Está más que demostrado, en lo que respecta a las grandes obras de infraestructura que afectan a una población, pero que no son competencia municipal sino de los gobiernos central o autonómico, que cuando su alcalde no llora, la ciudad no mama, y tenemos ejemplos como los de Getafe en los que a base de ponerse pesados han conseguido muchas cosas que en Alcalá ni soñamos. Por injusto que pueda parecer, la única manera de conseguir cosas es haciendo política de pasillo, algo que tanto el alcalde complutense actual como sus antecesores no se puede decir que hayan practicado en exceso.

Y no me sirve la sobada excusa de que, cuando la filiación política del alcalde es diferente de la de estas dos instancias, poco es lo que se puede rascar... porque esta afirmación no es cierta en absoluto. Hagamos un poco de historia desde 1983 (fecha de constitución de la CAM) para acá para demostrarlo.

Entre 1983 y 1995 hubo en Alcalá tres alcaldes socialistas (Arsenio Lope Huerta, Teodoro Escribano y Florencio Campos), mientras en la CAM estaba Joaquín Leguina y en España gobernaba Felipe González. Triplete socialista, pues, que sirvió de bien poco.

De 1995 a 1999 fue alcalde Bartolomé González, en la CAM estuvo Alberto Ruiz Gallardón y el presidente del gobierno fue José María Aznar desde 1996. Triplete del PP en esta ocasión, que sirvió todavía de menos.

De 1999 a 2003 recobró el PSOE el ayuntamiento alcalaíno con Manuel Peinado de alcalde, mientras seguían Ruiz Gallardón en la CAM y Aznar en España. Resultado: cero patatero.

Entre 2003 y 2011 tenemos de nuevo a Bartolomé González de alcalde, Esperanza Aguirre preside la CAM y, desde 2004, el presidente español es José Luis Rodríguez Zapatero. Pese a la buena sintonía personal entre Bartolomé González y Esperanza Aguirre en la práctica poco es lo que se ha sacado, campos del golf aparte, en comparación con otras poblaciones de la provincia de similar importancia.

En contraste Pedro Castro lleva gobernando ininterrumpidamente la alcaldía de Getafe desde 1983, por lo que ha coincidido a lo largo de estos casi treinta años con todas las combinaciones posibles... y siempre ha rascado, tanto del PSOE como del PP. El enterramiento de las vías del tren fue en el año 2000 bajo el gobierno de Aznar -dicen que a regañadientes por tratarse de un proyecto heredado del anterior ejecutivo socialista, pero lo cierto es que lo hicieron-, mientras el Metrosur fue construido por Gallardón. En ambos casos, pues, las dos mayores obras de infraestructura realizadas en este municipio sureño fueron llevadas a cabo por las administraciones nacional y autonómica cuando estaban gobernadas por el partido contrario al que administraba el municipio getafense.

¿Casualidad? En modo alguno. Insisto en que no es cuestión de afinidades o discrepancias políticas, sino de saberse mover -y, claro está, querer hacerlo- por las instancias adecuadas, así como ser suficientemente persistente en las reivindicaciones. Es cierto que el actual alcalde complutense no lo ha hecho significativamente peor que sus predecesores, pero tampoco mejor. Y así nos ha ido.

Blanco y en botella...