La comarca complutense del siglo XVIII a la actualidad



Al estudiar la evolución de la comarca alcalaína a lo largo de la historia, siempre nos encontraremos con un inconveniente grave, la inexistencia de un área geográfica definida, lo que hace que la zona sobre la que Alcalá ha ejercido en un momento dado su jurisdicción sea algo que ha variado mucho con el tiempo. Si a esto unimos el hecho de que la naturaleza jurídica de las divisiones administrativas manejadas no ha sido siempre equivalente, se comprenderá fácilmente la dificultad que existe a la hora de intentar realizar un estudio comparado de las mismas.

No obstante estas dificultades, sí se puede intentar un estudio de estas divisiones administrativas, máxime si nos ceñimos a un período histórico concreto -buena parte del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX- caracterizado por ser el origen de la España contemporánea. En estos años objeto de estudio las divisiones administrativas en las que aparece incluida Alcalá no son ya las medievales derivadas en mayor o menor medida del Fuero Viejo, ni son tampoco, salvo la última, las correspondientes al partido judicial que ha permanecido vigente hasta breves fechas. Tampoco se trata ni de una jurisdicción municipal como era la del Fuero Viejo, ni de una judicial como el partido; pero teniendo en cuenta estos condicionantes, podremos pasar a considerar las citadas divisiones territoriales.

En cuanto a su extensión geográfica, conviene también establecer los límites extremos. En el Fuero Viejo la jurisdicción alcalaína se extendía fundamentalmente por las tierras alcarreñas situadas al sur de la ciudad, entre los cursos del Henares y el Tajuña, mientras que de las tierras bajas de la Campiña tan sólo abarcaba a la propia Alcalá y a algunas de las poblaciones más cercanas a ella tales como Camarma de Esteruelas o Torrejón de Ardoz. El partido judicial, por el contrario, era más limitado por la parte sur mientras que, en contrapartida, llegaba por el norte hasta Valdetorres de Jarama y por el oeste -hasta las anexiones de municipios efectuadas por Madrid en los años cuarenta de este siglo- hasta el curso del arroyo Abroñigal, actualmente ocupado por la autopista de circunvalación M-30.

Por lo demás, en el conjunto de estas divisiones territoriales nos encontraremos con dos factores interesantes. En primer lugar, la constancia de la actual divisoria entre las Alcarrias de Alcalá y Guadalajara, invariable a lo largo del tiempo -incluso remontándonos al propio Fuero Viejo- a pesar de que siempre se ha tratado de una comarca -la segunda de ellas- muy vinculada demográfica y económicamente a nuestra ciudad. En segundo, la adscripción a Alcalá de poblaciones bastante alejadas y muy poco vinculadas a ella históricamente, tales como las situadas en la margen derecha del Jarama o bien, por el este, las de las comarcas de Brihuega o Zorita. Razones de jurisdicción territorial -en el caso de Alcalá el arzobispado de Toledo- son probablemente las responsables de adscripciones tan poco lógicas como las reseñadas o la todavía más inexplicable exclusión de la cercana villa de Meco de la órbita alcalaína hasta fechas bien recientes.

Pero pasemos a considerar sin más dilaciones la primera de las divisiones territoriales alcalaínas objeto de este estudio, la correspondiente al censo del marqués de Campoflorido, realizado entre los años 1712 y 17161; recordemos, por cierto, que por aquellas fechas Alcalá dependía administrativamente de la provincia (o intendencia) de Toledo, y no de la de Madrid. La relación de poblaciones que aparecen en el citado censo es la siguiente:


Alcalá de Henares, Alpedrete de Uceda [de la Sierra], Aljalvir, Alalpardo, Algete, Alcolea [de Torote], Arganda, Archilla, Anchuelo, Ambite, Valdepeñas [de la Sierra], Villaseca de Uceda, Villalvilla, Biñuelas, Valverde [de Alcalá], Benturada, Valdesotos, Valdesaz, Brihuega, Villaviciosa, Valdilecha, Valdenuño Fernández, Carabaña, Castilmimbre, Cabanillas de la Sierra, Camarma de Esteruelas, Campo Real, Corpa, Daganzo de Abajo, El Berrueco, El Cubillo, El Villar del Olmo, Fuentes [de Alcarria], Fuente el Saz, Fuente la Higuera, Galápagos , Gaxanejos, Los Santos [de la Humosa], La Puebla de los Valles, Loeches, La Casa de Uceda, La Olmeda de las Cebollas, Los Hueros, Mesones, Matalarrubia, Orusco, Perales de Tajuña, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Paxares, Redueña, Romancos, Santorcaz, San Andrés del Rey, Tortuero, Torremocha de Uceda, Torrejón de Ardoz, Tielmes, Talamanca, Torres, Torrelaguna, Tomellosa y Uceda.


Hay que recordar que Daganzo de Abajo (o Daganzuelo) y Alcolea de Torote son hoy dos despoblados pertenecientes, respectivamente, a los términos municipales de Daganzo de Arriba y Torrejón del Rey. Por otro lado, no es de sorprender que en esta relación no aparezca aún Nuevo Baztán, población fundada de nueva planta precisamente por esos años.



Son en total 63 poblaciones, agrupadas en tres zonas separadas entre sí y netamente diferenciadas, tal como refleja la figura número 1: La de Alcalá, la de Torrelaguna -a caballo entre las actuales provincias de Madrid y Guadalajara- y, curiosamente, la muy alejada de Brihuega. Entre las dos primeras existe además un pequeño enclave formado por las poblaciones de Algete, Fuente el Saz de Jarama y Alalpardo, y otro aún más pequeño, correspondiente a la hoy desaparecida Alcolea de Torote. La extensión de estos territorios era de aproximadamente unos 2.000 km2; a título de comparación, se puede recordar que la actual provincia de Madrid cuenta con una superficie de 7.995 km2, mientras la de Guadalajara, de mayor tamaño, se extiende por un total de 12.190 km2.

Una conclusión sumamente interesante puede sacarse de esta división territorial. A pesar de que el sentido administrativo del Fuero Viejo hacía ya mucho que había desaparecido por completo ya que todas las poblaciones sometidas a la jurisdicción municipal de Alcalá se habían eximido a lo largo de los siglos anteriores, todavía continuaba vigente la división territorial que éste había abarcado, puesto que la porción correspondiente a Alcalá en esta división territorial objeto de estudio coincide exactamente con la que en su día comprendiera el Fuero Viejo. Paralelamente seguían quedando fuera de la jurisdicción alcalaína poblaciones tan cercanas a la ciudad como Meco, Daganzo de Arriba o Fresno de Torote, todas ellas pertenecientes entonces a Guadalajara.

Terminado el estudio de este documento, hemos de dar un salto de unos cincuenta años para encontrarnos con la obra de Tomás López, el conocido cartógrafo español que desarrolló su labor en la segunda mitad del siglo XVIII. Su mapa de la provincia de Toledo, en la que todavía estaba incluido el partido de Alcalá, está fechado en 1763 y muestra en lo que a nosotros respecta una similitud muy grande con la relación de Campoflorido, de la que sólo le diferencian algunos detalles menores. De acuerdo con la trascripción realizada por Mª Dolores Marcos González2, la relación de poblaciones sería la siguiente:


Ajalvir, Alalpardo, Alcalá de Henares, Alcolea de Torote, Algete, Alpedrete de la Sierra, Ambite, Anchuelo, Archilla, Arganda, Belinchón, El Berrueco, Brihuega, Cabanillas de la Sierra, Camarma de Esteruelas, Campillo, Campo Real, Carabaña, Carraquiz, Carraquiz Menor, Casa de Uceda, Castilmimbre, Corpa, El Cubillo, Daganzo de Abajo, Fuente la Higuera, Fuentes de Alcarria, Gajanejos, Loeches, Los Hueros, Matarrubia, Mesones, Nuevo Baztán, La Olmeda de la Cebolla, Orusco, Pajares, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Puebla de Vallés, Redueña, Romancos, San Andrés del Rey, Santorcaz, Los Santos de la Humosa, Talamanca de Jarama, Tielmes, Tomellosa, Torrejón de Ardoz, Torrelaguna, Torremocha, Torres de la Alameda, Tortuero, Uceda, Valdenuño Fernández, Valdepeñas de la Sierra, Valdesaz, Valdesotos, Valdilecha, Valverde de Alcalá, Venturada, Villalbilla, Villar del Olmo, Villaseca, Villaviciosa y Viñuelas.


En esta ocasión, además de los casos ya conocidos de Daganzo de Abajo y Alcolea de Torote, aparecen los siguientes despoblados: Campillo, Carrazquiz y Carrazquiz Menor, el primero de ellos perteneciente al actual término municipal de Arganda, y los dos últimos al de Torrelaguna.



A esta relación corresponde la figura número 2. Como puede comprobarse continúa existiendo la misma fragmentación en tres porciones principales, junto con tres enclaves de pequeño tamaño. En relación con la figura 1 se aprecian las siguientes diferencias: En el enclave de Alcalá falta Perales de Tajuña, Galápagos en el de Torrelaguna y Fuente el Saz en el de Algete. Brihuega, por su parte, permanece sin cambios. En compensación a la pérdida de estas tres poblaciones aparece incluida por vez primera la villa de Belinchón, hoy perteneciente a la provincia de Cuenca y entonces convertida en un alejado enclave. En cuanto a la extensión territorial, ésta era muy similar a la del apartado anterior, es decir, rozando los 2.000 km2.

Llega ahora el turno a dos divisiones provinciales, la de Godoy de 1801 y la de José Bonaparte de 1810, caracterizadas ambas por su carácter efímero, circunstancia que habría de repetirse en las nuevas reordenaciones territoriales acometidas por los gobiernos liberales en las primeras décadas del siglo XIX. Lamentablemente, hasta el día de hoy no he conseguido encontrar la relación completa de ambas divisiones, la de 1801 y la de 1810, en lo que a la comarca de Alcalá se refiere; esto hace que las referencias que haga a las mismas serán, necesariamente, incompletas.

Empecemos por la primera de ellas, la de Godoy, importante en lo que a Alcalá se refiere dado que es la primera en la que nuestra ciudad aparece incorporada a la provincia de Madrid y no a la de Toledo, a la que había pertenecido tradicionalmente. La mejor referencia a la misma que he encontrado es la que hace Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico, fechado en 1848. Dice lo siguiente3:


Por la división territorial en intendencias mandada hacer por S.M. a propuesta del Consejo de Hacienda, y que empezó a observarse en 1º de enero de 1801, se organizó la provincia de Madrid en dos partidos administrativos, que lo fueron Madrid y Alcalá de Henares, y para ello se extinguió por real orden de 8 de diciembre de 1799 el partido de Colmenar Viejo, que era uno de los tres que componían la de Guadalajara, incorporándolo al de Madrid: Se unieron al mismo otros pueblos de los antiguos partidos de Segovia, Toledo, Alcalá y Ocaña, y se pasaron a los de Alcalá, Guadalajara y Huete los que parecieron convenientes. El partido de Alcalá era de la antigua provincia de Toledo, y quedó comprendido en su mayor parte en la de Madrid. De suerte que, componiéndose la primitiva provincia de este último nombre de 92 pueblos, se le separaron 24 y se le añadieron 27 del partido de Colmenar Viejo, 11 del de Guadalajara, 22 del de Segovia, 39 del de Alcalá, 8 del de Toledo, 2 del de Ocaña, que todos eran de otras provincias, y los 3 sitios reales de San Fernando, San Lorenzo y El Pardo, que no tenían provincia señalada, y componen 112 agregados; quedando organizada con 179 pueblos, los 122 del partido de Madrid y 57 de Alcalá. El Sr. Miñano propone en su diccionario como pertenecientes al partido de Madrid 124 pueblos, y al de Alcalá 63, lo cual consiste en haber considerado como pueblos las ventas y caseríos denominados del Portazguillo, Santa Catalina, Campillo, Encinar, Vilches, La Cabeza, Peradilla [Pesadilla] y Vaezuela.

Así continuó la provincia en los primeros 8 años de este siglo, hasta que en abril de 1809 el Gobierno Bonapartista, mandó formar el proyecto de división en departamentos.


Puesto que Madoz no da la relación de los municipios incluidos en esta división territorial, tan sólo se puede deducir de una manera aproximada cual era su delimitación. A juzgar por el texto su forma debía de ser bastante similar a la de la provincia actual con la notable excepción de Aranjuez, también Real Sitio y por lo tanto no adscrito a ninguna provincia hasta entonces, población que no sería incorporada a la de Madrid hasta años después. No obstante, y como veremos más adelante, será posible reconstruir la configuración del partido alcalaíno en base a documentos posteriores.

De los 65 municipios con los que contaba el partido de Alcalá cuando estaba integrado en la provincia de Toledo, pasaron a la de Madrid 39, probablemente los pertenecientes a los enclaves de Alcalá y Torrelaguna, quedando fuera el más alejado de Brihuega. A estos 38 municipios que junto con Alcalá pasaron a la provincia de Madrid, se unirían otros 18 hasta formar los 57 que atribuye Madoz al nuevo partido alcalaíno. Nótese que habiendo dos únicos partidos en la provincia, los de Madrid y Alcalá, existía una desproporción muy notable entre ambos: 122 municipios en el primero frente a los aludidos 57 del segundo; esto contrasta fuertemente con el criterio seguido en la división provincial de 1833, que redujo el partido madrileño exclusivamente a la capital.

Por lo demás, poco más se puede decir de la delimitación del partido alcalaíno a raíz de esta división de 1801, del que cabe suponer que, privado de sus extrañas ramificaciones y de sus no menos curiosos enclaves por tierras alcarreñas, debió de empezar a parecerse en su configuración a la que adquiriría definitivamente en 1833. No obstante la escasa vigencia de esta división provincial de ella habría de quedar una huella indeleble para Alcalá, la inclusión de su comarca, por vez primera en la historia, en la provincia de Madrid.

En lo que respecta a la división administrativa de 1810 -1809 según Madoz-, ésta fue impuesta por el gobierno de José Bonaparte, que dividió España en 38 prefecturas o departamentos siguiendo el modelo impuesto en el vecino país tras la revolución de 17894. Entre estas prefecturas, que ya apuntaban a las provincias creadas años después por los liberales, se encontraba la de Madrid, bautizada con la denominación de Manzanares en atención al criterio de llamar con nombres geográficos -y no con los de las capitales- a las citadas prefecturas. Al igual que ocurriera en la división de 1801, Alcalá quedó incluida en la circunscripción madrileña como cabeza de una de las dos subprefecturas -la otra era la de la propia capital- en las que se subdividía la misma.

En cuanto a la prefectura en su conjunto, ésta era de una extensión bastante reducida (66 leguas cuadradas, unos 5.000 km2) y, como novedad, presentaba un territorio conexo al haberse evitado los múltiples enclaves que caracterizaban a las circunscripciones del Antiguo Régimen. Su forma era aproximadamente circular, con el centro en Madrid, y sus límites eran los siguientes: Por el norte, aproximadamente Alcobendas y, en lo que a la comarca de Alcalá se refiere, Ajalvir, Camarma de Esteruelas y, como novedad, Meco, quedando fuera de ella -es decir, en la provincia de Guadalajara- los actuales despoblados de Camarma del Caño y Buges, este último incorporado al término municipal de Meco. Por el este, el actual límite provincial, intangible desde los lejanos tiempos del Fuero Viejo. Por el sur, el curso del Tajuña, coincidente también de forma aproximada con los límites de la comarca histórica alcalaína, hasta su confluencia con el Jarama y, a partir de allí, el límite actual de las provincias de Madrid y Toledo hasta alcanzar el curso del río Guadarrama. Y por el oeste, por último, este mismo río Guadarrama hasta aproximadamente la altura de Torrelodones, que quedaría fuera de esta prefectura al ser incluida en la de Toledo.

Como se aprecia fácilmente, la prefectura de Madrid (o del Manzanares) no llegaba más allá del núcleo central de la actual provincia, dejando fuera lugares tales como Aranjuez, Chinchón, Navalcarnero, San Lorenzo del Escorial, Colmenar Viejo, Torrelaguna o Somosierra. Esta limitación superficial afectaba también, lógicamente, a la subprefectura alcalaína, reducida en la práctica y de una manera aproximada a la extensión delimitada por el Fuero Viejo, es decir, unos 1000 km2. Este cálculo está hecho en función de que el límite de las dos subprefecturas, que me ha sido imposible deslindar con exactitud, fuera el tradicional del Fuero Viejo, conservado durante el siglo XVIII. Cabe también la posibilidad (vuelvo a recordar que no me ha sido posible confirmarlo) de que, al igual que se hizo en divisiones provinciales posteriores, fueran incorporadas a la circunscripción alcalaína poblaciones tales como Paracuellos de Jarama, San Fernando de Henares, Mejorada del Campo, Velilla de San Antonio, Rivas o Vaciamadrid, o incluso aquéllas de allende el Jarama incorporadas en su mayor parte al municipio madrileño en este siglo: Barajas, Canillas, Canillejas, Coslada o Vicálvaro.

El siguiente documento objeto de estudio lleva fecha de 23 de junio de 1813, y responde al título de Pueblos que componen el partido de Alcalá5. Antes de seguir adelante conviene recordar un par de cuestiones con respecto a esta relación. En primer lugar, la fecha; entre las divisiones administrativas de Godoy (1801) y José Bonaparte (1810) por un lado, y la del trienio liberal (1822) por otro, no hubo ninguna remodelación provincial intermedia, a no ser que se considere como tal la restauración de la de 1801 al ser derrotados y expulsados de España los franceses. De hecho, en la fecha que nos ocupa (junio de 1813) las tropas invasoras habían sido expulsadas ya de la comarca alcalaína, aunque no todavía de la totalidad del territorio español; los combates habrían de prolongarse hasta enero de 1814, mientras Fernando VII no retornó a España hasta marzo de ese mismo año, una vez rendidas las tropas francesas. Cabe suponer, pues, con toda seguridad, que la división provincial a la que hace alusión este documento de 1813 fuera, precisamente, la de Godoy.

Sin embargo, y esto es también importante, si bien con anterioridad a 1822 no hubo modificación de los límites provinciales, sí hubo remodelaciones de los partidos en los que se subdividían las provincias. Ésta es la razón por la que no puedo afirmar con total seguridad que la comarca alcalaína fuera en junio de 1813 exactamente la misma que en el año 1801. Dadas las circunstancias por las que entonces atravesaba España cabe suponer que este caso no se diera por falta literal de tiempo para acometer cualquier tipo de cambio, y que la comarca alcalaína fuera exactamente la misma en esta fecha que con anterioridad a la invasión francesa; el hecho de que el número de poblaciones -63, ó 57 si descontamos las ventas y los caseríos- coincida con la cantidad dada por Madoz, parece avalar esta continuidad. No obstante, y tal como veremos a continuación, apenas unos meses después, en diciembre de ese mismo año de 1813, los partidos ya habían sido profundamente modificados, lo que nos fuerza necesariamente a ser precavidos a la hora de intentar asimilar sin más la situación de junio de 1813 a la del año 1801, al menos en lo que a Alcalá se refiere.

Pero vayamos sin más dilación a estudiar cuales eran estos 63 pueblos que componían la comarca de Alcalá el 23 de junio de 1813. Son los siguientes:


Alcalá de Henares, Ajalvir, Alarpardo, Alcolea [de Torote], Almoguera, Almonacid de Zorita, Albalate de Zorita, Albares, Ambite, Anchuelo, Arganda, Argete, Baztán [Nuevo Baztán], Benturada, Berrueco, Brea [de Tajo], Buges, Camarma de Encima, Camarma de Esteruelas, Camarma del Caño, Campo Real, Caravaña , Casería del Campillo, Casería del Encinar, Casería de Vilches, Cobeña, Corpa, Daganzo de Arriba, Daganzo de Abajo, Driebes, Fresno de Torote, Fuente el Saz, Fuente de la Higuera [de Albatages], Granja de la Cabeza, Los Hueros, Yebra, Loeches, Mazuecos, Meco, Mesones, El Molar, La Olmeda, Orusco, Pesadilla, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Santorcaz, Los Santos, Talamanca, Tielmes, Torrejón de Ardoz, Torres, Vaezuela [despoblado], Valdenuño Fernández, Valdeolmos, Valdepeñas [de la Sierra], Valdilecha, Valverde [de Alcalá], El Vellón, Villalvilla, Viñuelas y Zorita de los Canes.


Hay que tener en cuenta que en esta relación aparecen varios nombres que corresponden, en realidad, a simples granjas o fincas: Caseríos del Campillo, del Encinar y de Vilches, y Granja de la Cabeza. También aparecen varios despoblados: Pesadilla, Baezuela, Alcolea de Torote, Buges, Camarma de Encima, Camarma del Caño y Daganzo de Abajo. En total su superficie era de unos 1.900 km2, es decir, bastante similar pues (o quizá ligeramente inferior) a la que poseía en el siglo anterior.



Por lo demás, llevada esta relación a un mapa surge la conformación territorial que viene reflejada en la figura número 3, más cercana a la estructura actual de la comarca que las correspondientes al siglo XVIII, pero aún con ciertas peculiaridades dignas de estudio. Así, comparada con sus antecesoras del siglo anterior se puede comprobar que en 1813 -y probablemente en 1801- habían desaparecido ya los enclaves correspondientes a Brihuega y a Belinchón, lo que no deja de tener su lógica desde el punto de vista de la racionalización de las circunscripciones provinciales. Del enclave norteño se conservaba aproximadamente la mitad de la superficie, partida en varios fragmentos separados entre sí, con Talamanca como población principal aunque tanto Torrelaguna como Uceda no figuran ya como pertenecientes a la comarca alcalaína. El enclave central, por último, no presenta la menor variación con respecto a la segunda mitad del siglo XVIII, es decir, es coincidente con la comarca delimitada por el Fuero Viejo a excepción, como ya quedó comentado, de Perales de Tajuña, segregado ya en ese mismo siglo XVIII.

En cuanto a las nuevas adquisiciones, éstas se pueden agrupar en dos apartados. En primer lugar, ya aparecen como alcalaínos la mayoría de los pueblos situados al norte de Alcalá y al sur de Talamanca, históricamente pertenecientes a Guadalajara todavía en el siglo anterior: Buges, Camarma de Encima, Camarma del Caño, Cobeña, Daganzo de Arriba, Fresno de Torote, Fuente el Saz, Meco y Valdeolmos. A éstos habría que sumar El Molar y El Vellón, cercanos a Talamanca, también incorporados de la provincia de Guadalajara y posteriormente segregados del partido de nuestra ciudad. Aunque todavía no aparecen como pertenecientes a la comarca de Alcalá las poblaciones de Valdetorres de Jarama, Ribatejada y Valdeavero, lo cierto es que la delimitación de la comarca complutense comienza ya a ser muy parecida, en esta zona, a la que le correspondería a partir de 1833.

Más curiosa resulta ser la inclusión en la jurisdicción alcalaína de la comarca alcarreña de Zorita de los Canes, con los municipios de Almoguera, Almonacid de Zorita, Albalate de Zorita, Albares, Brea de Tajo, Driebes, Mazuecos, Yebra y Zorita de los Canes. Aun cuando esta comarca estaba enlazada con el núcleo principal del partido a través de Orusco y Carabaña -no llegaba a formar, pues, ningún enclave-, no por ello deja de ser una extraña prolongación del partido alcalaíno a pesar de que ninguna razón histórica justificaba su inclusión en el mismo. Dado que en el siglo XVIII estos territorios, junto con una extensión mucho mayor de la Baja Alcarria que incluía la villa de Pastrana, pertenecían ya a la provincia o intendencia de Madrid, es probable que los responsables de la nueva división provincial decidieran mantener estas poblaciones en la misma provincia aunque, eso sí, traspasadas al partido complutense al quedar éste más cercano que el madrileño.

Bastarían apenas seis meses, todavía con la guerra sin concluir, para que la configuración de la comarca alcalaína volviera a verse alterada. No se trató de una remodelación provincial (seguía vigente la división de 1801 de Godoy), sino de una alteración de los partidos en los que se subdividía la misma, y bastante radical, por cierto. De dos partidos, los de Alcalá y Madrid, se pasó nada menos que a once, con cabeceras en Alcalá, Almonacid de Zorita, Valdemoro, Chinchón, Colmenar Viejo, Fuencarral, Getafe, Navalcarnero, Valdemorillo, Fuente el Saz de Jarama y Madrid. Como dato curioso, cabe reseñar que, mientras que hasta entonces el partido de Madrid contaba con 122 municipios frente a sólo 63 Alcalá, en esta ocasión va a abarcar únicamente a la capital, iniciando así una costumbre que se perpetuaría en el tiempo.

En lo que respecta a Alcalá, es lógico concluir que su partido quedara muy mermado tanto en el número de poblaciones (de 63 pasó a 19, incluyendo a algún despoblado) como en extensión, al reducirse de 1.900 km2 a sólo unos escasos 500. Claro está que, para establecer comparaciones, es preciso considerar en su conjunto a los tres partidos que vienen a coincidir con el antiguo partido alcalaíno, el de Alcalá, el de Almonacid y el de Fuente el Saz. Veamos como estaban configurados de acuerdo con el documento estudiado6, fechado el 20 de diciembre de 1813, que lleva por título Estado que demuestra la division de la provincia de Madrid en diez partidos, y pueblos designados á cada uno:


PARTIDO DE ALCALÁ

Ajalvir, Alcalá de Henares, Algete, Buges, Camarma de Esteruelas, Camarma del Caño, Camarmilla (despoblado), Cobeña, Daganzo de Abaxo, Daganzo de Arriba, Fresno de Torote, Los Hueros, Meco, Mejorada [del Campo], Paracuellos [de Jarama], Torres [de la Alameda], Torrejón de Ardoz, Valverde [de Alcalá] y Velilla de San Antonio.

PARTIDO DE ALMONACID DE ZORITA

Albalate [de Zorita], Albares, Almoguera, Almonacid de Zorita, Ambite, Anchuelo, Corpa, Loeches, Nuevo Baztán, La Olmeda, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Santorcaz, Los Santos de la Humosa, Villalvilla, Villar del Olmo, Yebra y Zorita de los Canes.

PARTIDO DE FUENTE EL SAZ

Alalpardo, Aldea [Alcolea] de Torote, Berrueco, Cabanillas de la Sierra, Fuente la Higuera, Fuente el Fresno, Fuente el Saz, Mesones, El Molar, Pedrezuela, Pesadilla, Redueña, San Agustín [de Guadalix], Talamanca, Valdenuño Fernandez, Valdepeñas [de la Sierra], Valdeolmos, el Vellón, Venturada (despoblado) y Viñuelas.


Como puede comprobarse, en este documento ya han sido suprimidas las granjas y fincas de labor que elevaban artificialmente el número de poblaciones en la relación anterior. No obstante, a varias de las poblaciones se las considera despoblados: Camarmilla, o Camarma de Encima; Pesadilla, cercana a Algete, y Venturada, municipio situado en la carretera de Burgos que curiosamente contaba con 264 habitantes en el padrón de 1986. Paralelamente da como habitados lugares hoy despoblados: Buges (en Meco), Camarma del Caño (en Camarma de Esteruelas), Daganzo de Abajo (en Daganzo de Arriba) y Alcolea de Torote, a la que erróneamente denomina Aldea. Sin embargo, ya ha desaparecido de la relación el despoblado de Baezuela, situado en el término municipal de San Fernando de Henares aunque más cercano a Los Hueros.



Es fácil apreciar, tanto por la relación de poblaciones como por la figura número 4, que el conjunto de los tres partidos aludidos viene a coincidir aproximadamente con el partido complutense vigente seis meses antes, aunque algunos municipios fueron segregados mientras otros varios vinieron a incorporarse por vez primera. Concretamente, se perdieron las poblaciones de Arganda, Brea de Tajo, Campo Real, Carabaña, Driebes, Mazuecos, Orusco, Tielmes y Valdilecha, que pasaron en su totalidad a formar parte del nuevo partido de Chinchón. Estas nueve pérdidas serían compensadas con las incorporaciones de Mejorada del Campo, Paracuellos de Jarama y Velilla de San Antonio, que pasaron a pertenecer al partido de Alcalá, y las de Cabanillas de la Sierra, Redueña y Venturada (repescadas, por cierto, ya que pertenecieron a Alcalá en el siglo XVIII), Fuente del Fresno (hoy perteneciente a San Sebastián de los Reyes), San Agustín de Guadalix y Pedrezuela, todas ellas incluidas en el partido de Fuente el Saz.

En resumen, puede afirmarse que la comarca alcalaína perdió una buena porción de terreno por el sur en beneficio de Chinchón, ganando en cambio algunas poblaciones por el oeste, si bien en menor cuantía; de hecho su superficie disminuyó ligeramente, pasando de 1.900 a 1.700 km2 aproximadamente. Una consecuencia importante fue el hecho de que, por primera vez desde la Reconquista salvo la única excepción de Perales de Tajuña, segregado de su comarca ya en la segunda mitad del siglo XVIII, Alcalá perdía todo tipo de jurisdicción, siquiera formal, sobre gran parte de su comarca histórica, es decir, la situada entre los ríos Henares y Tajuña, repartida entre los partidos de Chinchón y Almonacid a excepción de Los Hueros, Torres y Valverde, extendiéndose en cambio hacia el norte por los territorios que hasta no hacía mucho habían pertenecido a Guadalajara.

En lo que respecta al reparto del territorio entre los tres partidos, éste puede también apreciarse en la figura 4. El septentrional, con cabecera en Fuente el Saz en vez de en la histórica Talamanca, medía algo más de 500 km2, y estaba fragmentado en varias porciones. El central, encabezado por Alcalá, era el único conexo de los tres, y se extendía principalmente entre los cursos del Henares y el Jarama sobre una superficie de 500 km2 escasos. El meridional, por último, era el más extenso de todos ellos -casi 700 km2- y el más recortado en relación al partido anterior; al haber perdido Orusco y Carabaña en beneficio de Chinchón estaba fragmentado en dos porciones, la de Almonacid propiamente dicha y la que abarcaba la mayor parte de la Alcarria alcalaína con excepción de la franja sur -la del Tajuña- que, como ya quedó comentado, pasó en su mayor parte a Chinchón. Se trata de una distribución territorial muy poco coherente, ya que hacía que poblaciones tan cercanas a Alcalá como Santorcaz, Los Santos, Villalbilla o Loeches dependieran administrativamente no de nuestra ciudad, sino de la lejana Almonacid de Zorita. No obstante, tal como veremos más adelante, esta división administrativa no duraría demasiado... Era la moda de la época.

Y así, en un censo de población que lleva por fecha el 20 de marzo de 18167, es decir, poco más de dos años después, nos encontramos con que la última reforma de los partidos de la provincia de Madrid, la de diciembre de 1813, había sido suprimida, volviéndose virtualmente a la situación vigente en junio de 1813. Ésta es la relación de poblaciones citadas en este documento, respetándose el orden y la grafía del original:


Torrejón de Ardoz, Daganzo de Abajo, Daganzo de Arriba, Ajalvir, Cobeña, Aljete, Valdeolmos, Fresno de Torote, Alalpardo, Fuente el Saz, Talamanca, El Molar, Venturada, El Vellón, Alcolea [de Torote], Verrueco, Valdepeñas [de la Sierra], Viñuelas, Fuentelahiguera, Baldenuño [Fernández], Camarma de Esteruelas, Camarma del Caño, Bujés, Meco, El Encín, Los Hueros, Torres, Loeches, Mesones, Arganda, Campo Real, Pozuelo del Rey, Valdilecha, Tielmes, Caravaña, Orusco, Bra [Brea de Tajo], Drieves, Mazuecos, Almoguera, Zorita, Almonacid, Albalate, Yebra, Albares, Ambite, Villar del Olmo, La Olmeda, Baztán [Nuevo Baztán], Pezuela de las Torres, Santorcaz, Los Santos, Anchuelo, Corpa, Valverde y Villalbilla.


Además, claro está, de la propia Alcalá, lo que hace un total de 57 núcleos de población. Estudiando esta relación y comparándola con la de junio de 1813, se observa que ambas divisiones territoriales son virtualmente idénticas. De hecho, la única diferencia entre ambas consiste en la desaparición en la segunda de ellas de algunos caseríos o despoblados tales como Camarma de Encima, los caseríos del Campillo y de Vilches y el despoblado de Baezuela, junto con la aparición por vez primera como núcleo de población diferenciado de la alcalaína finca de El Encín... Con cuatro vecinos. Evidentemente, y por encima de criterios dispares a la hora de considerar los pequeños núcleos de población, la situación puede ser considerada como la misma que la reseñada en la figura 3.

Quizá pueda resultar asimismo interesante recordar cual era entonces la situación de varios núcleos de población actualmente despoblados, pero que entonces aún se mantenían habitados. Así, Daganzo de Abajo aparece en el documento con diez vecinos, Alcolea de Torote con otros diez, Camarma del Caño con quince y Buges o Bujés con dos; se trata en todos los casos de vecinos -es decir, cabezas de familia- y no de habitantes, por lo que para obtener el número de estos últimos habría que multiplicar por un factor cuyo valor se sitúa aproximadamente entre cuatro y cinco. En todo caso, es evidente que la despoblación de estos pequeños pueblos estaba ya muy avanzada, lo que justifica que, años más adelante, comiencen a desaparecer de los documentos.

El siguiente documento objeto de estudio, fechado el 22 de diciembre de 1820, lleva por título Estado que manifiesta la division provisional de los partidos de la provincia [de Madrid], con espresion de los pueblos de cada uno, el número de vecinos, y las leguas que distan aquellos de la cabeza del partido8, y hace alusión a un acuerdo de las Cortes por las que se aprobaba la división provisional de la provincia de Madrid en cinco partidos -los de Alcalá, Chinchón, Valdemoro, Colmenar Viejo y Navalcarnero- además de la villa de Madrid, que constituía a efectos jurídicos un sexto partido limitado a su término municipal.

Este documento resulta interesante por dos razones. Primero, porque a pesar de estar promulgado por el gobierno liberal implantado en nuestro país tras la sublevación del general Riego en Cabezas de San Juan en enero de este mismo año, responde todavía, con ligeras e insignificantes modificaciones, a la división provincial de 1801 -es decir, la de Godoy-, mantenida contra viento y marea por los gobiernos absolutistas de Fernando VII. De hecho, los liberales no implantarían su propia división territorial sino hasta enero de 1822, es decir, más de un año después, lo que justifica el calificativo de provisional utilizado en el documento. Pero hay aún un segundo punto de interés en lo que al partido complutense se refiere; entre los dos partidos en los que subdividía la provincia en 1801 y en junio de 1813, y es probable que también en 1816, y los once en los que quedaba repartida en diciembre de 1813, esta reordenación administrativa en seis partidos supone un caso intermedio, más racional que ambos extremos y en cierto modo precursor de la división definitiva de 1833.

Pasemos pues a considerar la relación de poblaciones que figuran en el documento, que son -respetando orden y grafías originales- las siguientes:


Alcalá de Henares, Argete, Alameda [de Osuna], Alcolea [de Torote], Ajalvir, Anchuelo, Albalate [de Zorita], Alvares, Almoguera, Almonacid de Zorita, Ambróz, Alarpardo, Barajas, Bujes, Valverde [de Alcalá], Villalvilla, Vallecas, Vacia Madrid, Vicálvaro, Valde-Nuño Fernandez, Chamartin, Cobeña, Camarma de Esteruelas, Camarma del Caño, Camarma de Encima, Corpa, Canillas, Canillejas, Coslada, Daganzo de arriba, Daganzo de abajo, Fresno de Torote, Granja de la Cabeza, Hortaleza, Yebra, Los Hueros, La Olmeda, Los Santos [de la Humosa], Loeches, Meco, Mesones, Nuevo Bastan, Paracuellos [de Jarama], Pezuela [de las Torres], Pezuelo del Rey, Rejas, Rivas, Santorcaz, San Fernando [de Henares], Torrejon de Ardoz, Torres [de la Alameda] y Zorita [de los Canes].



Esto hace un total de 52 poblaciones y unos 1.500 km2 aproximadamente. Comparando su configuración geográfica, reflejada en la figura 5, con las de las anteriores circunscripciones y, en particular, con la de junio de 1813 o la de 1816, se puede constatar como Alcalá conservaba el alejado enclave de Zorita al tiempo que perdía, por el sur, no sólo las poblaciones ribereñas del Tajuña (Ambite, Orusco, Carabaña y Tielmes), sino también las más cercanas de Arganda, Campo Real, Valdilecha y Villar del Olmo, todas ellas vinculadas históricamente a Alcalá y ahora dependientes de Chinchón. En cuanto al norte del partido, éste había perdido aquí prácticamente todo el antiguo enclave de Talamanca, así como los recientemente incorporados pueblos de la ribera derecha del Jarama, no conservando de esta zona más que a Valdenuño Fernández y Mesones, muy alejados ahora del núcleo principal dado que, según este documento, el partido alcalaíno no llegaba más allá de Algete y Alalpardo. En compensación Alcalá recibía una generosa porción de los pueblos que, por el norte y por el este, habían formado parte tradicionalmente del alfoz madrileño: Chamartín, Hortaleza, Barajas (con la Alameda de Osuna y Rejas), Paracuellos de Jarama, Canillas, Canillejas, Coslada, Vicálvaro (con Ambroz), Vallecas, Rivas, Vaciamadrid y el Real Sitio de San Fernando, quedándose para Chinchón en forma de extraño entrante las poblaciones de Mejorada del Campo y Velilla de San Antonio.

Uno de los numerosos puntos por los que liberales y absolutistas entraron en conflicto durante el reinado de Fernando VII fue, precisamente, la división territorial de España. No es de extrañar, pues, que cada vez que la situación política de nuestro país diera un vuelco lo primero que se planteara fuera precisamente la remodelación de las provincias españolas. Y así, mientras que en general puede afirmarse que los absolutistas tendían a restablecer la ya anticuada división provincial de Godoy de 1801, los liberales intentaban imponer la suya propia, como sucedió en cierta medida con la napoleónica de 1810 -aunque ésta fuera de inspiración francesa- y ya decididamente en las Cortes de Cádiz -intento que no llegó a verse plasmado en la realidad a causa de la implantación del absolutismo al retorno de Fernando VII- y en el trienio liberal; precisamente de esta última es de la que corresponde hablar ahora.

Aunque la remodelación territorial de España fue una de las cuestiones que más tempranamente se plantearon las Cortes Extraordinarias al crear éstas, tan sólo tres días después de constituirse el 12 de octubre de 1821, una Comisión de División Territorial, la nueva distribución provincial no sería aprobada sino con fecha de 30 de enero de 1822. Teniendo en cuenta que el régimen liberal, y con él la totalidad de su actividad legislativa, caería en el otoño de 1823, fácilmente puede comprobarse que la vigencia de la división provincial de 1822 fue forzosamente muy limitada, llegando a afirmar algunos autores que ni siquiera llegó a ser aplicada en la práctica.

De acuerdo con la bibliografía consultada9, la provincia de Madrid en 1822 era ya bastante parecida a la actual, aunque con algunas notables diferencias. Así, quedaban fuera de ella el Real Sitio de Aranjuez, el extremo formado por Cenicientos, Cadalso de los Vidrios y Villa del Prado, y la parte norte de la actual provincia, con Buitrago de Lozoya y Torrelaguna, junto con algunos territorios menores. En compensación la provincia se extendía hasta Tarancón y Leganiel -hoy conquenses- al tiempo que incorporaba el pequeño territorio formado por los despoblados de Fuenlespino, Valdeolmena, Fuenvellida, Anos y Santiago de Vilillas, actualmente pertenecientes a la provincia de Guadalajara a través del municipio de Almoguera.

En cuanto a la configuración de la comarca complutense nada puedo decir en concreto, dado que no me ha sido posible encontrar ninguna relación de poblaciones adscritas a la jurisdicción alcalaína en este período histórico. Por ello, tan sólo puedo dar referencia de los límites entre las provincias de Madrid y Guadalajara en la zona correspondiente a la comarca de Alcalá, desconociendo cuales eran los límites internos entre los distintos partidos de la primera de estas provincias. Así, la línea divisoria discurría exactamente igual que ahora por la zona de la Alcarria -de hecho ésta no ha variado desde los años del Fuero Viejo- para, una vez alcanzado el valle del Henares, dejar fuera de la comarca alcalaína -es decir, en la provincia de Guadalajara- las poblaciones de Bujes, Valdeavero y, probablemente, Alcolea de Torote (actualmente un despoblado que en fechas posteriores sería incorporado al término municipal de Torrejón del Rey, perteneciente a la provincia de Guadalajara) y Camarma del Caño. En compensación aparece aquí por vez primera como integrante del partido de Alcalá la villa de Ribatejada, hasta entonces sometida a la jurisdicción de la vecina provincia. Poco a poco, el partido alcalaíno iba adquiriendo su configuración actual.

El siguiente documento objeto de estudio, fechado el 28 de julio de 1825, corresponde a un edicto firmado por el intendente provincial en relación con la recaudación de un impuesto de aguardientes10, y al establecer las fechas en las que tendría lugar la subasta del arriendo del derecho de este impuesto da la relación completa de las poblaciones de la provincia de Madrid agrupadas en los partidos de Alcalá, Chinchón, Valdemoro, Colmenar Viejo y Navalcarnero, a los que hay que sumar el municipio de la capital. Dado que este documento está fechado con posterioridad al final del trienio liberal, en plena época de retorno al absolutismo, no es de extrañar que la configuración territorial de la provincia no responda ya a la reforma de 1822, inscribiéndose una vez más en la delimitación de 1801. Más interesante aún resulta constatar que el reparto de los municipios en los diferentes partidos es asimismo idéntico al existente en 1820, sin más diferencia entre ambos que algún que otro despoblado y, y esto afecta directamente a Alcalá, la desaparición en 1825 de la villa de Vallecas del partido complutense en beneficio, probablemente, de la propia capital, al no aparecer ésta en ninguno de los otros cuatro partidos que figuran en el documento. Razones de proximidad geográfica con Madrid son las que justifican probablemente esta exclusión, aunque resulta curioso constatar que es Vallecas un caso único que no se extiende al resto de los municipios entonces limítrofes con la capital.

Vayamos sin más dilación a considerar la relación de municipios que en este documento aparecen como dependientes del partido de Alcalá; son los siguientes, respetando como siempre el orden y las grafías originales:


Argete, Alameda [de Osuna], Alcolea [de Torote], Ajalvir, Anchuelo, Alvalate [de Zorita], Albares, Almoguera, Almonacid de Zorita, Ambroz, Alalpardo, Barajas, Bugés, Valverde [de Alcalá], Villa alvilla, Vacia Madrid, Vicálbaro, Val de Nuño Fernandez, Chamartin, Coveña, Camarma de Esteruelas, Id. del Caño, Id. de Encima, Corpa, Canillejas, Canillas, Coslada, Daganzo de Arriba, Daganzo de Abajo, Fresno de Torote, Granja de la Cabeza, Hortaleza, Yebra, Los Hueros, La Olmeda [de las Fuentes], Los Santos [de la Humosa], Loeches, Meco, Mesones, Nuevo Bastan, Paracuellos [de Jarama], Pezuela [de las Torres], Pozuelo del Rey, Rejas, Rivas, Santorcaz, San Fernando [de Henares], Torrejon de Ardoz. Torres [de la Alameda] y Zorita [de los Canes].


Junto, claro está, con la propia Alcalá. Como puede comprobarse sin más que comparar esta relación con la anterior de 1820, haciendo salvedad de la omisión ya comentada de Vallecas la comarca alcalaína del período posterior al trienio liberal era idéntica a la establecida en el momento del establecimiento de éste. Como en tantas otras facetas de la España de la época, también las divisiones territoriales sufrían los vaivenes de la política.

Fallecido Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, se instauraría en España un nuevo gobierno liberal que, como no, procedió a establecer una nueva división provincial. Francisco Javier de Burgos, nombrado ministro de Fomento del nuevo régimen, procedería a realizar esta labor con una sorprendente celeridad; por ley de 30 de noviembre de 1833 se procedía a estructurar España en 49 provincias, las actuales sin más modificación que la división, en las primeras décadas del siglo XX, de la provincia de Canarias en las de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Como puede comprobarse, esta división provincial resultó ser, a diferencia de sus antecesoras, extraordinariamente longeva, hasta llegar al punto de que es la actualmente vigente. No ocurriría lo mismo con los partidos, que han sido modificados con relativa frecuencia en función de las necesidades de la administración judicial; porque, no lo olvidemos, mientras las provincias tienen una entidad legal propia reconocida por la propia Constitución, los partidos judiciales son tan sólo una simple división administrativa del Ministerio de Justicia que no coincide en muchas ocasiones con las divisiones equivalentes de otros ministerios u organismos de la Administración española, ya que, salvo en Cataluña, nada se ha hecho equivalente a una subdivisión provincial en comarcas o cantones, tal como ocurre en otros país.

No obstante estas limitaciones, no cabe duda de que el partido judicial alcalaíno ha adquirido, a lo largo de sus más de 150 años de existencia, un carácter propio digno de ser tenido en consideración, lo que justifica con creces su estudio. Veamos cual era la relación de municipios pertenecientes al partido complutense dada por Pascual Madoz en su Diccionario geográfico, histórico y estadístico de España11 fechado en 1848, quince años después de efectuada la citada división provincial:


Ajalbir, Alalpardo, Alcalá de Henares, Aljete, Ambite, Anchuelo, Barajas, Camarma de Esteruela, Camarma del Caño, Campo-Albillo, Campo-Real, Canillas, Canillejas, Corpa, Coslada, Coveña, Daganzo de Abajo, Daganzo de Arriba, Fresno de Torote, Fuente el Saz, La Alameda [de Osuna], La Olmeda [de las Fuentes], Loeches, Los Hueros, Los Santos de la Humosa, Meco, Mejorada del Campo, Nuevo Bastan, Orusco, Paracuellos, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Rivas, Rivatejada, San Fernando [de Henares], Santorcaz, Serracines, Torrejón de Ardoz, Torres [de la Alameda], Valdeolmos, Valdetorres, Valdilecha, Vallecas y Vacía-Madrid, Valverde, Velilla de San Antonio, Vicálvaro, Villalvilla y Villar del Olmo.


Es decir, 48 municipios incluyendo al de Alcalá, aunque en esta relación se echa en falta a Valdeavero, que Madoz asigna a la provincia de Guadalajara pese a los límites provinciales no habían cambiado desde 1833; probablemente, todo se deba a un error. Sin embargo, en las entradas correspondientes a los pueblos el Diccionario incurre en algunas contradicciones respecto a la relación anterior, ya que hace a Daganzo de Abajo un anejo de Ajalvir, a Serracines otro de Fresno de Torote y agrupa a Canillas y Canillejas en un único ayuntamiento, lo que rebaja la cifra a 45 municipios, 46 si contamos al desaparecido Valdeavero. Asimismo corrige el error de incluir Vaciamadrid en el municipio de Vallecas cuando lo había sido, en 1845 concretamente, en el vecino de Rivas a raíz de la supresión de su propio ayuntamiento.

¿Qué variaciones habían tenido lugar en los quince años transcurridos entre la creación del partido, en 1833, y la publicación del libro de Madoz? Realmente muy pocas, sin que éstos afectaran a la extensión territorial del partido ya que se trata de pequeñas localidades que habían quedado despobladas: Ambroz, absorbido por Vicálvaro; Baezuela, que califica de cortijo y ubica en el término de Alcalá, aunque actualmente pertenece a San Fernando; Buges, anexionado a Meco; Camarma de Encima, que lo había sido por Camarma del Caño (más tarde su antiguo término municipal pasaría a formar parte del de Valdeavero); Rejas, en Barajas y Zarzuela del Monte, perteneciente entonces a Valdeolmos y ahora a Ribatejada.



Estudiando esta relación, y comparándola con la de las divisiones administrativas anteriores, se pueden observar varias cosas, tal como recoge la figura 6. En primer lugar, el partido de Alcalá perdía definitivamente el enclave de Almonacid de Zorita, hecho éste ciertamente lógico por tratarse de un enclave, muy alejado además del núcleo principal del partido. También perdía lo poco que le quedaba -Mesones y Valdenuño- de las antiguas tierras de Uceda y Talamanca y la otrora importante población de Alcolea de Torote, incorporada a la provincia de Guadalajara en 1833 y despoblada definitivamente en 1841, siendo agregado su término al de Torrejón del Rey. En compensación Alcalá recuperaba buena parte de los pueblos de la ribera del Tajuña a excepción de Arganda, Tielmes y Perales, e incorporaba definitivamente a su partido a Mejorada del Campo y Velilla de San Antonio. Por el norte y el noreste ampliaba su jurisdicción con villas que, o no le habían pertenecido nunca, o lo habían sido tan sólo temporalmente: Valdetorres de Jarama, Campoalbillo, Fuente el Saz, Valdeolmos, Ribatejada, Serracines y Valdeavero. Por último, Alcalá conservaría la mayor parte de las poblaciones limítrofes con Madrid con la excepción de Chamartín y Hortaleza, incorporadas definitivamente al partido judicial de Colmenar Viejo.

Otro documento interesante, 17 años posterior al Diccionario de Madoz, es el Noménclator General de España12, una minuciosa relación de todas las entidades de población de nuestro país publicada en 1865 en lo que a la provincia de Madrid respecta, según el cual en esa fecha el partido judicial complutense estaba constituido por los siguientes 45 municipios:


Ajalvir, La Alameda [de Osuna], Alcalá de Henares, Algete, Ambite, Anchuelo, Barajas de Madrid, Camarma de Esteruelas, Campoalbillo, Camporreal, Canillas, Canillejas, Cobeña, Corpa, Coslada, Daganzo de Arriba, Fresno de Torote, Fuente el Saz de Jarama, Los Hueros, Loeches, Meco, Mejorada del Campo, Nuevo Baztán, La Olmeda de la Cebolla [de las Fuentes], Orusco, Paracuellos de Jarama, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Ribatejada, Rivas de Jarama, San Fernando de Henares, Santorcaz, Los Santos de la Humosa, Torrejón de Ardoz, Torres de la Alameda, Valdeavero, Valdeolmos, Valdetorres, Valdilecha, Valverde de Alcalá, Vallecas, Velilla de San Antonio, Vicálvaro, Villalbilla y Villar del Olmo.


Entre los cuales había una ciudad (Alcalá) siendo el resto villas, a excepción de Campoalbillo, Fresno de Torote y Nuevo Baztán, que tan sólo tenían consideración de lugares. Respecto a la lista de Madoz han desaparecido Alalpardo y Camarma del Caño debido a la pérdida de su condición de municipios, al tiempo que da como ayuntamientos independientes a Canillas y Canillejas. Asimismo en esta ocasión sí aparece Valdeavero, con lo que queda corregido el aparente error de Madoz.

Según el Noménclator la Alameda de Osuna, Barajas, Canillas, Canillejas, Vallecas y Vicálvaro se incorporaron al partido complutense el 11 de octubre de 1862 tras ser desgajados del partido judicial madrileño; puesto que el Diccionario de Madoz asignaba en 1848 estas seis localidades al partido judicial de Alcalá, salvo error todo parece indicar que el criterio seguido en el siglo XIX de reservar los juzgados de Madrid únicamente para la capital, incorporando los pueblos cercanos a los partidos judiciales vecinos, debió de ser aplicado de forma intermitente, así como frecuente, aunque la configuración provincial no llegara a ser modificada en ningún momento.

No se agota aquí la información aportada por el Noménclator, ya que éste enumera también las entidades menores de población carentes de ayuntamiento propio: Serracines, perteneciente a Fresno de Torote; Alalpardo, anejo a Valdeolmos, y Vaciamadrid, dependiente administrativamente de Rivas. De menor importancia eran los caseríos de Zarzuela del Monte, Aldovea y Baezuela, pertenecientes al municipio de Ribatejada el primero y al de San Fernando los dos últimos. Belvis (en Paracuellos de Jarama), Silillos (en Valdetorres de Jarama) y Vaciabotas (en San Fernando) eran tan sólo unas casas de labor, y Ambroz, por último, un pequeño caserío perteneciente a Vicálvaro.

Otro apartado es el correspondiente a los actuales despoblados. El primero de ellos es Campoalbillo, entonces todavía municipio, situado junto a la carretera nacional 320 a mitad de camino entre Talamanca de Jarama y El Casar de Talamanca. Además de éste, el Noménclator cita a Camarma del Caño, perteneciente a Camarma de Esteruelas; Daganzo de Abajo, dependiente de Daganzo de Arriba (y no de Ajalvir) y Buges, incluido en el término municipal de Meco. Los dos primeros eran lugares, y el tercero un caserío.

En cuanto a las cuatro villas vinculadas históricamente a la tierra de Alcalá, pero incluidas en 1865 en el partido judicial de Chinchón, Arganda, Carabaña, Perales de Tajuña y Tielmes, tan sólo Arganda contaba con anejos, los caseríos de Valtierra y Vilches y la casa de la Poveda; paradójicamente los dos primeros están hoy despoblados, mientras la Poveda ha crecido hasta convertirse en un núcleo de población de regular importancia.

Del mismo año de 1865 es la Crónica de la provincia de Madrid13 de Cayetano Rosell, obra en la que se corroboran los datos del Noménclator a excepción de Daganzo de Abajo, que Rosell atribuye a Ajalvir tal como hiciera Madoz. Y efectivamente, aparece Valdeavero como perteneciente al partido judicial complutense.

Conforme pasaba el tiempo, y a pesar de la gran estabilidad que demostró tener esta configuración territorial de la comarca alcalaína, se produjeron no obstante diversas modificaciones, la mayor parte de ellas durante el último tercio del siglo XIX, que vinieron a ser fundamentalmente de dos tipos: Localidades convertidas en despoblados, y absorciones de unos municipios por otros.

En el apartado de despoblados hay que incluir, además de los ya citados anteriormente, a Camarma del Caño, agregada en fecha indeterminada a Camarma de Esteruelas y despoblada en fecha tan tardía como 1918, manteniéndose abierta al culto su parroquia hasta 193614; Daganzo de Abajo, Ambroz, Baezuela y Rejas, demolida esta última a raíz de la construcción del aeropuerto de Barajas. El despoblado de Campoalbillo, por su parte, sería incorporado al término municipal de Talamanca de Jarama y, como tal, segregado del partido de Alcalá, dado que Talamanca perteneció primero al de Torrelaguna, y posteriormente al de Colmenar Viejo. Asimismo, perdieron su condición de municipio los Hueros, anexionado a Villalbilla en 1883, y la Alameda de Osuna, que pasó a depender de Barajas en fecha indeterminada.

Ya con posterioridad a la guerra civil, el crecimiento de Madrid supuso el recorte de una porción del partido alcalaíno merced a la anexión por parte de la capital de cinco municipios pertenecientes al mismo, los cuales a partir de entonces pasaron a formar parte a todos los efectos de la capital. 1949 fue el año en el que perdieron su identidad municipal Barajas (a la que ya pertenecía la Alameda de Osuna), Canillas y Canillejas, y en 1950 lo hicieron Vicálvaro y Vallecas. Algunos años más tarde, por orden del Consejo de Ministros de fecha 26 de noviembre de 1954, se fusionaron los antiguos municipios de Rivas de Jarama y Vaciamadrid, muy dañados durante la batalla del Jarama, en la nueva entidad de Rivas-Vaciamadrid, con su núcleo urbano construido de nueva planta por la Dirección de Regiones Devastadas. Un año después, en 1955, el Instituto de Colonización creó de nueva planta la población de Belvis de Jarama (no confundir con el Belvis citado en los documentos del siglo XIX), situada en la carretera que enlaza Paracuellos con Algete y enclavada en el término municipal del primero de estos dos ayuntamientos.



De esta manera el partido alcalaíno quedó configurado en 37 municipios, abarcando 1.205 km2 de extensión de la forma que refleja la figura número 7. La relación de estos 37 municipios es la siguiente:


Ajalvir, Alcalá de Henares, Algete, Ambite, Anchuelo, Camarma de Esteruelas, Campo Real, Cobeña, Corpa, Coslada, Daganzo de Arriba, Fresno de Torote, Fuente el Saz de Jarama, Loeches, Meco, Mejorada del Campo, Nuevo Baztán, La Olmeda de las Fuentes [hasta hace unos años de la Cebolla], Orusco, Paracuellos de Jarama, Pezuela de las Torres, Pozuelo del Rey, Ribatejada, Rivas-Vaciamadrid, San Fernando de Henares, Santorcaz, Los Santos de la Humosa, Torrejón de Ardoz, Torres de la Alameda, Valdeavero, Valdeolmos, Valdetorres de Jarama, Valdilecha, Valverde de Alcalá, Velilla de San Antonio, Villalbilla y Villar del Olmo.


A los que hay que sumar los anejos anteriormente enumerados y, de unos años a esta parte, las numerosas urbanizaciones que han surgido por los diferentes puntos de la superficie del partido. Esta configuración del partido judicial complutense se mantuvo sin variaciones durante bastantes años, pero el gran crecimiento demográfico de la zona situada a lo largo de la carretera nacional II acabó convirtiéndola en algo muy poco operativo, haciendo de los juzgados de Alcalá unos de los más congestionados de España. Se imponía, pues, una reforma en profundidad de su estructura, y ésta tuvo finalmente lugar en el seno de la remodelación realizada a nivel nacional en 198815. A raíz de la implantación de la misma el antiguo partido de Alcalá ha quedado dividido en cuatro con cabeceras, respectivamente, en Alcalá, Torrejón, Coslada y Arganda, este último agrupando a los municipios del sur del antiguo partido de Alcalá con los del norte del también antiguo partido de Chinchón, varios de los cuales formaron parte en su día de la comarca histórica complutense. Tal como ocurrió en épocas anteriores, la comarca alcalaína adquiere de nuevo un carácter multipolar más acorde con su realidad actual. Se podrá objetar que hasta qué punto es lícito agrupar dentro de la comarca de Alcalá estos cuatro nuevos partidos; ciertamente la inexistencia de unos límites geográficos precisos ha convertido en algo muy difícil de dilucidar a la extensión verdadera de la comarca alcalaína, lo que obliga a adoptar aproximaciones mejores o peores, pero siempre aproximaciones. Por otro lado, tres de estos cuatro partidos caen en su totalidad dentro de los límites del antiguo partido de Alcalá, mientras el cuarto -el de Arganda- recupera a las poblaciones que en su día pertenecieron al Fuero Viejo y quedaron descolgadas de Alcalá en el siglo XIX (Arganda, Carabaña, Perales de Tajuña y Tielmes), así como aquéllas que formaron parte temporalmente del mismo (Brea de Tajo) o que estuvieron .vinculadas eclesiástica, aunque no administrativamente (Morata de Tajuña) a Alcalá. Quedan sin vinculación histórica de ningún tipo con Alcalá únicamente Estremera, Fuentidueña de Tajo, Valdaracete, Villamanrique de Tajo y Villarejo de Salvanés, lo que convertiría a mi entender en más errónea la exclusión del partido de Arganda que su inclusión en la comarca complutense.



Ésta es la configuración actual de estos cuatro nuevos partidos:


PARTIDO DE ALCALÁ

Alcalá de Henares, Anchuelo, Camarma de Esteruelas, Corpa, Meco, Pezuela de las Torres, Santorcaz, Los Santos de la Humosa, Valdeavero, Valverde de Alcalá y Villalbilla.


PARTIDO DE TORREJÓN

Ajalvir, Algete, Cobeña, Daganzo de Arriba, Fresno de Torote, Fuente el Saz de Jarama, Paracuellos de Jarama, Ribatejada, Torrejón de Ardoz, Valdeolmos y Valdetorres de Jarama.


PARTIDO DE COSLADA

Coslada, Mejorada del Campo, San Fernando de Henares y Velilla de San Antonio.


PARTIDO DE ARGANDA

a) Procedentes del partido de Alcalá.

Ambite, Campo Real, Loeches, Nuevo Baztán, La Olmeda de las Fuentes, Orusco, Pozuelo del Rey, Rivas-Vaciamadrid, Torres de la Alameda, Valdilecha y Villar del Olmo.

b)Procedentes del partido de Chinchón.

Arganda, Brea de Tajo, Carabaña, Estremera, Fuentidueña de Tajo, Morata de Tajuña, Perales de Tajuña, Tielmes, Valdaracete, Villamanrique de Tajo y Villarejo de Salvanés.


Esto hace un total de 48 municipios distribuidos de la siguiente manera: 11 en el partido de Alcalá, otros 11 en el de Torrejón, 4 en el de Coslada y 22 en el de Arganda, el más numeroso de los cuatro. En cuanto a la extensión superficial total ésta es de 1.843 km2, repartidos entre los 375 del partido de Alcalá, los 345 del de Torrejón, los 83 del de Coslada y los 1.040 de Arganda, de la manera que refleja la figura 8.




NOTAS


1 Biblioteca Nacional. Sección Manuscritos. Mss. 2274.
2 MARCOS GONZÁLEZ, Mª Dolores. La España del Antiguo Régimen. Fascículo VI. Castilla la Nueva y Extremadura. Universidad de Salamanca, 1971.
3 MADOZ, Pascual. Diccionario geográfico, histórico y estadístico de España. Madrid, 1848.
4 MADOZ, Pascual. Diccionario geográfico, histórico y estadístico de España. Madrid, 1848. Véase también JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando. La formación de la provincia de Madrid en Revista de Occidente, nº 27-28 (Extraordinario VII). Agosto-Septiembre de 1983 y BARTOLOMÉ MARCOS, Luis. Aspectos histórico-administrativos de la provincia de Madrid. Revista Alfoz, nº 4. Septiembre-Octubre de 1983.
5 Archivo municipal de Alcalá de Henares (AMA). Leg. 332/1.
6 Archivo municipal de Alcalá de Henares (AMA). Leg. 328/1.
7 Archivo municipal de Alcalá de Henares (AMA). Leg. 643/5.
8 Archivo municipal de Alcalá de Henares (AMA). Leg. 843/1.
9 JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando. La formación de la provincia de Madrid en Revista de Occidente, nº 27-28 (Extraordinario VII). Agosto-Septiembre de 1983 y BARTOLOMÉ MARCOS, Luis. Aspectos histórico-administrativos de la provincia de Madrid. Revista Alfoz, nº 4. Septiembre-Octubre de 1983.
10 Archivo municipal de Alcalá de Henares (AMA). Leg. 322/1.
11 MADOZ, Pascual. Diccionario geográfico, histórico y estadístico de España. Madrid, 1848.
12 Nomenclátor que comprende las poblaciones, grupos, edificios, viviendas, albergues, etc., de las cuarenta y nueve provincias de España (4 tomos). Obra ejecutada bajo la dirección de la Junta general de Estadística. Madrid, 1863-1871.
13 ROSELL, Cayetano. Crónica de la provincia de Madrid. Madrid, 1865.
14 PÉREZ PÉREZ, Arturo. Camarma. Datos de pequeña historia. 1982.
15 Boletín Oficial del Estado de fecha 30 de diciembre de 1988.




ADVERTENCIA

Al realizar los mapas que ilustran el presente artículo tropecé con el problema de no disponer de una cartografía fiable de los términos municipales pertenecientes a las poblaciones que figuraban en los documentos. Esto me ha obligado a recurrir a los términos municipales actuales, con lo que en algunos casos el territorio real de la comarca alcalaína puede no coincidir exactamente con el consignado en el correspondiente mapa, aunque siempre lo hará de una manera muy aproximada. En general los términos municipales no suelen variar demasiado a lo largo del tiempo, siendo sus principales modificaciones debidas al despoblamiento de ciertas poblaciones o a la absorción de unos municipios por otros. Siempre que ha sido posible, y esto ha ocurrido la mayor parte de las veces, se han trazado de forma aproximada los límites de los antiguos términos municipales hoy convertidos en despoblados o en anejos de otros municipios vecinos. Existe, no obstante, un caso -el de Alcolea de Torote- en el que ha resultado imposible establecer, siquiera de una manera aproximada, la configuración de su extinto término municipal. Por esta razón, siempre habrá de entenderse a las extensiones territoriales como aproximadas.


Publicado en el volumen III de Anales Complutenses (1991)
Ampliado con el artículo publicado el 28-2-1998, en el nº 1.562 de Puerta de Madrid
Actualizado el 21-5-2006