los límites posibles de la tolerancia. Y es de esperar, asimismo, que sirva de precedente para atajar prácticas similares de otros colectivos laborales que hasta ahora han venido quedando impunes, como ocurrió con la pasada huelga salvaje del Metro madrileño de hace unos meses. Ya está bien de privilegios y de abusos cuyas únicas víctimas solemos ser los ciudadanos indefensos.


Publicada el 9-12-2010 en ADN