Fíjense con atención en este pictograma, frecuente en muchos lugares públicos. En él se indica, cabe suponer, la dirección en la que habría que evacuar el edificio en caso de emergencia, por lo que representa una flecha y a un monigote en aparente actitud de correr.

Pero si estudiamos con detenimiento la postura del monigote, podríamos llegar a poco que nos lo propusiéramos a conclusiones muy distintas. Éste está inclinado, con una pierna adelantada y la otra doblada hacia atrás al igual que el brazo correspondiente, mientras el otro brazo sobresale enhiesto en sentido horizontal y hacia adelante. La interpretación inocente, tal como acabo de comentar, sería que el pictograma tan sólo pretende sugerir rapidez, pero... ¿qué ocurriría si hiciéramos un análisis, digamos, freudiano?

Porque resulta que ese prominente trazo blanco horizontal, situado aproximadamente a la altura de la cintura, también pudiera indicar otra cosa no apta para menores; lo cual, bien mirado, explicaría asimismo la aparente urgencia que parece afectar al monigote, al que la flecha indicaría hacia donde dirigirse para aplacar sus instintos más atávicos.

¿Acaso le traicionó el subconsciente al dibujante que lo diseñó? Al fin y al cabo eso era lo que decía Freud, ¿o no?