Reflexiones sobre la Memoria Histórica



En relación con mi carta La velocidad y el tocino, y dado que tras su publicación en la edición digital de este periódico detecté la posibilidad de malentendidos -en unos casos sinceros, en otros interesados-, considero conveniente puntualizar que me parece de justicia abrir las fosas comunes y dar un entierro digno a todas las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, algo en lo que cualquier persona de buena fe tendrá que estar necesariamente de acuerdo. Por otro lado, conviene recordar asimismo la conocida frase que afirma que todo pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo... y yo no quiero que se vuelva a repetir un desastre de tamaña magnitud.

Otra cuestión muy distinta, y ahí me reafirmo en mi crítica, es que se intente sacar provecho político de algo que es una simple cuestión de humanidad y de justicia, tanto me da si es para intentar maquillar los desmanes del franquismo o, justo lo contrario, para promover un revanchismo tardío y completamente fuera de lugar. Convendría no olvidar que los políticos de la Transición, mucho más sensatos que los actuales, decidieron, hace ya más treinta años, dejar el tema de la Guerra Civil circunscrito al ámbito de los historiadores, una decisión que no se puede tildar sino de acertada. Rescatemos a nuestros muertos y honremos su memoria,


Publicada el 29-4-2010 en la edición digital de 20 Minutos