Hace unos años, en los tiempos del monopolio, Telefónica entregaba gratuitamente la guía telefónica a sus abonados, en mano y retirando la del año anterior.

Ahora, por el contrario, llegas un día a casa y te encuentras con dos gruesos tochos (las páginas blancas y las amarillas) tirados al lado de tu puerta. Da igual que no seas cliente de Telefónica. Da igual que no vayas a utilizarlas ni una sola vez porque prefieres buscar los teléfonos por internet. Da igual que al día siguiente acaben en el contenedor de papel, y eso con suerte. Da igual que les estén indicando “amablemente” a los ladrones las viviendas de las que en esos momentos se encuentran ausentes sus propietarios.

Eso sin contar, claro está, el derroche inútil de papel que supone esta iniciativa, ahora que tanto se habla de preservar los bosques.