La asignatura de Religión



Respecto a la polémica que se ha desatado acerca de la validez académica de la asignatura de Religión, mi opinión personal es que se está tergiversando algo que para mí está bastante claro.

Por un lado están quienes pretenden imponer, en el mejor estilo franquista, no la religión, sino el adoctrinamiento católico. Y por el otro, asoman aquellos a los que les salen ronchas cada vez que oyen la palabra religión, ignorando que el fenómeno religioso impregna, nos guste o no, nuestra historia, nuestra cultura y nuestra sociedad... y que no podríamos prescindir de él sin mutilar gravemente nuestra herencia.

Y entre unos y otros la casa sin barrer, cuando para mí tener conocimientos sobre las religiones -ojo, hablo en plural- es tan importante como saber historia, ciencia, o cultura. En resumen, defiendo que la gente sepa de religión, o religiones, como cualquier persona culta sabe distinguir entre una catedral gótica y una románica, cuando ve el cuadro de Sansón y Dalila e identifica el episodio bíblico correspondiente, o cuando sabe entender por qué los musulmanes celebran el ramadán o no comen carne de cerdo. Todo lo demás es incultura, por un lado, o clericalismo impuesto por el otro, todo lo cual rechazo.


Enviada el 26-5-2013 como comentario a un artículo en la edición digital de EL PAÍS