¿Qué falta en la Semana Santa complutense?



Dado que el consenso general -y acertado- es que en estos últimos años la Semana Santa de Alcalá ha ido cada vez a más, puede ocurrir que mi pregunta cree cierta sorpresa, máxime cuando contamos con un recorrido iconográfico de la Pasión bastante completo que rebasa con creces la veintena de pasos, con diez cofradías dos de las cuales, la de Cristo Resucitado y la de Jesús Despojado han sido creadas en estos últimos años. Así pues, ¿por qué razón la planteo?

Desde luego, por falta de satisfacción no. Pero ocurre que hemos llegado a un punto en el que prácticamente todas las cofradías existentes cuentan ya con dos pasos, e incluso la del Santo Entierro con tres, por lo que cabe suponer que hayan alcanzado el límite de su capacidad; máxime teniendo en cuenta que otras dos de ellas, la del Cristo de la Columna y la del Cristo de la Agonía disponen también de un tercer paso -Jesús Nazareno con la Cruz a Cuestas la primera y Jesús Cautivo la segunda- que, aunque no acompañan a las imágenes titulares de las mismas, sí intervienen en los Vía Crucis que organizan ambas, el primer viernes de cuaresma y el Viernes de Dolores, respectivamente.

Así pues, y con vistas a un futuro más o menos inmediato, me gustaría hacer una reflexión sobre la forma en la que la Semana Santa de Alcalá podría seguir avanzando una vez cubiertos estos objetivos. Por supuesto se trata de meras especulaciones, razón por lo cual han de ser tomadas tan sólo como tales.

Para empezar, y aun teniendo en cuenta el importante paso que supuso que la hermandad de Cristo Resucitado se hiciera cargo en 2014 de la Procesión del Encuentro, incorporando a ella la imagen de la Virgen de la Salud y del Perpetuo Socorro, se sigue echando en falta otra nueva cofradía que pudiera hacerse responsable del paso de la Borriquita, que al día de hoy sigue careciendo de ella. Cierto es que esta imagen está atendida por la Junta de Cofradías, cuyos miembros se turnan cada año para organizar la procesión del Domingo de Ramos, pero cierto es también que se ganaría mucho de existir ésta.

Asimismo no vendría nada mal la aparición de otras cofradías con sus imágenes propias; en este sentido conviene recordar que en estos últimos años hubo una, la de la Virgen del Mayor Dolor y el Traspaso, que naufragó en 2007 antes de llegar a consolidarse pese a contar con la imagen, conservada actualmente en el convento de las Úrsulas. Otra iniciativa frustrada fue la de un grupo de jóvenes feligreses de la parroquia de San Juan de Ávila, que en la Semana Santa de 2009 se encargaron de sacar en procesión al paso de la Borriquita. Aunque en sus planes figuraba constituirse en hermandad penitencial bajo la advocación de Jesús de la Humildad, e incluso llegó a hacerse público el boceto de la que sería su imagen titular, un Ecce Homo, la hermandad no se llegó a consolidar.

Y fue una lástima, dado que siempre he defendido la necesidad de que surgieran nuevas cofradías bien en los barrios, bien promovidas por determinados colectivos sociales que hoy se mantienen mayoritariamente al margen, por una u otra razón, de las procesiones de la Semana Santa. Porque si queremos que éstas den otro importante salto hacia delante, es fundamental que las cofradías pierdan el miedo a salir fuera del casco antiguo abriéndose al resto de Alcalá, algo que sí entendieron los responsables de la hermandad de Jesús Despojado estableciendo su sede canónica en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva con la pretensión de incardinarse en el barrio de Espartales, uno de los más jóvenes de la ciudad.

Esta cofradía, la más joven de todas ellas, fue asimismo la primera en procesionar, en 2017, por calles que nunca habían visto pasar una procesión de Semana Santa, tanto a través de los nuevos barrios de Espartales y El Ensanche, como por otras más céntricas, pero situadas fuera del casco antiguo como las de Ferraz, Cánovas del Castillo, Talamanca y Ángel, aunque lamentablemente el Ayuntamiento no les permitió repetir este recorrido alegando presuntos entorpecimientos de tráfico -como si los múltiples maratones, carreras populares, carreras ciclistas y similares no entorpecieran tanto o más-, por lo que a partir de 2018 pasaron a hacerlo por el casco antiguo partiendo de la Catedral-Magistral.

Pese a su carácter efímero, y siempre que se contara con el consentimiento municipal dado que el recorrido sería menor, es una iniciativa que podría servir de ejemplo a otras cofradías como la de Jesús de Medinaceli o la de las Angustias que, pese a tener sus sedes canónicas en parroquias situadas fuera del casco antiguo, San Bartolomé y Santiago respectivamente, pero cercanas al centro de la ciudad, no inician sus estaciones de penitencia en éstas, sino desde el Colegio de Málaga la primera y desde la Catedral-Magistral la segunda. Ciertamente el diseño de estos templos, con unas puertas de acceso demasiado angostas para permitir la salida de los pasos desde su interior, dificulta bastante esta iniciativa, pero otras cofradías se han encontrado también con problemas similares y han sabido solventarlos de una u otra manera.


Posibles advocaciones nuevas




Arriba: Paso de los Evangelios. Jesús en casa de Lázaro, de Murcia
Abajo: Paso alegórico. Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad, de Sevilla. Fotografía de sevilladailyphoto


Veamos ahora cuales podrían ser las advocaciones de unos hipotéticos nuevos pasos. En principio cualquiera de las inexistentes en la actualidad, razón por la que voy a centrarme tan sólo en las relativas a la Pasión que al día de hoy no están representados, sin considerar otras alternativas posibles tales como los pasos alegóricos o alusivos a episodios de los Evangelios anteriores al Domingo de Ramos e incluso al Antiguo Testamento, muy populares en algunas regiones como la murciana pero sin tradición -salvo excepciones, como las famosas Figuras Bíblicas de Puente Genil- ni en la Semana Santa castellana ni en la andaluza, las dos principales influencias de las procesiones complutenses, aunque existe alguna excepción como el Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad sevillano, donde aparecen representadas las tres Personas de la Trinidad rodeadas por los Padres de la Iglesia y varias figuras simbólicas.

Por supuesto incluso limitándonos al período comprendido entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección la lista podría ser tan larga como se quisiera, por lo que en aras de la brevedad me limitaré a considerar tan sólo las advocaciones más habituales prescindiendo, como regla general, de posibles variantes.

Asimismo es preciso recordar que algunos de estos pasos ya existieron en las iglesias alcalaínas con anterioridad a que los desmanes de los siglos XIX -invasión francesa y desamortizaciones- y XX -Guerra Civil- arrasaran con buena parte de su patrimonio artístico, por lo que en estos casos habría que hablar de reinstauración antes que de fundación o de nueva creación. Así ocurre con la Última Cena, que contó con cofradía propia al menos hasta principios del siglo XIX; con un Cristo abrazado a la Cruz, cabe suponer que similar a Cristo Varón de Dolores; con las Dos Marías o con San Juan al pie de la Cruz, todos ellos pertenecientes al desaparecido convento de San Diego; con el Cristo arrodillado, con toda probabilidad un Cristo del Perdón, que se veneraba en el convento de Mínimos de la Victoria, o con el Cristo de la Caña, un Ecce Homo que se conservó en el convento de las Agustinas hasta 1936. Lamentablemente a la escasez documental se une el hecho de que de muchas de las antiguas imágenes alcalaínas conocemos tan sólo su nombre, sin que se pueda determinar con exactitud el momento concreto de la Pasión que representaban.




El Lavatorio de los pies, de Murcia. Fotografía de Antonio Barceló


Así, siguiendo el orden cronológico propio de la Pasión y saltándonos la ya existente entrada en Jerusalén el Domingo de Ramos -o la Borriquita-, nos encontramos en primer lugar con el Lavatorio de los pies, que tuvo lugar como preámbulo a la Última Cena la noche del Jueves Santo.




La Última Cena, de Valladolid


Acto seguido vendría La Última Cena que, tal como he comentado, contó en Alcalá con una cofradía propia que aparece reflejada en una relación de cofradías radicadas en el desaparecido convento de San Diego fechada en 1810. Lamentablemente no sólo no he podido averiguar si procesionaba en Semana Santa, sino que además su rastro se pierde por completo a raíz de la desamortización del convento un cuarto de siglo más tarde, sin que se conozca cual pudo ser el paradero de las imágenes.




Despedida de Jesús y su Madre, de Zamora. Fotografía de la hermandad


Un episodio poco habitual en las procesiones de Semana Santa, aunque es recordado en las de Cartagena y Zamora, es la Despedida de Jesús y su Madre antes de que éste parta para el Huerto de los Olivos, donde comenzará su Pasión.




Arriba, La Oración en el Huerto de Valladolid, obra de Andrés Solanes (c. 1629)
Abajo, La Oración en el Huerto de los talleres El Arte Cristiano de Olot (Fotografía: alharides.blogspot.com.es)


Pasamos ahora a La Oración en el Huerto, una advocación muy frecuente en la Semana Santa y muy fácil de reconocer como tal, que existió en Alcalá si bien de forma efímera ya que, adquirido por suscripción popular en 1921, desapareció en la vorágine de la Guerra Civil tan sólo quince años más tarde. Aunque no se conserva ninguna fotografía suya, o al menos yo no he conseguido encontrarla, todo parece indicar que pudo tratarse de un paso fabricado en los talleres de Olot, similar quizá a los existentes en diversas poblaciones españolas.




Jesús Luz y Vida, de Zamora


La hermandad penitencial de Jesús Luz y Vida, una cofradía de Zamora de relativamente reciente constitución -data de 1988-, recoge en su paso titular una variante poco frecuente del anterior episodio de la Pasión, con un Jesús implorando a Dios que se produzca su resurrección erguido en lugar de arrodillado y sin el resto de los elementos y figuras que suelen acompañar a este misterio. La imagen, obra del tallista zamorano Hipólito Pérez Calvo, se conserva en la catedral zamorana.




El Beso de Judas, de Murcia, obra de Salzillo
Fotografía tomada de webs.ono.com/salzilloescultor/beso.htm


Dentro del episodio que podríamos denominar como el Prendimiento caben varias alternativas, una de las cuales sería el popular -también en Alcalá- Cristo de Medinaceli. Aquí también estarían comprendidos los pasos de Misterio con varias figuras, tanto el Prendimiento propiamente dicho como otras variantes del mismo entre las que podríamos citar el Beso de Judas.




Jesús ante Anás (arriba) y Jesús ante Caifás, ambos de Sevilla
Fotografías tomadas de rinconcito-cofrade.blogspot.com.es


A continuación, según narran los Evangelios, Cristo sería llevado primero a presencia de Anás, anterior sumo sacerdote, el cual le remitió a su yerno Caifás, su sucesor en el cargo. Aunque no se trata de pasos de misterio frecuentes, podemos encontrar ambos, bajo las advocaciones de Jesús ante Anás y Jesús ante Caifás, en la Semana Santa de Sevilla.




El desprecio de Herodes, de Sevilla
Fotografía tomada de rinconcito-cofrade.blogspot.com.es


Fue en la casa de Caifás donde tuvieron lugar las Negaciones de San Pedro, misterio incorporado a la Semana Santa complutense como segundo paso de la cofradía de la Virgen de las Angustias y completado en 2022. Siguiendo la narración de la Pasión, Caifás envió a Jesús ante Poncio Pilatos, el gobernador romano, el cual intentó desentenderse de lo que interpretaba como un problema interno judío. Y como Jesús era galileo, buscó librarse de él remitiéndoselo a su vez a Herodes, el rey de Galilea, que en ese momento se encontraba en Jerusalén; pero Herodes se limitó a burlarse de Jesús devolviéndoselo a Poncio Pilatos, escena recogida en El desprecio de Herodes.




La Sentencia, de Hellín. Fotografía tomada de www.spaincenter.org


Al gobernador romano no le cupo entonces otra opción que la de juzgarlo, declarándole culpable y condenándolo a ser crucificado. Aprovechando la tradición de indultar a un condenado durante la Pascua judía, ofreció a la plebe la elección entre Jesús y Barrabas, optando ésta como es sabido por el segundo. Aunque no se trata de una representación iconográfica habitual, el paso de La Sentencia refleja este episodio en la Semana Santa de Hellín.




Jesús ante Pilatos, de Jerez de los Caballeros. Vista general y detalle


Inmediatamente después vendría el conocido gesto de Pilatos lavándose las manos al no querer hacerse responsable de tan injusta sentencia, tal como está representado en Jesús ante Pilatos, uno de los pasos de la Semana Santa de Jerez de los Caballeros.

Según la narración de los Evangelios, una vez sentenciado Jesús tuvo lugar la Flagelación, de la cual también hubo un paso en Alcalá entre 1921 y 1936. El Cristo de la Columna correspondería a este apartado, aunque en muchas ocasiones su figura se complementa con la del sayón o sayones que lo azotan, e incluso con algún soldado romano, figuras inexistentes en el paso alcalaíno.




Cristo Flagelado del Desamparo y la Caridad, de León
Fotografía tomada de www.semanasantaleon.org


Una variante original y muy poco frecuente de la Flagelación es el Cristo Flagelado del Desamparo y la Caridad, una talla reciente (de 1998) que procesiona en León. Este paso presenta la particularidad de que Cristo aparece sentado, aunque todavía amarrado a la columna, y está inspirado en el cuadro de Velázquez Cristo y el alma cristiana, que se conserva en la National Gallery de Londres.




Cristo del Mayor Dolor, de Antequera. Vista general (arriba) y detalle


Inmediatamente posterior sería el Cristo del Mayor Dolor, del cual tenemos muestras en las localidades malagueñas de Antequera y Archidona. Ambas son del siglo XVIII, y la primera es obra de Andrés Carvajal mientras la segunda es anónima. Esta advocación refleja el momento en el que Cristo, desvalido tras ser flagelado, recoge arrodillado sus ropas.


Ecce Homo de Cádiz (izquierda, fotografía de www.lavozdigital.es) y de Valladolid (derecha, fotografía de www.jcssva.org)


Tras la Flagelación llega el Ecce Homo, episodio en el que Jesús, tras ser azotado y coronado con espinas, es mostrado por Poncio Pilatos al populacho. En la imaginería de Semana Santa se suele representar a Jesús con una corona de espinas, una capa y una caña a modo de burlescos atributos reales y en ocasiones con una soga atada al cuello, por lo que popularmente se le suele conocer como Cristo de la Caña. Puede aparecer de pie o sedente, en este último caso a modo de remedo de un rey sentado en su trono.

No está claro si en Alcalá llegó a existir la advocación del Ecce Homo, ya que si bien las crónicas anteriores a la Guerra Civil citan a un Cristo de la Caña -lo que supone una probable alusión a la misma-, añaden asimismo que vestía una túnica de terciopelo morado bordada en oro y portaba una larga cabellera, lo que le aproximaría más al Cristo de Medinaceli ya que los Ecce Homos suelen carecer de vestimenta, a excepción del paño de pureza y, en ocasiones, la capa echada sobre los hombros. En cualquier caso, esta advocación está ausente en la actualidad tras el fallido intento de constitución de la cofradía del Cristo de la Humildad.




La Coronación de Espinas, de Hellín
Fotografía tomada de www.spaincenter.org


El Ecce Homo, sin duda una de las advocaciones más populares de la Pasión, cuenta con numerosas variantes. Una de ellas es La Coronación de Espinas, momento en el que Jesús es humillado con esta sangrienta farsa en respuesta a su afirmación de ser rey de los judíos.




Ecce Homo y Pilatos, de Hellín
Fotografía tomada de www.spaincenter.org


Contamos también con el momento en el que Poncio Pilatos se lava simbólicamente las manos, dando a entender que se desentiende de la suerte que pueda correr su prisionero.


Cristo de la Humildad y Paciencia de Estepa (izquierda) y de Medina Sidonia (derecha)


Otra versión del Ecce Homo, frecuente sobre todo en Andalucía, es la de Cristo de la Humildad y Paciencia en la que Jesús, sentado y con aspecto abatido, se muestra desvalido y en actitud meditativa. Aunque existen diferencias entre unas y otras imágenes, por lo general esta advocación suele representar a un Salvador más humano y realista que el resto.


Cristo del Perdón, de Atienza (izquierda, fotografía tomada de www.villadeatienza.com) y de Medina Sidonia (derecha)


Una representación del Ecce Homo, famosa por existir obras de artistas de la talla de Luis Salvador Carmona o Pedro Roldán, es la del Cristo del Perdón, más mayestática que la anterior al aparecer la figura de Cristo en actitud triunfante arrodillada sobre la bola del mundo.


Cristo Varón de Dolores, de Sevilla (izquierda, imagen del Hospital del Pozo Santo). Fotografía tomada de jossorio.wordpress.com
y de Madrid (derecha, imagen de la parroquia de San Cayetano)


Un último ejemplo de Ecce Homos es el de Cristo Varón de Dolores, muy popular en Andalucía y también en el barroco, del cual se conservan tallas en Sevilla -una de ellas, atribuida al círculo de Pedro Roldán, está fechada a finales del siglo XVII, junto con otras imágenes más modernas-, Málaga y Jerez de los Caballeros. También es famoso el Cristo de la Victoria, o de Serradilla, por conservarse en el monasterio de Agustinas Recoletas de esta localidad cacereña; tallado en Madrid en 1630 por el escultor Domingo de Rioja, una copia suya, realizada en 1958 por el imaginero Víctor González Gil, se conserva en la parroquia madrileña de San Cayetano. Existe una segunda imagen de esta misma advocación en Madrid, concretamente en la capilla de la Orden Tercera de San Francisco de la que es titular, tallada a mediados del siglo XVII por un autor anónimo también a imitación de la de Serradilla.

Cristo Varón de Dolores aparece como un Ecce Homo erguido y abrazado a la cruz, con el pie apoyado sobre una calavera simbolizando su triunfo sobre la muerte mientras tras él se enrosca una serpiente, símbolo a su vez de su triunfo sobre el demonio.

En nuestra ciudad contamos con dos Cristos con la Cruz a cuestas, o Nazarenos tal como se les conoce habitualmente, en los conventos de la Imagen y Santa Úrsula. Ambos son gemelos dado que se trata de imágenes de serie salidas de los talleres de arte religioso de Olot, diferenciándose tan sólo en las túnicas -originalmente no las portaban- y en otros detalles menores. Similar a éstos en su representación de Jesús camino del Calvario sería -aunque por desgracia carezco de fotografías suyas- el antiguo Cristo de la Humildad, desaparecido en 1936.




Jesús de la Misericordia en la Primera Caída, de la catedral de la Almudena de Madrid
Fotografía tomada de la Wikipedia




La Segunda Caída, de Palma de Mallorca. Fotografía de la Cofradía Juventud Antoniana






Arriba, Jesús del Gran Poder en la Tercera Caída, de Vélez Málaga. Fotografía de José María López
Abajo, Jesús en su Tercera Caída, de Zamora. Fotografía de la hermandad


Diversas variantes de esta representación de Jesús con la Cruz a cuestas, que podemos encontrar en otro lugares de la geografía española, corresponden a alguna de sus tres caídas, sumándose en ocasiones a la figura de Cristo las de la Virgen, la Verónica o el Cirineo, que contribuyen a completar la iconografía.


Jesús Nazareno abrazado a la Cruz de Écija (izquierda) y Jesús Nazareno de la Hermandad del Silencio de Sevilla (derecha)
La fotografía de la derecha está tomada de la Wikipedia


En Andalucía es popular la advocación de Jesús Nazareno abrazado a la Cruz, que se diferencia de los anteriores en que no carga con la cruz de la manera tradicional, sino que la abraza de forma similar a la de Cristo Varón de Dolores, aunque aquí no se presenta como un Ecce Homo sino revestido con una túnica, tal como suele ser habitual en los Nazarenos. En ocasiones la cruz está casi en vertical como ocurre con Nuestro Padre Jesús Nazareno Abrazado a la Cruz de Écija, pero en otros casos la cruz está inclinada hacia atrás, por lo que da la impresión de que Cristo la lleva a cuestas pero colocada al revés, es decir, empujándola con su extremo inferior por delante.




Jesús del Madero, de Ceuta. Vista general (arriba) y detalle


Más original, puesto que se trata de una representación muy inusual, es el Jesús del Madero de la catedral de Ceuta, con los brazos amarrados al travesaño de la cruz en lugar de, tal como suele ser lo habitual, ir cargando con ella. Asimismo, está acompañado por una Dolorosa. Paradójicamente los historiadores afirman que era ésta, u otra similar, la manera en la que los romanos conducían al suplicio a los condenados cargando con el patíbulum -el travesaño de la cruz- dado que una cruz entera habría resultado demasiado pesada para arrastrarla, máxime si antes habían sido torturados tal como describen los Evangelios. Una vez llegado al lugar de la ejecución el patíbulum junto con el reo a él amarrado eran izados al larguero vertical y, una vez fallecido éste, descolgados manteniéndose el larguero en su lugar para la próxima ejecución.




Jesús Condenado, de Cáceres. Fotografía tomada de la Wikipedia


Una iconografía similar es la del cacereño Jesús Condenado, imagen titular de la cofradía homónima desde 2011. Según la Wikipedia en ninguna otra procesión de la Semana Santa española sale una imagen similar, y efectivamente ésta no aparece en el programa de la Semana Santa ceutí.




La Desnudez, de Benavente. Fotografía tomada de ssantabenavente.blogspot.com.es


El siguiente episodio de la Pasión, correspondiente a la décima estación del Vía Crucis, es el Expolio o el Despojo, que representa el momento en el que Jesús es despojado de su ropa antes de ser crucificado. Sin tradición previa en Alcalá, ésta fue la advocación elegida por la hermandad de Jesús Despojado de sus Vestiduras, cubriéndose así el hueco existente hasta ahora en la Semana Santa complutense. En Benavente nos encontramos con una variante original, La Desnudez, que según la cronología de la Pasión se situaría inmediatamente después del Despojado y previa a la Crucifixión.




Preparativos para la Crucifixión, de Valladolid. Fotografía de www.jcssva.org


Pasado El Expolio nos encontramos con el paso vallisoletano de los Preparativos para la Crucifixión, una interesante iconografía muy poco frecuente en las procesiones de Semana Santa.




La Crucifixión, de Zamora. Fotografía tomada de El Descendimiento de Cuenca




La Exaltación de la Cruz, de Écija


Les llega ahora el turno a dos pasos de misterio previos a la representación de Cristo crucificado, la Crucifixión y la Exaltación en la Cruz, rememorando esta última el momento en el que la cruz es alzada tras haber sido clavado Jesús en ella.




Cristo entre los dos ladrones, de Málaga


La advocación de Cristo en la Cruz, momento clave de la Semana Santa, admite numerosas variantes, aunque en Alcalá tan sólo existen dos crucifijos sencillos -el de los Doctrinos y el del Trabajo- y un calvario -el de la Agonía-, con la Virgen, san Juan y María Magdalena acompañando a Jesús. Sin embargo existen otras alternativas, tal como es el caso de la inclusión de las figuras de los dos ladrones, con o sin las del calvario tradicional. Hasta su destrucción en 1936 se conservó en una de las capillas de la Magistral un Cristo entre los dos ladrones del que lamentablemente no existe documentación gráfica, sin que haya noticias de que este grupo escultórico llegara a salir en procesión, al menos tras la recuperación de éstas a partir de 1917.




Sed tengo, de Valladolid. Fotografía de la Wikipedia


Los Evangelios relatan que mientras duró el suplicio de la crucifixión Jesús pronunció siete breves frases conocidas como las Siete Palabras. La quinta de ellas, poco antes de expirar, fue Tengo sed, y en ella está inspirado el impresionante paso tallado por Gregorio Hernández propiedad del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, ciudad en cuya Semana Santa participa. Representa el momento en el que unos soldados acercan a su rostro una esponja impregnada en vinagre y hiel que él rechaza.




La Lanzada, de Málaga. Fotografía de Francis Silva


Relacionado con la Lanzada estaría el momento en el que, según una tradición medieval, José de Arimatea recogió la sangre y el agua derramadas de esta herida en el Grial, la copa con la que se habría celebrado la Última Cena. Este episodio, que no aparece en los Evangelios, es el representado en el paso procesional del Cristo de las Ánimas de la localidad valenciana de Alboraya, con la diferencia de que José de Arimatea está sustituido por un ángel.




Cristo de las Ánimas, de Alboraya. Fotografía de turismoalboraya.es


Tras la muerte de Jesús llega el Descendimiento, el cual tiene su hueco en la Semana Santa complutense gracias a la iniciativa de la cofradía de la Virgen de la Soledad, aunque este paso está todavía incompleto. Entre éste y el Cristo Yacente nos encontramos con varios misterios. El primero de ellos es el de la Virgen de las Angustias , también conocida como Virgen de la Piedad, representada sedente con el cadáver de Cristo en su regazo. Esta advocación existió en Alcalá hasta la Guerra Civil, pero la imagen fue destrozada en 1936 y no se recuperó hasta 2001 de manos de la nueva cofradía homónima.

Otra iconografía frecuente es la de la Cruz desnuda una vez retirado el cuerpo de Cristo, comúnmente acompañada por los atributos de la Pasión -el sudario, la escalera, los clavos y la corona de espinas- o bien por una o varias imágenes. Al primer caso corresponde el paso alcalaíno de los Atributos de la Pasión propiedad de la cofradía del Santo Entierro, desaparecido a finales de los años sesenta y recuperado en 2010.


Virgen de la Vera Cruz (izquierda) y San Juan y la Magdalena al pie de la Cuz (derecha), ambas de Valladolid
La fotografía de la derecha está tomada de www.jcssva.org


En el segundo la representación más frecuente suele ser la de una Virgen sedente bajo la Cruz, tal como ocurre con la Virgen de la Vera Cruz de Valladolid. Con anterioridad a la Guerra Civil se conservaba en el convento de las Bernardas María al pie de la Cruz, una imagen de la que no existe referencia gráfica pero que cabe suponer que fuera bastante similar a la vallisoletana. Más infrecuente es que la Virgen haya sido sustituida por otros personajes como ocurre, también de Valladolid, con San Juan y la Magdalena al pie de la Cruz.


Pasos alegóricos. Arriba, La Canina, de Sevilla. Fotografía de la Wikipedia
Abajo: Izquierda, La Muerte Pelá, de Jerez de los Caballeros. Derecha, El Ángel de la Muerte, de Huesca. Fotografía de Jorge Sesé


Existe una variante alegórica de este episodio de la Pasión alusiva al triunfo de la Cruz sobre la Muerte, que generalmente suele acompañar a Cristo Yacente en la procesión del Santo Entierro. En ella se representa a un esqueleto como símbolo de la Muerte, generalmente armado con una guadaña y sentado sobre el globo del mundo, mientras sobre él se yergue la Cruz. Posiblemente el ejemplo más conocido es el sevillano Triunfo de la Santa Cruz, popularmente conocido como La Canina, que incluye también un dragón como símbolo del mal, aunque existen otros similares en Jerez de los Caballeros que responde al expresivo calificativo de La Muerte Pelá, en Zaragoza -El Triunfo de la Vida sobre la Muerte- o en Huesca -El Ángel de la Muerte-, donde como su nombre indica al conjunto tradicional se suma el ángel que sostiene la Cruz. Se da la circunstancia de que este último paso fue retirado en 1944 porque causaba malestar entre los asistentes al desfile procesional y, pese a haber sido restaurado hace algunos años, no ha vuelto a salir en procesión.




La Diablesa , de Orihuela (fotografía de patrimoniohistorico.orihuela.es)


No obstante, el ejemplo más original de esta temática lo encontramos en Orihuela con el paso denominado oficialmente El triunfo de la Cruz pero conocido como La Diablesa, un caso único en la iconografía pasional española en el que el esqueleto que simboliza la Muerte está acompañado por una diablesa, ambos abatidos por el poder de la Cruz. La presencia de esta última hace que el paso, tallado en 1695, tenga prohibida su entrada en las iglesias, por lo que se conserva en el Museo Arqueológico Comarcal aunque sí participa en los desfiles procesionales. Pese a que la justificación oficial para el veto es la naturaleza infernal de esta figura, no resulta infrecuente encontrar en el interior de un templo demonios abatidos por el arcángel san Miguel, razón por la que cabe suponer que más bien se deba a que la diablesa muestra sus pechos desnudos.




Cristo en brazos de la Muerte, de Medina del Campo. Fotografía tomada de elnortedecastilla.es


Nos encontramos por último con una representación simbólica de la muerte de Cristo mucho más reciente que las anteriores -data de 2011- y, a diferencia de éstas, totalmente desvinculada de la iconografía barroca. Se trata de Cristo en brazos de la Muerte, encargada al escultor zamorano Ricardo Flecha por una cofradía de Medina del Campo, y representa a Cristo muerto en brazos de la Muerte que aquí no aparece representada en forma de esqueleto sino como una figura sin rostro envuelta en un sudario que recuerda a la pintura simbolista de finales del siglo XIX. El hecho de que su autor, acorde con la realidad histórica, representara a un Cristo completamente desnudo, provocó una polémica zanjada por el añadido posterior de un paño de pureza.




Camino al Sepulcro, de Sevilla. Fotografía tomada de hermandaddesantamarta.org


Volviendo a las representaciones más tradicionales, con anterioridad al Santo Entierro cabe otra posible advocación, la del Camino al Sepulcro. Éste es precisamente el motivo del impresionante paso de misterio propiedad de la cofradía sevillana de Santa Marta.




El ascendimiento, de San Lorenzo del Escorial. Fotografía de Carlos Eloy
tomada de www.semanasantasanlorenzodelescorial.es


Una variante del anterior es El ascendimiento, un paso de la hermandad del Santo Sepulcro de San Lorenzo del Escorial tallado en 1963 por el escultor local Alfredo del Moral. Aquí Cristo muerto está sostenido por dos ángeles, una representación poco habitual de este episodio de la Pasión.




Cristo que vuelve a la vida, de Venancio Blanco. Museo de Escultura Religiosa Venancio Blanco


Con la Virgen de la Soledad y el Cristo Yacente del Santo Entierro se completa el ciclo de la muerte de Cristo que habitualmente cuenta con el colofón de la Resurrección, etapas representadas en la Semana Santa complutense. No obstante cabe reseñar la singularidad del célebre Cristo Yacente del escultor salmantino Venancio Blanco (1923-2018), que representa el momento en el que Jesús está resucitando -en la cronología de la Pasión quedaría encuadrado entre el Santo Entierro y la Resurrección-, siendo por ello su nombre oficial Cristo que vuelve a la vida. Esta imagen única tiene una historia asimismo singular. La cofradía salmantina del Santísimo Cristo Yacente de la Misericordia y de la Agonía Redentora, constituida tres años antes, encargó en 1987 a Venancio Blanco la talla de un Cristo Yacente, pero un desencuentro entre ambas partes -la cofradía deseaba una representación más tradicional, a lo que se negó el escultor- hizo que se rompiera el compromiso, recurriendo la cofradía a otro imaginero mientras Venancio Blanco conservaba en su taller el Cristo, tallado en pino de Valsaín y sin policromar. Años más tarde llegaría a realizar hasta otras dos versiones, siendo la más conocida de ellas la segunda, conservada en el Museo de Escultura Religiosa Venancio Blanco de la Fundación Mapfre, ubicada en la urbanización madrileña de El Plantío.




Las Tres Marías de Cuenca. Fotografía tomada de www.juntacofradiascuenca.es


Una variante de la Virgen de la Soledad es el paso de Las Tres Marías, que representa el momento en el que estas mujeres visitan el sepulcro de Cristo encontrándolo vacío. Sus nombres, e incluso su número, varían según los distintos Evangelios, pero lo más habitual en la iconografía es que aparezcan representadas la Virgen, María Magdalena y María Salomé, aunque en ocasiones María de Cleofás sustituye a alguna de las anteriores e incluso en Marbella quienes acompañan a la Virgen son Marta y María de Betania, de difícil encaje en la narración de la Pasión ya que las hermanas de Lázaro no aparecen en la narración evangélica de la Pasión de Cristo.




Los Durmientes de Valladolid. Fotografía tomada de www.wikiwand.com


Correspondiente también a este episodio evangélico es el paso del Santo Sepulcro Vacío, en el cual se suele representar dormidos a los soldados que lo custodiaban y al ángel que da la buena nueva de la resurrección a las mujeres.




Aparición de Jesús a Santo Tomás de Jumilla
Fotografía tomada de www.regmurcia.com


Por lo general la procesión del Domingo de Resurrección suele contar con la imagen de Jesús Resucitado, acompañado en muchas ocasiones por la de la Virgen como es el caso de Alcalá. Pero en la región de Murcia ésta suele ser, tal como es tradición en Murcia, Cartagena y otras poblaciones, mucho más historiada con numerosos pasos que recrean las escenas puntuales de esta última etapa del ciclo de la Pasión. Así la de Jumilla cuenta con nada menos que once pasos, cinco de los cuales están dedicados a las diferentes apariciones que Jesús Resucitado hizo a sus discípulos, como es el caso de su aparición al incrédulo Tomás.

Quedan por citar las Vírgenes no adscritas a misterios concretos que, con distintas advocaciones, podrían ubicarse en diferentes lugares del ciclo de la Pasión; actualmente, además de las ya citadas, en Alcalá contamos con las de la Trinidad, la Esperanza, las Lágrimas, la Misericordia, la Dolorosa, la Salud y la Paz, recogiendo esta última el testigo de una antigua advocación alcalaína.


Pasos incompletos


Modelo del paso completo de Cristo en su Descendimiento y su estado actual


Actualmente existen en Alcalá dos pasos de misterio incompletos. El más antiguo de ellos es Cristo en su Descendimiento, propiedad de la cofradía de la Virgen de la Soledad, que cuenta en la actualidad con las figuras de Cristo (2008), Nicodemo (2009), José de Arimatea (2012), San Juan (2020) y la Virgen Dolorosa (2023). Falta para completarlo la de María Magdalena.




Boceto del paso completo de Jesús Despojado de sus Vestiduras y su estado actual


A su vez, el paso de Jesús Despojado de sus Vestiduras (2016) está formado por el momento con la imagen titular y un sayón romano (2022) junto con la cruz tumbada, faltando las imágenes de San Juan, María Magdalena, Simón Cirineo, dos centuriones y otros dos sayones. En su futuro paso de palio la imagen de la Virgen de la Paz (2016) estará acompañada por San Juan.

Por último se pueden considerar posibles ampliaciones de los pasos ya existentes, tal como ocurrió con las imágenes de la Verónica (2009), María Magdalena (2010) o San Juan (2015) que acompañan respectivamente al Jesús Nazareno del convento de las Úrsulas, al Cristo de la Agonía y a la Virgen de la Trinidad. Aunque ninguna cofradía ha comunicado tener previstas iniciativas de este tipo, cabría especular con la posibilidad de ampliación de alguno de los pasos ya existentes como, por ejemplo, con uno o varios sayones azotando al Cristo de la Columna, con las figuras secundarias de la Entrada de Jesús en Jerusalén o con Simón Cirineo ayudando a Jesús a portar la cruz en alguno de los dos Nazarenos, por poner tan sólo algunos de los posibles ejemplos.


Futuras procesiones


Para finalizar, tan sólo queda considerar la posible ampliación del calendario de procesiones en el caso de que se crearan nuevas cofradías. En los últimos años se tendió a cubrir todos los días entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección, eligiendo la cofradía de Jesús Despojado la tarde del Domingo de Ramos -la Procesión de las Palmas es matutina- para realizar su estación de penitencia. La procesión más reciente por ahora, la de las Negaciones de San Pedro separada de la de la Virgen de las Angustias en 2022, eligió la tarde del Viernes de Dolores, lo que hizo retroceder el inicio oficial de la Semana Santa -durante la cuaresma hay varios Vía Crucis y traslados de las cofradías- otros dos días.

De esta manera queda libre el Sábado de Pasión, en el que pese a no ser demasiado frecuente, hay procesiones en algunas ciudades españolas; de hecho, sería el día adecuado para celebrar las de la Virgen de la Soledad. El Martes Santo, aunque cuenta con un Vía Crucis -no considero la procesión de la residencia de ancianos por tratarse de un recinto privado-, dado lo tardío de su celebración queda libre gran parte de la tarde para una posible procesión. Por su parte, tanto el Jueves como el Viernes Santo tienen disponibles sus respectivas mañanas. Aunque no suele ser habitual organizar procesiones durante el Sábado Santo, y de hecho en Alcalá nunca las ha habido, éstas sí existen como por ejemplo en Madrid, por lo cual ésta sería otra opción; e incluso dos, si contamos con la mañana y con la tarde.


Publicado el 4-4-2008
Actualizado el 5-3-2024