Al igual que en el caso de Parla, me enteré de la existencia de una iglesia de los santos Justo y Pastor en Perales del Río gracias a otra noticia publicada también en un periódico madrileño, en la cual se afirmaba que esta iglesia, en ruinas desde la guerra civil, iba a ser restaurada. Se daba la paradoja de que yo conocía con anterioridad este templo gracias a un episodio de la excelente serie de Televisión Española Fauna callejera, el cual salía en el mismo gracias a la colonia de cernícalos que allí anidaban; pero ignoraba por completo que sus titulares hubieran sido nuestros patronos.

La iglesia de Perales del Río en 1995

Perales del Río, que no hay que confundir con Perales de Tajuña, es una pequeña población, ribereña del río Manzanares -de ahí su nombre-, que dista cinco kilómetros de Getafe, de cuyo municipio depende administrativamente. Su caserío, en cuyas proximidades estuvo el frente de la batalla del Jarama, quedó prácticamente arrasado a causa de la contienda, siendo reconstruido en forma de uno de esos anodinos poblados que se construyeron en la posguerra en sustitución de los desaparecidos.

Otra vista de la iglesia de Perales del Río en 1995

La iglesia, como ya he comentado, padeció de lleno los avatares bélicos, quedando de ella tan sólo los muros cosidos de impactos de proyectiles de artillería. Todo su interior desapareció, como es de suponer, y sólo los restos de la antigua decoración interior nos dan una pálida muestra de la importancia de su fábrica. Pese a ello la parroquia siguió existiendo, albergada en lo que fuera una antigua capilla lateral salvada de la destrucción. En lo que respecta a su iconografía, desaparecida como cabe suponer la original, cuando yo la visité en 1995 se limitaba a una fotografía de las imágenes que se conservan en la Catedral Magistral alcalaína.

Interior de la capilla habilitada como parroquia en Perales del Río (1995)

Poco más pude apreciar en la visita, ya que lógicamente su interior no era accesible; por fortuna pude encontrar una interesante información en el libro Arquitectura religiosa de los siglos XVII y XVIII en la provincia de Madrid. Partido judicial de Getafe, de Mª Pilar Corella Suárez¹. Por esta autora nos enteramos de que la iglesia está fechada hacia 1776, y que se trata de un templo singular en toda la zona por acercarse más a los modelos gallegos o andaluces de su época que a los madrileños, con un juego de volúmenes y óculos sumamente llamativo, llegando la autora a afirmar, en base a su planta y a su decoración, que más que parroquia parece -cito textualmente- “una gran capilla o incluso una ermita de gran nobleza erigida por un particular con un peculiar capricho”.

La iglesia de Perales del Río en la actualidad

Nada más puedo decir al respecto, salvo que son varios los autores que le dan la condición de parroquia en diversas épocas, amén de que la advocación de los Santos Niños, como ya he comentado en otras ocasiones, es con toda probabilidad muy anterior a la tardía fecha de construcción de la iglesia, por lo que cabe pensar que pudiera haber sido construida sobre otra más antigua consagrada a estos mismos mártires; pero esto está por investigar. Aunque los Santos Niños siguen siendo sus titulares, ni son los patronos del pueblo ni se celebra allí su festividad.

Otra vista de la iglesia de Perales del Río en la actualidad

El abandono posterior a su destrucción hizo que las ruinas siguieran deteriorándose con el paso del tiempo. En el libro citado, publicado en 1979, aparece una fotografía en la que se aprecia un gran campanario sobre la fachada principal que, cuando la visité en la primavera de 1995, tan sólo dieciséis años después, había desaparecido. En la actualidad, y ya con la citada restauración concluida, los impactos de la fachada han sido reparados y la espadaña reconstruida. Lamentablemente no ocurre lo mismo con la bóveda, que sigue faltando al igual que, es de suponer, la fábrica interior del templo, que sigue convertido en un cascarón vacío. Huelga decir que, dado su interés artístico, este edificio merecería una restauración completa.

Sede actual de la parroquia de Perales del Río

Doce años más tarde, en la primavera de 2007, volví a visitar Perales, en un principio para fotografiar la iglesia después de la restauración, encontrándome con que las cosas habían cambiado notoriamente desde mi anterior visita. Para empezar en estos años Perales ha crecido, a base de chalets adosados, hasta rebasar la cifra de los cinco mil habitantes, curiosamente bastante más que muchos pueblos de las cercanías que cuentan con municipio propio, pese a lo cual sigue dependiendo administrativamente de Getafe. Este hecho hizo que la pequeña capilla que oficiaba de parroquia se quedara obsoleta, tanto por su reducida capacidad como porque el crecimiento del pueblo la dejó desplazada al extrarradio del mismo. Por esta razón, y en fecha indeterminada, se trasladó a una capilla de mayor capacidad que se encuentra ubicada en una zona más céntrica, donde actualmente tiene su sede.

Sede actual de la parroquia de Perales del Río. Detalle del friso

Según me comentó el párroco el templo actual no es nuevo, ya que se construyó hace más de treinta años, en la década de los setenta, por iniciativa de la madre Maravillas de Jesús, una religiosa carmelita recientemente beatificada que residía en el vecino convento de la Aldehuela. En un deteriorado friso que campea sobre la fachada figura el escudo carmelitano flanqueado por las imágenes de la Virgen del Carmen y de san Antonio de Padua, razón por la que ambos han dado su nombre al barrio adyacente.

Vidriera con las imágenes de los Santos Niños en la sede actual de la parroquia

En la parroquia, por entonces, no había más iconografía de nuestros patronos que una vidriera lateral. No obstante, el párroco me informó de que se había encargado un cuadro alusivo a los patronos, el cual no estaba todavía terminado. El cuadro llegó al templo a finales de 2007 y, advertido por sus responsables, hice una nueva visita con la intención de fotografiarlo. Su autor es Fermín Vázquez, un pintor canario afincado en Getafe, y como puede apreciarse en la fotografía, aunque su estética es moderna -el tratamiento de las figuras de los dos niños me recuerda al cuadro de Parla- su desarrollo iconográfico es completamente clásico, resumiendo toda la historia del martirio de los Santos Niños tal como está relatada en textos tales como el libro de Ambrosio Morales.

Cuadro de Fermín Vázquez pintado en 2007

Así, pintado en tonos oscuros en los que predomina el color rojo, vemos el triunfo de la fe cristiana sobre las ruinas del imperio romano, simbolizadas por elementos tales como el casco y la espada y el capitel y el fuste de columna rotos, así como por la cabeza de la estatua de Diocleciano que aparece arrumbada en segundo plano. Los dos hermanos, uno de los cuales parece descender de la piedra martirial, huellan con sus pies unas tabillas en las que se leen los nombres de varios dioses paganos. Pastor, el mayor, se muestra dubitativo, mientras Justo, el menor, camina seguro hacia el martirio con la mirada fija en Cristo Resucitado. Un rótulo situado en la esquina inferior izquierda reza:

DIES NATALIS
SANCTI IVSTI ET PASTOR

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