2004, un buen año de literatura fantástica *





Tras un año muy fructífero en el que empezaron a despejarse las dudas sobre el futuro de Minotauro, a tenor de su adquisición por la pudiente Editorial Planeta, hay que constatar el buen momento en el que se encuentra el panorama fantástico hispano, pleno de revistas y editoriales de distinto calado que publican asiduamente la obra de nuestros autores, algo impensable hace no tanto tiempo.

Aunque sigue en el aire la amenazadora teoría del péndulo, según la cual el mercado español de literatura fantástica estaría condenado a una periódica expansión y saturación seguida del consiguiente e inevitable colapso, lo cierto es que hasta el momento brillan por su ausencia las posibles señales de desfallecimiento, siendo de esperar que por fin se pueda romper con esta endémica maldición y podamos disfrutar de un largo período de estabilidad que nos permita alcanzar la anhelada normalización, a un nivel similar —tampoco es pedir tanto— al de otros países de nuestro entorno. Por fortuna, en esta ocasión contamos con elementos nuevos capaces de ayudar —ojalá sea así— a que este triste sino no se vuelva a repetir más: Por un lado, el abaratamiento de las artes gráficas gracias al auxilio de la informática, que pone al alcance de cualquier bolsillo, o casi, una edición de calidad profesional. Por otro, las facilidades proporcionadas por internet, inexistentes hasta hace bien poco, para la difusión del género y la articulación de todos los aficionados no sólo españoles, sino también dentro del amplio ámbito de la lengua española.

Demos, pues, un breve repaso a lo que ha dado de sí el pasado año:


Revistas y fanzines


Durante 2004 se han afianzado algunas revistas que comenzaron su andadura en 2003, consiguiéndose que en España puedan verse hasta cinco publicaciones profesionales editadas de forma simultánea. Unas están más dirigidas hacia el apartado de la creación y otras prestan más atención al ensayo y la crítica, pero en definitiva todas ellas han supuesto un incremento notable de la oferta de publicaciones del género fantástico. Del mismo modo, se ha observado la llegada de nuevos valores que paulatinamente están ocupando un hueco en las preferencias de los lectores.

Sin duda Artifex Segunda Época ha sido la publicación que de manera más franca se ha volcado en dar a conocer nuevos autores, sin que afortunadamente se haya advertido una merma significativa de calidad en sus páginas. Con el número doce Artifex ha concluido su segunda época para encarar en 2005 una tercera, ya con el formato inequívoco de antología de relatos. Como colofón a esta etapa, Artifex entregó a los suscriptores un número Especial Gadir 2K4, monográfico de autores gaditanos, con obras de Ángel Olivera, Rafael Marín, Félix J. Palma, Joaquín Revuelta, Ángel Torres Quedada o Manuel Ruiz Torres, entre otros.

Otra revista que se hizo eco de la XXII Hispacón fue Asimov Ciencia Ficción, que contó en su decimocuarto número con un apartado dedicado a la ciencia ficción gaditana. La publicación, editada por Robel y dirigida en esta ocasión por Domingo Santos, mantuvo durante 2004 la cadencia mensual y se caracterizó por divulgar en España autores norteamericanos o británicos que están en el candelero, sin descuidar a los autores autóctonos mediante el relevo entre las firmas consagradas y las jóvenes promesas, habiendo publicado en sus páginas, entre otros, Ángel Torres Quesada, Gabriel Bermúdez Castillo, Domingo Santos, Rodolfo Martínez, Eduardo Gallego y Guillem Sánchez, Víctor Conde, José Antonio Cotrina... Salvada al parecer la maldición que parecía pesar sobre este sello -se trata de la cuarta reencarnación de su edición española-, Asimov ha iniciado 2005 con un cambio de periodicidad, que ha pasado a ser bimensual, compensada con el correspondiente incremento de páginas para que el volumen total de originales publicados no se viera afectado.

Galaxia, más inclinada hacia la fantasía y el terror, puso especial énfasis en la revisión de clásicos, algunos españoles como La mujer fría, de Carmen de Burgos, y además apostó por las narraciones por entregas, como Diez mil caras, de Daniel Mares. Gigamesh publicó tres números a lo largo del año, y se mantiene como referente en cuanto a crítica especializada dados el espacio y la atención que le reserva, editando algún relato de autores españoles como Lorenzo Luengo y José Antonio del Valle. Por su parte, Solaris cambió ligeramente de formato y, de manos de su nuevo redactor jefe Alberto García-Teresa, abrió nuevas secciones como Autores con ñ o columnas de opinión, continuando la política de ofrecer la crítica puntual de todas las novedades junto con relatos de corta extensión.

Aunque con menor presencia en el mercado, hay que consignar otras publicaciones, como Parnaso, cuyo número 2 fue un especial dedicado al erotismo, con autores como Santiago Eximeno o Marc Rodríguez Soto; la zaragozana Sable, que tiene especial interés por su loable atención a la ciencia ficción francesa, o la más veterana Lovecraft magazine, que dedicó especiales a la literatura más alucinada -inevitable la cita a Edgar Alan Poe- y reprodujo poemas macabros del inclasificable Leopoldo María Panero, mientras que el voluminoso número 11 versaba sobre Weird Tales y los pioneros de la narrativa fantástica española. Fuera de España, cabe resaltar la revista literaria mexicana 800, que dedicó alguno de sus números a la ciencia ficción, la argentina Cuásar o el fanzine chileno -lamentablemente desaparecido- Fobos, todos las cuales simultanearon el formato electrónico con el papel.

En cuanto a las revistas electrónicas, Alfa Eridiani ha destacado como una de las ofertas más sólidas en la red, llegando a ofrecer varios números especiales de su suplemento Erídano. La longeva -está a punto de alcanzar los 150 números- Axxón, editada en Argentina, ha ampliado de forma notoria la cantidad de relatos ofrecidos en cada entrega mensual, emprendiendo una política de actualizaciones periódicas al tiempo que daba cabida a un buen número de autores noveles. Por la mitología y el terror se decantan Qliphoth, Aurora Bitzine y la venezolana Necronomicón, mientras Vórtice y la chilena Tau Zero se orientan hacia la ciencia ficción clásica.

Son muchas las páginas web en español dedicadas a la ciencia ficción, pero no todas ellas publican relatos. Entre las que sí lo hicieron durante el pasado 2004, es necesario citar a las españolas Sitio de Ciencia Ficción, NGC 3660 y BEM on line, la venezolana Ubik, la cubana Guaicán literario, la mexicana Ciencia Ficción Mexicana o la peruana Ciencia Ficción Perú.


Antologías de relatos


Tradicionalmente el relato ha sido una de los vehículos preferentes para el desarrollo como géneros de la ciencia ficción, la fantasía y el terror. Y así, si las revistas recogen parte de esta producción oficiando de escaparate, algunos autores que ya han alcanzado cierto renombre optan por recopilar sus relatos en un solo volumen.

Así, entre las antologías de autor único cabe reseñar los siguientes volúmenes: En mares extraños (AJEC), de Daniel Mares, con doce relatos incluyendo los inéditos Cuestión de dignidad y Alicia en el agujero, junto con el ya clásico Gómez Meseguer y el ogro Santaolaya; Dama Eternidad (Mundo Imaginario, Libro Andrómeda), con diez relatos de Juan Antonio Fernández Madrigal; Imágenes (Parnaso), tres relatos fantásticos de estilo unitario de Santiago Eximeno; Postales desde Oniris (Sirius), de Alejandro Alonso; Cuentos de los días raros (Alfaguara), de José María Merino, con quince relatos entre los que se encuentran alguno inédito, varios reeditados y otros revisados; Los arácnidos (Algaida, Calembé), ocho historias, algunas ya conocidas, de Félix J. Palma, e Inquieta compañía (Alfaguara), donde el conocido escritor Carlos Fuentes reinterpreta los mitos mexicanos.

Respecto a las antologías colectivas, Juan José Aroz editó ¿Escasez de petróleo? (Espiral), una recopilación de las obras ganadoras y finalistas del IV Premio Espiral Ciencia Ficción. Presentada en la Hispacón Gadir2k4, Paura. Antología terror contemporáneo. Volumen 1, selección del Colectivo Xatafi, (Bibliópolis, Bolsillo) nace como una nueva iniciativa de realizar antologías dedicadas al terror y la fantasía oscura. Con Antología 10. Relatos de ciencia ficción española la editorial Minotauro ofreció los que, a juicio de Julián Díez, serían los mejores relatos españoles de ciencia ficción de los últimos veinte años. Claudio Landete, por su parte, es el responsable de Razas estelares (Mundo Imaginario, Libro Andrómeda).

La antología Mares tenebrosos (Valdemar) incluyó relatos sobre terror marino de autores emblemáticos como Hope Hodgson, descubriendo también algún cuento español como ¡Hombre al agua!, de Vicente Blasco Ibáñez y publicando el inédito El misterio del Vistalek, de Óscar Sacristán. Últimas fronteras 2004 (Club Star Trek Madrid), recoge relatos ambientados en el universo de Star Trek seleccionados por Carlos A. Gómez y Pilar Barba. Ediciones Parnaso, por último, presentó la I Antología de Narrativa Breve, con diez relatos seleccionados entre todos los presentados al concurso convocado por esta editorial.

También se editaron, por parte de la AEFCFT, las antologías Fabricantes de Sueños 2004, a cargo de Belén Blanco y Alberto García-Teresa, recogiendo los mejores relatos publicados durante el año 2003, y Visiones 2004, relatos inéditos seleccionados por Eduardo Vaquerizo.


Novelas


En el apartado de novelas, es destacable la importancia que ha tenido para el género fantástico la aparición de los Premios Minotauro, en cuya primera edición de 2004 resultó ganadora Máscaras de Matar, de León Arsenal. En la línea de la fantasía épica, el autor desarrolla una compleja sociedad de elaboradas costumbres y ritos que, al igual que en el relato La mariposa lunar de Jack Vance, están basados en la utilización de máscaras, superando en este caso al viejo maestro con una desbordante imaginación. Más adelante, fueron apareciendo el resto de novelas finalistas: Mystes, de Víctor Conde; Fábulas invernales, del argentino Carlos Gardini, y Crónica de Tierra 2, de Jordi Sierra i Fabra.

Continuando con la editorial Minotauro, en la colección Pegasus apareció publicada Rihla, de Juan Miguel Aguilera, una ucronía que relata el descubrimiento de América por parte no de Colón, sino de un erudito árabe granadino. Dentro ya del terror, la colección Hades, nos ofreció El contrincante, de Elia Barceló, y en la colección Kronos, La cara hembra de Dios, de Daniel Alcoba.

La recién creada editorial Forminge inició la andadura de su colección Bolsillo con La tercera pirámide, una novela inédita de Ángel Torres Quesada a mitad de camino entre la novela histórica y la ciencia ficción. Con Guapa de cara (Lengua de trapo) Rafael Reig vuelve al universo de la exitosa Sangre a borbotones. Rodolfo Martínez, en El sueño del rey rojo, (Gigamesh), nos interna en una historia cyberpunk, mientras que otra obra suya, Sherlock Holmes y la sabiduría de los muertos (Bibliópolis), recrea las aventuras del famoso detective creado por Arthur Conan Doyle. Asura (AJEC) es la primera novela de Santiago Eximeno, ambientada en un futuro Madrid oscuro y contaminado convertido en un trasunto de Benarés, con un modesto río Manzanares émulo del sagrado Ganges.

La joven y prolífica escritora valenciana Laura Gallego García publicó cuatro nuevos libros de tema fantástico: El coleccionista de relojes extraordinarios, un viaje fantástico a través de la misteriosa Ciudad Oculta; Fenris, el elfo, historia de hombres lobo y elfos, y Memorias de Idhún. La Resistencia, primer volumen de la serie de Idhún, una narración llena de acción, fantasía y aventura, todas ellas en la editorial SM, y La hija de la noche (Edebé), un relato de misterio ambientado en la Francia del siglo XIX con vampiro incluido.

Otras novelas dignas de mención son Punto Omega, primera escrita por el escritor burgalés Enrique del Barco, y Postales desde Oniris, del autor argentino Alejandro Alonso, ambas publicadas por el Equipo Sirius en su colección Transversal Ciencia Ficción); Umma (Parnaso, Vórtice), de Juan Antonio Fernández Madrigal; Hacia el teorema del punto fijo (Juan José Aroz, Espiral), de José Cuervo Álvarez; Signum (La Factoría de Ideas, Línea Maestra), de José Guadalajara; Satanael (Martínez Roca, A través del espejo), de Juan Martorell, y Una segunda oportunidad (Mira Editores, Narrativa) de Juan Herranz Pérez. La editorial Silente, en su colección Unicorp, publicó tres volúmenes de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez: las dos novelas cortas Un cruce en la noche y El hongo que sabía demasiado, En busca de los antiguos dioses y Tras la línea imaginaria.

Tras una edición reducida y no venal actualmente imposible de encontrar, a cargo de la Semana Negra de Gijón, Robel reeditó, en su colección El Doble, Territorio de pesadumbre, una de las obras más desconocidas de Rodolfo Martínez, junto con La soledad de la máquina de Domingo Santos, donde el veterano escritor nos ofrece una historia sobre uno de sus temas preferidos, la evolución intelectual de una mente mecánica. Finalmente, y aunque en teoría se trata de una reedición, Gabriel revisitado (Juan José Aroz, Espiral), es en realidad una nueva versión, totalmente revisada, del famoso clásico de Domingo Santos, por lo que en la práctica casi se le puede considerar como una novela nueva.

Por último cabe reseñar la novela Amada de los dioses (Tusquets Editores, La sonrisa vertical), del viejo conocido de los aficionados al género Javier Negrete, finalista del XXV premio La sonrisa vertical y a la que podría definirse como erótico-mitológica.


Reediciones


Durante este año ha continuado la reedición de El Orden Estelar (Robel) de Ángel Torres Quesada (A. Thorkent), premio Gabriel en la Hispacon de Cádiz, y se completó la de la Saga de los Aznar (Silente) de George H. White (Pascual Enguídanos) con un par de volúmenes -cuatro novelas en total- que recogen títulos independientes, aunque vinculados de una u otra manera con la Saga, junto con una novela -Dos mundos frente a frente- que no llegó a ser reeditada en los años setenta pese a pertenecer a la misma.

Silente, por su parte, hizo lo propio con Las grietas del tiempo, de Ángel Torres Quesada, y Fuego sobre San Juan, de Pedro A. García Bilbao y Javier Sánchez Reyes, ambas en la colección Perseidas, y en Brazo en Espiral, las obras del prolífico Carlos Saiz Cidoncha Crónicas del imperio galáctico, Historia del futuro y la trilogía de La galaxia de los hombres muertos, también conocida como la Serie del Chevalier, formada por Los proscritos de la Vía Láctea, La torre de las galaxias y El rey de las serpientes.

Otras reediciones fueron Trilogía mágica (Edhasa, Narrativa) de Joan Perucho, compuesta de tres libros singulares e inclasificables: Botánica oculta o el falso Paracelso, Historias secretas de balnearios y Bestiario fantástico; La calavera de Atahualpa y otros cuentos y La torre de los siete jorobados, de Emilio Carrere (Valdemar), obras de corte fantástico-humorístico-macabro que hicieron gozar de popularidad a este autor, hoy olvidado, durante las primeras décadas del siglo XX.




* Escrito en colaboración con José Vicente Ortuño y Antonio Cerveró.


Publicado en Fabricantes de sueños 2005
Actualizado el 1-4-2011