Carlos
San Carlos Borromeo
Carlos es un nombre de origen germánico cuyo significado se atribuye normalmente a fuerte o viril, aunque otros autores le dan el significado más piadoso de hombre prudente. Tiene varios femeninos: Carla, Carlota, Carola, Carolina o Carlina.
En otros idiomas nos encontramos con las variantes Charles, Charl, Charlie, Carlo, Carl, Karl, Karel, Karoli y su latinización Carolus, para el masculino y Caroline, Carol, Charlotte, Charlize, Charlene o Charline para el femenino.
Santoral
Este nombre es relativamente reciente en el santoral, puesto que el más conocido de los santos homónimos es San Carlos Borromeo, nacido en Arona (Italia) en 1538 y muerto en 1584 en Milán, de donde era arzobispo y cardenal. Miembro de una de las familias más nobles de Italia y doctor en Derecho por la universidad de Milán, a lo largo de su vida desempeñó importantes cargos eclesiásticos tales como secretario de estado del papa Pío IV o secretario general del Concilio de Trento, amén del ya citado arzobispado milanés. Su festividad se celebra el 4 de noviembre.
Otros santos de este nombre son San Carlos de Sezze, un franciscano nacido en 1620 en el seno de una familia humilde en el pueblo italiano de Sezze y fallecido en 1670, cuya festividad se celebra el 25 de septiembre; San Carlos Garnier, jesuita asesinado en 1649 por los indígenas de la provincia canadiense de Ontario, por lo cual la Iglesia le honra como mártir el 19 de octubre; San Carlos Hyon Song-mun, coreano martirizado en 1846 (fiesta el 19 de septiembre); San Carlos Luanga, uno de los 26 mártires de Uganda asesinados en 1886 por el reyezuelo ugandés Muanga, con fiesta el 3 de junio; San Carlos de San Andrés, religioso pasionista irlandés nacido en 1821 y fallecido en 1893, o San Carlos de Foucault (1858-1916, fiesta el 2 de diciembre), un ex-militar francés que tras cambiar las armas por el hábito trapense marchó como misionero al desierto del Sahara, donde fue asesinado por los tuaregs en 1916. A ellos hay que sumar alrededor de una quincena de beatos, alguno de los cuales es probable que pasado un tiempo sea asimismo canonizado. A título de curiosidad cabe añadir que el rey inglés Carlos I, decapitado por orden de Cromwell en 1649, es considerado mártir y santo por algunas ramas de la iglesia anglicana.
Monarcas y gobernantes
A diferencia de José, han sido numerosos los monarcas que han ostentando este nombre, solo o compuesto, entre ellos cinco reyes españoles incluyendo al emperador Carlos V y a Juan Carlos I. A ellos hay que sumar dos príncipes herederos, ambos malogrados: Carlos, hijo de Felipe II, y Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV; tres reyes navarros -aunque el primero de ellos fue en realidad Carlos IV de Francia-, al también navarro príncipe de Viana, considerado por algunos como Carlos IV. Por último, cabe reseñar a varios pretendientes al trono español tales como el archiduque austríaco Carlos, futuro emperador Carlos VI, durante la guerra de Sucesión, y los tres carlistas, cada uno de ellos con su guerra correspondiente, que se autotitularon a lo largo del siglo XIX con los ordinales quinto al séptimo. Ya en el siglo XX, y de una manera mucho más testimonial, hubo otros pretendientes carlistas entre los que se contaron un Alfonso Carlos, un Carlos VIII y un Carlos Hugo.
Fueron varios los infantes españoles de este nombre, como Carlos de Austria, hijo de Felipe III; Carlos Tancredo de Borbón y Borbón y Carlos de Borbón-Dos Sicilias, y las infantas Carlota Joaquina de Borbón y Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias.
Franceses y alemanes comparten a Carlomagno, nieto de Carlos Martel, y a Carlos el Calvo, nieto a su vez de éste, llegando posteriormente los reyes franceses hasta el ordinal X y los emperadores alemanes al VII incluyendo a nuestro Carlos I, V de los suyos. A los monarcas franceses se puede sumar también el emperador Napoleón III, cuyo nombre completo era Carlos Luis Napoleón.
En Suecia los Carlos han sido dieciséis; en el reino de Saboya-Cerdeña cuatro; en Hungría cuatro, los dos últimos emperadores respectivamente del Sacro Imperio Germánico y del imperio austrohúngaro; en Rumanía dos, y en Portugal uno. En Sicilia y Nápoles fueron tres los Carlos de la dinastía Anjou, a los que hay que sumar como rey exclusivo -no considero a los monarcas españoles, franceses o austríacos que fueron también soberanos de este reino- al futuro Carlos III de España.
Inglaterra y Escocia -el reino unificado de Gran Bretaña no se estableció hasta principios del siglo XVIII- contaron con dos monarcas de nombre Carlos que reinaron en el siglo XVII, a los que se suman el actual Carlos III y el fallido pretendiente al trono Carlos Eduardo Estuardo, biznieto de Carlos II. El imperio austrohúngaro, además de los monarcas anteriores que ostentaron el título imperial alemán, contó con el archiduque Francisco Carlos, padre de Francisco José I, aunque no llegó a ser emperador; con Carlos Luis, príncipe heredero que renunció a sus derechos sucesorios en favor de su hijo Francisco Fernando; con el también archiduque Fernando Carlos, hijo del anterior, y con Carlos Francisco, nieto de Carlos Luis que se convirtió en el último emperador de la monarquía austrohúngara, con los ordinales I de Austria y IV de Hungría, tras la muerte de su tío abuelo Francisco José I.
Hubo asimismo varias reinas consortes: Carlota Amalia de Dinamarca y Noruega; María Carolina de Austria, esposa de Fernando IV de Nápoles y madre del malogrado príncipe heredero Carlos Francisco; Carolina de Baden, esposa de Maximiliano de Baviera, y Carlota Amelia, a la que su matrimonio con el archiduque Maximiliano le convirtió primero en archiduquesa austríaca y posteriormente en efímera emperatriz de México. Lo hubiera sido también, de Sajonia en este caso, otra María Carolina de Austria fallecida varios años antes del advenimiento al trono de su esposo Federico Augusto II.
No podemos olvidar, aunque no tuvieran título de reyes, a Carlos el Bueno, conde de Flandes beatificado en 1884, Carlos el Temerario, duque de Borgoña, y Carlos I de Gonzaga-Nevers, duque de Mantua y del Monferrato; a los electores de Baviera Carlos I Luis y Carlos Teodoro; a los príncipes de Liechtenstein Carlos I y Carlos Eusebio; al gran duque Carlos Federico de Baden; a los duques Carlos II y Carlos III -Carlos I fue el futuro Carlos III de España- de Parma; a la gran duquesa Carlota de Luxemburgo y a los tres Carlos que fueron príncipes de Mónaco, junto con su descendiente la princesa Carolina y la actual princesa consorte Charlene Wittstock. Personajes importantes en la historia francesa durante las guerras de religión del siglo XVI fueron Carlos de Lorena, o de Guisa, que junto con su hermano Enrique de Guisa encabezaron la facción católica enfrentada a los hugonotes, y el cardenal Carlos de Borbón, pretendiente fallido al trono francés.
Bajo la variante Carlomán nos encontramos con el hijo primogénito de Carlos Martel, el hermano menor de Carlomagno, el también franco Carlomán de Baviera y el rey francés Carlomán II.
A título anecdótico puede citarse también a Robert Charles Frederic, flamante rey entre 1824 y 1842 de la nación misquita, un presunto reino inventado por Gran Bretaña y -faltaría más- sometido a su protectorado en la costa atlántica de Nicaragua.
Han sido numerosos los presidentes de países hispanoamericanos -junto con Brasil y Filipinas- tocayos míos: Carlos Soublette, Carlos Pellegrini y Carlos Menem en Argentina; Carlos Blanco Galindo, Carlos Quintanilla Quiroga y Carlos Mesa Gisbert en Bolivia; Carlos Luz (Brasil); Carlos Holguín Mallarino, Carlos Eugenio Restrepo y Carlos Lleras Restrepo en Colombia; Carlos Duran Cartín en Costa Rica; Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, Carlos Hevia, Carlos Mendieta y Carlos Prío Socarrás en Cuba; Carlos Ibáñez del Campo y Carlos Dávila Espinoza en Chile; Carlos Morales Languasco en la República Dominicana; Carlos Freile Zaldumbide, Carlos Freile Larrea, Carlos Alberto Arroyo del Río, Carlos Mancheno Cajas, Carlos Julio Arosemena Tola y Carlos Julio Arosemena Monroy en Ecuador; Carlos P. Garcia en Filipians; Carlos Herrera y Luna, Carlos Castillo Armas y Carlos Manuel Arana Osorio en Guatemala; Carlos Céleo Arias Lope, Carlos Roberto Reinay Carlos Roberto Flores en Honduras; Carlos Salinas de Gortari en México; Carlos José Solórzano Gutiérrez y Carlos Alberto Brenes Jarquín en Nicaragua; Carlos Antonio Mendoza y Juan Carlos Varela en Panamá; Carlos Antonio López y Juan Carlos Wasmosy en Paraguay; Carlos Salazar Castro, Carlos Ezeta, Carlos MeléndezCarlos Humberto Romero en el Salvador; Carlos Federico Lecor y Carlos Anaya en Uruguay, y Carlos Delgado Chalbaud y Carlos Andrés Pérez en Venenuela.
A ellos se suman los presidentes europeos Karl Carstens en Alemania, Charles de Gaulle en Francia y Carlo Ciampi en Italia junto a Karl Dönitz, efímero sucesor de Hitler entre el suicidio de éste y la rendición de Alemania a los aliados. Por su parte Charles Michel, de nacionalidad belga, ha ocupado el importante cargo de presidente del Consejo Europeo. En Norteamérica ejercieron como vicepresidentes -hasta ahora no ha habido ningún presidente- Charles Warren Fairbanks, Charles Gates Dawes y Charles Curtis. Ya en África, Charles Ghankay Taylor fue presidente -en realidad dictador- de Liberia entre 1997 y 2003, y tras ser derrocado fue detenido, juzgado y condenado como criminal de guerra.
En España contamos con los presidentes de gobierno Carlos Martínez de Irujo y Carlos Arias Navarro; los ministros Juan Carlos Aparicio, Carlos Bustelo, Juan Carlos Campo, Carlos Cañal, Luis Carlos Croissier, Carlos Franco, Carlos Navarro Rodrigo, Carlos Pérez Bricio, Carlos Robles Piquer, Carlos Romero, Carlos Solchaga y Carlos Westendorp, y los presidentes autonómicos Carlos Garaicoechea en el País Vasco, Juan Carlos Rodríguez Ibarra en Extremadura y Carlos Collado en Murcia.
Otros políticos importantes fueron los revolucionarios -cada uno en su estilo- Charles Carroll, padre de la independencia norteamericana; Charles Maurice de Talleyrand, personaje capital en la Francia revolucionaria y posrevolucionaria, y el alemán Karl Liebknecht, cofundador de la Liga Espartaquista.
Aunque ningún papa ha adoptado hasta ahora el nombre de Carlos tras su elección, sí hubo dos que lo tenían como nombre propio: Clemente XIII, que se llamaba Carlo della Torre di Rezzonico, y Juan Pablo II, de nombre Karol Wojtyla.
Personajes célebres
Entre los numerosos personajes célebres que han ostentado este nombre podemos recordar a los escritores en lengua inglesa Charles Bernstein, Charlotte Brontë, Charles Brookfield, Charles Bukowski, Charles Dickens, Charles Dodgson -más conocido como Lewis Carroll-, Charles Francis Keary, Charles Sedley y Charles H. Taylor; los franceses Charles Baudelaire, Charles Brifaut, Charles Collé, Charles Duveyrier, Charles Granvallet, Charles-Georges Le Roy y Charles Perrault; los italianos Carlo Collodi, Carlo Goldoni, Carlo Levi, Carlo dOrmeville y Carlo Zangarini; el checo Karel Capek; el alemán Karl May y el austríaco Karl Kraus.
A ellos se suman los españoles Carlos Arniches, Carlos Barral -más conocido por su faceta de editor-, Carlos Blanco Hernández, Carlos Bousoño, Carolina Coronado, Carlos Fernández Shaw, Carlos García Gual, Carlos Miralles Solá, Carlos Murciano, Carlos Edmundo de Ory, Carlos Rojas, Carlos Pujol Jaumandreu, Carlos Ruiz Zafón y Carlos Zanón, junto con los mexicanos Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis y el uruguayo Juan Carlos Onetti. Dentro del ámbito de la ciencia ficción habría que añadir además a Carlos Buiza, Carlos Saiz Cidoncha y al hispano italiano Carlo Frabetti.
También cabe reseñar a los músicos Carl Philipp Emanuel Bach, Carlo Gesualdo, Carlos Gomes, Charles Gounod, Carlos Guastavino, Charles Ives, Carl Otto Nicolai, Carl Nielsen, Carl Orff, Carl Reinecke, Karlheinz Stockhausen, Karl Maria von Weber, Charles-Marie Widor y Charles Wuorinen, junto con los directores Karl Böhm, Charles Dutoit y Carlo Maria Giulini y el cantante de ópera Carlo Broschi, más conocido como Farinelli. En España tenemos a los compositores Carlos Castellano Gómez y Carlos Palacio, el tenor Carlos Munguía, el barítono Carlos Álvarez y el gaitero Carlos Núñez.
Dentro de las artes plásticas tenemos a los escultores Charles Robinson Sykes y Charles Ray y a los pintores Carlos Morel, Charles Collins, Charles James Adams, Charles Leslie, Charles Webster Hawthorne, Charles Auguste Durand, Carl Heinrich Bloch y Karl Wilhelm Diefenbach. A ellos se suman, entre los españoles, los pintores Carlos María Esquivel, Carlos de Haes y Carlos Lezcano, así como los escultores Carlos Ferreira de la Torre y Juan Carlos Vázquez Pichardo y el fotógrafo Carlos Pérez Siquier.
En el ámbito científico nos encontramos con los matemáticos Carl Friedrich Gauss, Charles Marie de La Condamine y Charles Babbage; los astrónomos Caroline Herschel, Charles Messier, Charles D. Perrine, Charles Wolf, Carl Gustav Witt, Carl Seyfert y Charles T. Kowall; los químicos Carl Axel Arrhenius, Charles Baskerville, Carl Bosch, Charles James, Carl Gustaf Mosander, Carl Wilhelm Scheele, Karl Weltzien y Charles Adolphe Wurt; los físicos Charles-Augustin de Coulomb, Carl Ferdinand Braun y Carl David Anderson; los naturalistas Carl Linneo, Carlo Allioni, Karl Ernst von Baer, Charles Darwin y Carl Hagenbeck; el inventor Charles Goodyear, que descubrió el vulcanizado del caucho; el psiquiatra Carl Gustav Jung; el psicólogo Karl Lashley; el sexólogo Alfred Charles Kinsey; el neurólogo, psiquiatra y escritor español Carlos Castilla del Pino; los ingenieros Carl Wilhelm Siemens, Carl Benz, Karl Gölsdorf y el español Carlos Buigas, y los escritores Arthur C. -por Charles- Clarke, Charles Sheffield y Carl Sagan, físicos los dos primeros y astrofísico el último.
Conviene recordar también a un nutrido elenco de Premios Nobel en sus diferentes categorías. El de Medicina y Fisiología le fue otorgado en 1907 a Charles Louis Alphonse Laveran, en 1913 a Charles Robert Richet y en 1928 a Charles Nicolle, todos ellos franceses; en 1932 al británico Charles Scott Sherrington; en 1947 a Carl Cori y en 1966 a Charles Brenton, ambos norteamericanos; en 1996 al australiano Peter Charles Doherty, y en 2009 a la norteamericana Carol Greider. Entre los físicos cabe reseñar en 1917 al británico Charles Glover Barkla; en 1920 al suizo Charles Édouard Guillaume; en 1924 al sueco Karl Manne Siegbahn; en 1927 al británico Charles Wilson; a los norteamericanos Carl D. Anderson en 1936 y Charles H. Townes en 1964; al italiano Carlo Rubbia en 1984; al norteamericano Carl E. Wieman en 2001, y al británico Charles K. Kao en 2009. Los químicos son bastantes menos: el alemán Carl Bosch en 1931 y el norteamericano Charles J. Pedersen en 1987. La lista se completa con cuatro Premios Nobel de la Paz: el norteamericano Charles G. Dawes en 1925, el alemán Carl von Ossietzky en 1935, el argentino Carlos Saavedra Lamas en 1936 y el timorense oriental Carlos Felipe Ximenes Belo en 1996. Hasta el momento, ningún tocayo mío ha sido galardonado con el Premio Nobel de Economía.
En otras disciplinas tenemos a los filósofos Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu; Karl Christian Friedrich Krause, Karl Marx, Karl Popper, Carl Schmitt y Charles Taylor; el historiador Carlos Seco Serrano; los arquitectos Carlo Maderno, Charles-Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier, Charles Garnier y el español Carlos Lamela, y el arquitecto y arqueólogo Carl Humann, famoso por sus excavaciones en la ciudad helenística de Pérgamo.
Ya en el campo militar podemos recordar al historiador y teórico prusiano Carl von Clausewitz, al almirante inglés Charles Howard, a los almirantes franceses Pierre Charles Silvestre de Villeneuve y Charles René Magon de Médine, ambos participantes en la batalla de Trafalgar, así como al español Carlos de Ibarra y Barresi, capitán de mar y tierra que a principios del siglo XVII estuvo al mando de la Flota de Indias causando graves descalabros a los piratas holandeses que intentaban capturarla.
En el cine y las artes escénicas contamos con alguien de la talla de Charles Chaplin y también con los actores Charles Boyer, Charles Bronson, Charlton Heston -su verdadero nombre era John Charles Carter-, Charles Farrell, Carole Landis, Charles Laughton, Carole Lombard, Charles Napier, Carol Reed, Charlie Sheen y Charlize Theron; el productor Carlo Ponti y los miembros de Les Luthiers Carlos López Puccio y Carlos Núñez Cortés. Asimismo cabe recordar al actor italiano Carlo Antonio Bertinazzi Carlin, famoso dentro de la Comedia del Arte en la que se especializó en el papel de Arlequín, y a Boris Karloff, el monstruo de Frankenstein por antonomasia, cuyo nombre real era William Henry Pratt.
A ellos se suman los actores españoles Carlos Areces, Carolina Bang, Carlos Canut, Carlos Hipólito, Carlos Iglesias, Carlos Larrañaga, Carlos Lemos, Carlos Olalla y Carlos Sobera; los directores Carlos Arévalo, Carlos Saura, Carlos Therón y Carlos López del Rey, nombre real de Carlos Vermut; los humoristas Juan Carlos Arroyo Urbina, más conocido como Carlos Faemino, y Carlos Latre, y el famoso payaso Charlie Rivel, aunque en este caso -su nombre propio era José Andrés- se trataba de un seudónimo artístico.
En el mundo del cómic hay que recordar a los historietistas norteamericanos Charles Addams, autor de La Familia Addams, y Charles M. Schulz, autor de la conocida tira cómica Peanuts cuyo protagonista principal es Charlie Brown, junto a los españoles Carlos Conti, Carlos Giménez y Carlos Pacheco, mientras en el ámbito de la canción podemos enumerar a Carlos Gardel, Charles Aznavour, Charles Trenet, Carole King, Charlie Parker, Ray Charles, Carlos Santana, Juan Carlos Calderón, Carlos Mejía Godoy, Carlos Cano, Roberto Carlos, Carlos Berlanga y Carlinhos Brown.
Como periodistas tenemos a Carlos Luis Álvarez, más conocido como Cándido; Carlos Bacigalupe, Carlos Cuesta, Carlos Dávila, Carlos Francino, Juan Carlos Girauta, Carlos Herrera, Carlos Mesa, Carlos Navarro, Carlos Pumares, Carlos Quílez, Carlos Santos y Carlos Zayas; al crítico cinematográfico Carlos Boyero; al locutor y presentador de televisión Carlos Tena y al presentador de televisión, y también actor, Carlos Lozano.
En el ámbito deportivo están Carlos Tartiere, que fuera presidente del Real Oviedo y cuyo nombre ostenta el estadio de este equipo de fútbol; los futbolistas Carlos Rexach. Carlos Alonso Santillana y Carlos Puyol; el baloncestista Juan Carlos Navarro; los tenistas Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyá, Carla Suárez y Carlos Alcaraz; la jugadora de bádminton Carolina Marín, y los pilotos Carlos Sainz, padre e hijo, todos ellos españoles. A ellos se suman el boxeador Carlos Monzón y el ex futbolista y entrenador Carlos Bilardo, ambos argentinos, el también ex futbolista y entrenador italiano Carlo Ancelotti, el piloto monegasco de fórmula 1 Charles Leclerc y, forzándolo un poco, el atleta olímpico -su verdadero nombre es Carlton- Carl Lewis.
En el apartado religioso cabe reseñar a los cardenales españoles Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla, y Carlos Osoro, arzobispo de Madrid; y a los obispos Juan Carlos Elizalde, de Vitoria; Carlos López Hernández, de Salamanca; Carlos Manuel Escribano Subías, de Calahorra y La Calzada-Logroño, y al obispo emérito Carlos Soler Perdigó. Fuera del catolicismo están Charles Wesley, fundador de la iglesia metodista; Charles Finney, uno de los principales promotores del segundo gran despertar cristiano de Estados Unidos, y Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová.
Ya en otros campos se encuentran, entre los extranjeros, Charles Rolls, uno de los fundadores de la empresa automovilística Rolls-Royce; el pionero de la aviación Charles Lindbergh; el empresario mexicano Carlos Slim; el empresario brasileño Carlos Ghosn; la diseñadora venezolana Carolina Herrera y la ex-cantante y ex-actriz Carla Bruni, famosa por su matrimonio con el ex-presidente francés Nicolas Sarkozy. A ellos se suman, ya en España, el aviador e inventor Carlos Haya; el empresario de origen británico Carlos Pickman, fundador de la afamada fábrica de porcelana de La Cartuja; el también empresario Carlos Ferrer Salat; el ex delincuente juvenil experto en automovilismo Juan Carlos Delgado Caballero, alias El Pera; el cocinero Karlos Arguiñano; el pastelero Carlos Folgueira García, más conocido como O Rey das tartas, y los políticos Carlos Iturgaiz, Carlos Miralles Álvarez y Juan Carlos Monedero.
Dentro de las seudociencias podemos citar a los teósofos Charles Johnston y Charles Webster Leadbeater; a Charles Fort, uno de los precursores del realismo fantástico; al seudo antropólogo Carlos Castaneda y a Charles Berlitz, conocido por sus libros sobre el Triángulo de las Bermudas.
Al lado oscuro del crimen pertenecen Charles J. Guiteau, asesino del presidente norteamericano James A. Garfield en 1882; el mafioso Charles Lucky Luciano; Charles Manson, promotor de la matanza en la que perdieron la vida la actriz Sharon Tate y otras seis personas en 1969; el terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como Carlos El Chacal; Carlos García Juliá, uno de los terroristas de extrema derecha autores de la matanza de Atocha en 1977, Juan Carlos Yoldi, condenado en 1987 a 25 años de cárcel por su pertenencia a ETA y su implicación en varios atentados de esta banda terrorista y Carlo Ponzi, un estafador italoamericano que en 1920 fue condenado y encarcelado por organizar una estafa piramidal a gran escala en los Estados Unidos.
Por último cabe reseñar que Carlos es también apellido, como es el caso de Luis de Carlos Ortiz, sucesor de Santiago Bernabéu en la presidencia del Real Madrid. Existe asimismo su equivalente italiano que popularizó la actriz canadiense Yvonne de Carlo, aunque éste no era su apellido real sino el de su familia materna, originaria de Sicilia.
Topónimos
Aunque son numerosas las poblaciones que ostentan el nombre de San Carlos, ninguna de ellas alcanza la relevancia internacional de las de San José de Costa Rica o San José de California. Dentro de España contamos con San Carlos de la Rápita, en Tarragona; San Carlos de Menorca; Villanueva de San Carlos y San Carlos del Valle, ambos en Ciudad Real, o las pequeñas localidades de Los Carlos, una pedanía del municipio granadino de Lújar; Villarreal de San Carlos, en Monfragüe (Cáceres), y Valcarlos, en el Pirineo navarro, así como las versiones femeninas del nombre en La Carolina, en Jaén, y La Carlota, en Córdoba. Una variante del nombre la encontramos en la localidad valenciana de Carlet, aunque en realidad éste proviene del término árabe Qualaet.
A nivel mundial la onomástica geográfica de este nombre está encabezada por las islas Carolinas, en Oceanía, y las dos Carolinas, del Norte y del Sur, en los Estados Unidos. Precisamente en Carolina del Norte se ubica la ciudad de Charlotte, la más poblada de este estado, mientras en Carolina del Sur encontramos a Charleston, un topónimo bastante común en los Estados Unidos al que se suman otros tantos Charlestown repartidos por diferentes estados. También en este país, concretamente en Massachusetts, se encuentra el río Charles, que tras bañar la ciudad de Boston desemboca en el Atlántico en el puerto de esta ciudad.
Mucho menos conocidas son las Chaslestown de Jamaica, Nevis y las Granadinas, todas en el Caribe, así como Charlotte Amalie, la capital de las Islas Vírgenes norteamericanas, que toma su nombre de la princesa danesa Carlota Amalia ya que este archipiélago caribeño fue territorio danés hasta su venta a los Estados Unidos en 1916.
Dentro de Europa el nombre más conocido es sin duda el de Montecarlo, o Monte de Carlos, perteneciente al pequeño principado de Mónaco. Además de éste, nos encontramos en Italia con la pequeña localidad sarda de Carloforte; en Bélgica tenemos la ciudad de Charleroi; en Alemania el desaparecido castillo de Kalsberg (Montaña de Carlos) y las ciudades de Karl y Karlsruhe (El Descanso de Carlos); en la República Checa el afamado balneario de Karlovy Vary (Baños de Carlos) y el famoso Puente de Carlos, en Praga, construido por Carlos I de Bohemia; en Dinamarca Charlottenlund, que debe su nombre a un palacio cercano a Copenhague que el rey Cristian VI renombró en honor a su hermana la princesa Carlota Amalia; y en Suecia Karlstad (Ciudad de Carlos) y Karlskrona (Corona de Carlos). Gran Bretaña, por último, cuenta con alrededor de una docena de Charlestown repartidas entre Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte.
San Carlos aparece como topónimo en numerosos países hispanoamericanos y en Brasil, Guinea Ecuatorial, Filipinas, Estados Unidos y las islas Malvinas. En otros idiomas nos encontramos con varios Saint Charles, tanto en su grafía francesa como en la inglesa, en Francia, Estados Unidos, Canadá y la isla de Barbados, a los que se suman otros tantos San Carlo en Italia y la Suiza italiana y diversos São Carlos en Brasil. En ninguno de estos casos se trata de poblaciones importantes a excepción de la ciudad argentina de San Carlos de Bariloche, famosa por su estación invernal.
Varia
En lo que respecta a las instituciones, cabe citar al madrileño Hospital Clínico de San Carlos, la Universidad Carlos III de Madrid, el Instituto de Salud Carlos III, la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, la Academia de San Carlos de México, la Universidad San Carlos de Guatemala, el Banco de San Carlos (antecedente del actual Banco de España), la Fundación Carlos de Amberes, la Fundación Carolina y dos teatros de ópera, el Teatro di San Carlo de Nápoles y el Teatro Nacional de São Carlos de Lisboa.
En el apartado naval han sido varios los navíos españoles que ostentaron el nombre de Carlos en diferentes variantes. En el siglo XVII hubo varios galeones y una fragata bautizados como San Carlos, junto con el galeón Carlos II. Un siglo más tarde nos encontramos con los navíos de línea San Carlos, de los que hubo tres en activo entre 1716-1718, 1724-1741 y 1765-1819 respectivamente, a los que se suman el Real Carlos (1787-1801), un imponente navío de tres puentes y 112 cañones, y la corbeta Infante don Carlos (1799-1804). Ya dentro de las unidades modernas hay que reseñar al crucero acorazado Carlos V (1898-1923) y al buque de asalto anfibio Juan Carlos I, el mayor en toda la historia de la Armada española con 26.800 toneladas de desplazamiento -el doble que el Príncipe de Asturias, al que sustituyó como buque insignia- y también uno de los más modernos, puesto que fue botado en 2010.
También existieron buques de este nombre en las Armadas de otros países. Éste es el caso de los británicos Royal Charles (dos), Charles (nueve) y Royal Charlotte; del Saint Charles francés; de los napolitanos San Carlos, San Carlo la Partenope y Carlo III; de los suecos Carolus X, Carolus XI, Carolus, Carl XIII y Karl XIV y del danés Charlotta Amalia. Pasada la época de la navegación a vela, el reino de Piamonte contó con la fragata de vapor Carlo Alberto, y la Marina imperial alemana con el crucero acorazado Friedrich Carl. En la época actual, y todavía activos, se encuentran el portaaviones norteamericano Carl Vinson, botado en 1980, y el francés Charles de Gaulle, operativo desde 2000.
Son varias las obras cuyos títulos ostentan este nombre, de las cuales sin duda la más conocida es el drama de Friedrich Schiller Don Carlos, llevado a la ópera por Giuseppe Verdi con libreto de Joseph Méry y Camille Du Locle. Menos conocidas son las óperas Charles VI (1843), con música de Fromental Halevy y libreto de los hermanos Casimir y Germain Delavigne; Karl V (1938), con libreto y música de Ernst Krenek; Carlomagno, con música de Vincenzo Manfredini y libreto de L. Lazzaroni, o la opereta española Carlo Monte en Monte Carlo (1939), con libreto de Enrique Jardiel Poncela y música de Jacinto Guerrero. A ellas se suman, ya dentro de la narrativa, los episodios nacionales La corte de Carlos IV y Carlos VI en la Rápita, de Benito Pérez Galdós, y Carolus Rex de Ramón J. Sender, ambientada en el sombrío reinado de Carlos II. Entre los personajes imaginarios quizá el más conocido sea Charles Foster Kane, el Ciudadano Kane de Orson Welles.
Dos conocidas marcas de cerveza ostentan asimismo el nombre de Carlos en sus etiquetas: la alemana Kalsberg, llamada así por el castillo homónimo, y la danesa Calsberg, de etimología similar, que cedió su nombre a un prestigioso museo de Copenhague fundado por los propietarios de esta empresa cervecera.
A título de curiosidad, cabe reseñar la existencia de una raza de perros de compañía conocida como carlinos y al semanario satírico francés Charlie Hebdo. Asimismo nos encontramos con el charlestón, un baile muy popular en la década de 1920 originario de la ciudad homónima norteamericana.
Publicado el 13-3-2007
Actualizado el
30-5-2024