Relatos de ciencia ficción
El castillo de
los Pirineos, de René Magritte
Mi afición por escribir relatos, en su mayoría de ciencia ficción o fantásticos, arranca de cuando era tan sólo un adolescente. Por supuesto que sobre esos primeros pecados de juventud conviene correr un piadoso velo, pero no obstante cuento con una notable cantidad de relatos -más de cuatrocientos en total- de muy variada índole, muchos de los cuales sí han conseguido pasar la censura previa.
Evidentemente, y por diferentes razones, no están todos aquí, sino tan sólo aquellos que han sido publicados en cualquier medio, papel o internet, junto con algunos otros que, por cuestiones de índole temática, he estimado conveniente incluir también. Puesto que bastantes de las páginas web en las que colaboré han desaparecido, muchos de estos relatos tan sólo pueden ser leídos aquí, al menos por el momento.
Los relatos están distribuidos en diferentes grupos conforme a sus temáticas comunes, excepto en el caso de los Ultracortos, o Brelatos -pido disculpas por el neologismo-, donde se recogen aquellos que, con independencia de su temática, tienen en común la brevedad de sus textos. En los casos en los que era inevitable que se produjeran solapamientos entre dos, e incluso más apartados, se podrán encontrar estos relatos en ambos.
Existen, por último, dos secciones más. En la de Libros electrónicos se pueden encontrar, en formatos pdf, azw3, epub, fb2 y mobi, las antologías de estos relatos siguiendo la misma distribución que en el formato html. En la de Cómics, a su vez, están recogidas mis escasas colaboraciones como guionista -mi habilidad para dibujar es virtualmente nula- de éstos.
en mis primeras incursiones por internet -últimos años del pasado siglo y los primeros de éste-, incluso antes de disponer de página propia, publiqué bastantes relatos en las entonces numerosas páginas web que entonces florecieron en la red, y cuando creé mi propia página creí conveniente mantener la duplicidad de enlaces, los internos y los externos. Con el paso del tiempo la situación fue evolucionando y no precisamente para bien: en la actualidad -2021- son contadas las páginas que se mantienen vivas, mientras la mayoría de aquéllas en las que colaboré han desaparecido sin dejar rastro o, en el mejor de los casos, permanecen congeladas, de modo que aunque si bien es posible acceder todavía a los enlaces, éstas llevan tiempo, incluso años, sin recibir la menor actualización. Por este motivo en los últimos años todos los relatos que he subido a internet lo han sido sólo en mi página ante la imposibilidad de encontrar anfitriones; y lo peor de todo, es que no existe el menor indicio de que esta situación pudiera cambiar a mejor al menos a corto plazo.
Durante algún tiempo fui suprimiendo los enlaces externos -identificaba cada página con un icono o logotipo característico- conforme éstos se iban cerrando, pero recientemente cambié de opinión recuperando al menos los iconos, por supuesto sin enlaces, de forma que resultara fácil diferenciar entre los que permanecen activos y los que no. La razón para este cambio de opinión no fue otra que asumir la historia, aunque breve ya intensa, de mi página, de forma que quedara reflejada, siquiera simbólicamente, aquí. Así pues, en la presentación de cada sección de relatos explico esta circunstancia señalando los enlaces que permanecen activos y los que no, aunque todos con sus iconos correspondientes.