Las calles suprimidas en 1979





Lápida dedicada a José del Campo, en la calle del Ángel



A lo largo de los siglos los alcalaínos, como buenos españoles, hemos solido practicar el noble deporte de cambiar los nombres de nuestras calles conforme a las tendencias políticas hegemónicas en cada momento. No obstante, no es mi deseo efectuar ahora un estudio completo de la historia del callejero complutense; esto llevaría mucho tiempo y, además, hay personas más capacitadas que yo para realizarlo.

Por esta razón, en este artículo me voy a limitar a considerar tan sólo las calles que vieron suprimidos sus nombres tras las elecciones locales en 1979. Éstos hacían alusión en algunos casos (aunque no en todos) a personajes relacionados con la pasada guerra civil, correspondiendo el resto a denominaciones que, sin tener nada que ver con esta confrontación, por una u otra razón no llegaron a verse consolidadas, al seguirse utilizando en la práctica los nombres tradicionales de las calles a ellas dedicadas.

Independientemente de los hechos históricos, siempre posible objeto de distintas interpretaciones, lo cierto es que estos personajes forman parte del pasado de nuestra ciudad, por lo que estimo conveniente recordar los motivos que hicieron que Alcalá les rindiera homenaje en un pasado. Por ello, y conforme a este criterio, dejo fuera de estudio, por no existir relación directa entre ellos y nuestra ciudad, a personajes tales como Francisco Franco, José Antonio Primo de Rivera, el general Mola, los alféreces provisionales o al 18 de julio, pese a que durante varias décadas tuvieron dedicadas respectivamente la calle Mayor, la plaza de las Bernardas la calle de Lucas Padilla, la plaza de la Constitución o la calle del Pintor Picasso. Así pues, me ceñiré a personajes locales o con una relación específica con nuestra ciudad, lo que paso a hacer sin más dilación.


Calle del Capitán Pérez Rojo

Se dio este nombre, una vez terminada la guerra civil, a la antigua calle de Talamanca, razón por la cual se le devolvió a ésta en 1979 su denominación original; pero como mientras tanto se había bautizado como Talamanca a una calle perpendicular a la de Daoíz y Velarde, también hubo que renombrar a esta última, en una inevitable carambola, con la nueva denominación de calle de la Infancia que todavía hoy conserva. Nacido en el seno de una conocida familia alcalaína Francisco Pérez Rojo, militar adscrito al ejército nacionalista, falleció durante el sitio de la ciudad de Teruel, una larga batalla que con distintas alternativas (conquista republicana y posterior reconquista nacionalista) tuvo lugar entre los meses de diciembre de 1937 y febrero de 1938.


Calle del Capitán Sánchez Segovia

Fue la antigua ronda de Aguadores y corresponde a la actual calle de Giner de los Ríos, junto a la ermita del Cristo de los Doctrinos. Luis Sánchez Segovia, teniente de la Legión cuando comenzó la guerra civil, pasó a la península desde África defendiendo al bando nacionalista. Destinado al frente de Madrid, falleció el 6 de noviembre de 1936 al intentar tomar, al frente de su sección legionaria, los polvorines de Retamares, en las cercanías de la capital. Al igual que ocurriera con el capitán Pérez Rojo, el ayuntamiento decidió otorgarle esta calle, una vez terminada la guerra, por ser natural de Alcalá.


Calle del Ministro Peña

Es la actual calle de Sebastián de la Plaza la cual, partida en dos por la Vía Complutense, enlaza el paseo de la Estación con la Puerta de Mártires. Alfonso Peña y Boeuf fue un ingeniero de caminos, discípulo de José Echegaray, que se distinguió por la realización de obras tales como el acueducto de Tardienta, la barriada de Heliópolis en Sevilla y numerosos edificios en Madrid. Profesor durante muchos años de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid y autor de varios libros, fue nombrado ministro de Obras Públicas en el gabinete formado por el general Franco el 10 de agosto de 1939, recién acabada la guerra civil. Desde su cargo de ministro consiguió la aprobación, en el consejo de ministros celebrado el 25 de noviembre de 1940, del suministro de agua para Alcalá, que hasta entonces se había estado abasteciendo exclusivamente de pozos o del agua del cercano prado de Villamalea. Éste fue el origen de la traída de aguas del Sorbe, que tantos quebraderos de cabeza nos dio en su momento al resultar insuficiente para el crecimiento de Alcalá, por lo que nuestra ciudad, agradecida, le nombró Hijo Adoptivo el día 1 de junio de 1941. La solución definitiva, no obstante, tardaría aún muchos años en llegar, con la construcción del embalse de Beleña en los años ochenta del pasado siglo.


Calle de José del Campo

Esta transversal al paseo de la Alameda, trazada después de la guerra civil, recibió su primer nombre en conmemoración de José del Campo Clemente, un alcalaíno que era el jefe local del partido falangista al comenzar la guerra civil y que, víctima como otros tantos españoles de la violencia fratricida desatada por ambos bandos contendientes, falleció el 30 de noviembre de 1936 tal como reza la placa que, instalada por el ayuntamiento alcalaíno cinco años después de su muerte, todavía hoy se conserva en la fachada de su casa natal, en el número 1 de la calle del Ángel. Hoy la calle a él dedicada ostenta el nombre de Don Quijote.


Calle del General Saliquet

Recibía este nombre el tramo de la antigua carretera nacional comprendido entre la plaza de Atilano Casado y el cruce con la avenida de la Caballería Española, incorporado en su momento a la Ronda de Santiago (que discurría desde la citada plaza hasta la de la Cruz Verde) y perteneciente en la actualidad a la Vía Complutense. Andrés Saliquet y Zumeta fue un militar español que al estallar la guerra civil logró sublevar a la guarnición de Valladolid. Ostentando el grado de general de división fue nombrado por los jefes del bando nacionalista jefe del ejército del Centro, interviniendo como tal en la batalla de Brunete. Terminada la guerra, y con el grado de teniente general, fue nombrado capitán general de la segunda región militar (Andalucía occidental) y poco después de la primera (Madrid y provincias periféricas), falleciendo en el año 1959. Su única vinculación (bastante débil, por cierto) con Alcalá estriba en el hecho de que fue él quien comandaba las tropas nacionalistas que entraron en Alcalá una vez acabada la guerra (Alcalá permaneció hasta el final del conflicto en la zona republicana), lo que no impidió que los políticos locales de entonces, de acuerdo con las modas al uso, le dedicaran un tramo de la vía urbana (la entonces carretera nacional) por la que entró en nuestra ciudad, al tiempo que era nombrado Hijo Predilecto de Alcalá.


Calle de Lucas del Campo

Esta céntrica vía urbana, que actualmente ostenta de nuevo su tradicional nombre de calle del Tinte, no estuvo dedicada al alcalde de este nombre que gobernó la corporación alcalaína en los años de la posguerra, tal como ha creído bastante gente, sino a un pariente suyo de idéntico nombre que, nacido en 1854 y fallecido en 1914, donde está enterrado, fue diputado a Cortes por nuestra ciudad en varias ocasiones, militando en el partido conservador de Antonio Maura. Nada, pues, tuvo que ver este político con la guerra civil, habiéndose suprimido su nombre del callejero en función de la devolución a ésta calle de su nombre tradicional. En el Salón Noble del ayuntamiento se conserva un bajorrelieve con su efigie junto con una inscripción alusiva a este personaje.


Paseo del Marqués de Ibarra

Es el actual paseo de la Estación, nombre por el que fue siempre conocido. Manuel de Ibarra y Cruz fue un político español que, tras nacer en nuestra ciudad en 1855, estudió leyes en Madrid alcanzando los cargos de diputado provincial -institución de la que llegó a ser presidente-, diputado a Cortes y senador vitalicio del Partido Conservador por el distrito de Alcalá, siendo el responsable de la más importante actuación urbanística de la Alcalá del siglo XIX, el paseo de la Estación, que durante unos años ostentó su nombre.

Con fecha de 14 de diciembre de 1898 la reina regente María Cristina le otorgó el marquesado de Ibarra, del que fue su primer titular. Falleció el 29 de julio de 1913 en su finca de La Cabañuela, situada en la localidad alcarreña de Brihuega.


Calle de Etanislao Polono

Trazada sobre el solar de las antiguas eras de San Isidro, su nombre fue cambiado, a poco de ser abierta, para hacer sitio en el callejero al ilustre alcalaíno Manuel Azaña. Etanislao Polono, polaco de nacimiento, fue un impresor que, en la ya lejana fecha de 1502, imprimió en Alcalá, en la imprenta de García de Rueda (la primera imprenta alcalaína existente ya muchos años antes de que se estableciera alguna en Madrid), la célebre obra Vita Christi de Ludolfo de Sajonia, traducida por fray Ambrosio de Montesinos.


Publicado el 23-5-2007
Actualizado el 3-2-2017