Sobre la huelga feminista del 8 de marzo
Éste es un ejemplo típico de apropiación de un fin noble (¿quién medianamente decente puede estar a favor de la discriminación por sexo, o de cualquier otro tipo?) para manipularlo políticamente en busca de unos intereses muy definidos. El problema, en definitiva, no es el fondo, tan evidente que ni siquiera necesita ser cuestionado, sino las muy discutibles formas y todo lo que hay detrás de ellas.
Eso sin contar, claro está, con el totum revolutum del manifiesto que lo apoya, que parece haber sido redactado por los guionistas de La vida de Brian. Lo menos que se puede pedir es seriedad y no mezclar las churras con las merinas, todavía más en un caso tan serio y tan importante como éste.
Publicada el 6-3-2018 en EL PAÍS