Prietas las filas



En estos tiempos en los que cada vez más españoles estamos convencidos de que al señor Rodríguez Zapatero y a su gabinete les ha desbordado la crisis en la que estamos sumidos, y cuando son asimismo muchos los analistas que proclaman que la mejor solución para nuestro país sería su dimisión y sustitución por otro correligionario suyo capaz de afrontar con mayor decisión los tiempos duros que corren, al PSOE, tan sólo se le ha ocurrido recurrir a un multitudinario acto de catarsis colectiva en la cual los próceres del partido, encabezados por un Felipe González que no se puede decir que hubiera sido nunca proclive a su sucesor, han cerrado filas como un solo hombre para arropar a su desnortado secretario general, lanzando el mensaje no sé si subliminal o explícito de que todo ataque contra él sería considerado como un ataque contra el PSOE.

Nos encontramos, pues, frente a una muestra más del secular corporativismo hispano, con el agravante en esta ocasión de que demuestra de forma palpable como los intereses partidistas se imponen una vez más a los de esa nación por la que deberían velar como gobernantes de ella que son.




Aclaraciones a los comentarios de los lectores 1

Quede bien claro que no pretendo defender al PP, al que también hay que echar de comer aparte. Lo que yo pretendo es criticar el corporativismo de los partidos políticos, no su gestión... y en esta ocasión le ha tocado al PSOE. Por supuesto que el PP obra de forma similar, léase el caso de la votación unánime a favor de meternos de hoz y coz en la malhadada guerra de Irak sin la más mínima disidencia... de ahí que en mi párrafo final critique el corporativismo de los partidos, y no sólo -hubiera sido injusto- el del PSOE.




1 La carta fue publicada en la edición electrónica de 20 Minutos, suscitando una serie de comentarios entre los lectores a los que respondí con esta puntualización.


Publicada el 14-6-2010 en la edición digital de 20 Minutos y el 15-6-2010 en 20 Minutos