Zapatero, a tus zapatos



Respecto al anuncio de que los concejales de Izquierda Unida del ayuntamiento de Alcalá de Henares “exigirán” -el entrecomillado es mío- en un próximo pleno municipal que se retiren todos los símbolos “franquistas o de exaltación de la dictadura” existentes en edificios y viviendas, me gustaría preguntar quiénes son ellos para imponer su santa voluntad incluso a los ciudadanos particulares.

No es cuestión de simpatizar o no con el franquismo -yo no simpatizo con él en absoluto-, es cuestión de no tolerar que nadie decida por ti, cosa que siempre les ha gustado mucho a los comunistas.

Mientras tanto, más valdría que se preocuparan por los verdaderos problemas de los alcalaínos, aquellos para los que fueron votados, en vez de dedicarse a marear la perdiz haciendo brindis al sol sin venir a cuento. Ah, que para eso hay que trabajar... lo había olvidado.




Addenda

Y, como al parecer era inevitable que me cogieran el rábano por las hojas, voy a intentar explicarlo todavía más claro... aunque me temo que poco ha de servir intentar razonar frente alguien que se mueva exclusivamente en base a posturas ideológicas.

Punto uno: lo que yo critico de los concejales de Izquierda Unida no es su opinión, con la que estaré de acuerdo o no, sino su inveterada manía de meterse en camisas de once varas enfrascándose en temas que no son de su competencia. Y me da igual que haya una ley por medio, también hay una ley que prohíbe atracar y yo no voy por ahí intentando detener atracadores, porque no es mi competencia, lo cual no creo que me convierta en cómplice suyo.

Dicho con otras palabras, zapatero a tus zapatos. Y si estos señores aún se dedicaran a estas cosas en sus ratos libres, pues vale. El problema es que, mientras tanto, tienen completamente desatendida la labor para la que fueron elegidos, que no es la de perseguir símbolos franquistas sino hacer que Alcalá mejore, algo que al parecer no les preocupa demasiado. Por otro lado, díganme ustedes con qué autoridad tienen derecho a entrometerse en los asuntos privados de los ciudadanos; por fortuna, ésta no es la Rusia de Stalin.

Punto dos: mira que están obsesionados con algo que desapareció hace ya cerca de cuarenta años, por más que resulte evidente que, por mucho que se borren unos símbolos, jamás se podrá borrar la historia; ojalá pudiera hacerse así. Además, ya puestos, ¿por qué pararnos en los símbolos franquistas? Borremos todo lo que homenajee a Fernando VII -la madrileña Puerta de Toledo, por ejemplo-, ya que fue un canalla integral, y destruyamos todo lo que recuerde cualquier tipo de opresión: el Palacio de Oriente como símbolo del absolutismo real, las iglesias y las catedrales como símbolo del oscurantismo religioso, el acueducto de Segovia por provenir del imperialismo romano, las pirámides de Egipto por haber sido fruto de la tiranía faraónica... expurguemos el Museo del Prado de retratos de reyes y de pintura religiosa. Censuremos todo cuanto en la literatura recuerde a despotismos pasados... absurdo, ¿verdad? Porque, a no ser que se intente emular al protagonista de 1984, la genial novela de Orwell, el pasado seguirá estando allí con símbolos o sin ellos.

Mientras tanto, Alcalá continuará estando hecha un asco con la plena complicidad, eso sí, de los concejales de Izquierda Unida. Y esto es lo que realmente me importa.


Publicada, como comentario de una noticia, el 18-6-2012 en la edición digital de Diario de Alcalá