Allá por el lejano 2002, y han pasado ya más de veinte años como quien no quiere la cosa, tuve la satisfacción de colaborar en el libro La ciencia ficción española publicado por la editorial Robel, siendo también uno de los coordinadores del mismo. Creo poder afirmar que, dentro de los lógicos altibajos en una obra compleja en la que intervinieron diferentes autores cada uno con su propia sensibilidad, se hizo un trabajo digno en el que intentamos regirnos por criterios objetivos evitando incurrir en sesgos motivados por nuestros gustos personales, ya que ello podría haber dado una versión subjetiva de la evolución del género en España.

Personalmente quedé bastante satisfecho del resultado, pero con una excepción de la cual todavía hoy me sigo lamentando: la ausencia de un capítulo dedicado a la ciencia ficción gráfica. No se trató, ni mucho menos, de algo deliberado; la razón no fue otra que fuimos incapaces de encontrar a la persona adecuada para escribirlo, ya que si bien el prematuramente desaparecido Enrique Martínez Peñaranda se podría haber encargado perfectamente de ello, puesto que conocimientos sobre el tema no le faltaban, él prefirió dedicar su colaboración a la colección Robot, unos bolsilibros de ciencia ficción escritos y autoeditados por Enrique Sánchez Pascual en la década de 1950. Y, aunque el libro reprodujo una amplia selección de portadas, la ciencia ficción gráfica, en su día conocida como historias -o historietas- gráficas y ahora con el innecesario anglicismo cómics, quedó sin abordar.

A ello se suma, ya a nivel particular, que yo mismo tenía un conocimiento sumamente fragmentario e incompleto de ella, apenas las ediciones de la Saga de los Aznar, alguna serie más de la Editorial Valenciana como la breve Fredy Barton, y mis recuerdos dispersos y semiolvidados de antiguas lecturas como Platillos volantes, algunos cuadernillos sueltos de Boixcar o episodios sueltos de series de los años sesenta como Galax el cosmonauta, Delta 99 o Dani Futuro, todos ellos sumidos en el piélago de las publicaciones de origen foráneo incluyendo los para mí insufribles -entonces y ahora- superhéroes. Y éste era todo mi magro bagaje, ya que las nuevas tendencias de la historieta grafica a partir de los años 80 me apartaron no sólo del género sino también, salvo contadas excepciones, de este medio de expresión.

Pero seguía interesándome, siquiera a nivel de poder ampliar mis conocimientos, la ciencia ficción gráfica española del período clásico, pese a lo cual no conseguía encontrar información sobre ella salvo, de forma limitada, en algunas páginas de internet como Tebeosfera.

No fue sino hasta finales de 2021 cuando por azar descubrí la existencia de un libro que me llamó inmediatamente la atención: La historieta española de ciencia ficción (años 50), de la editorial -desconocida para mí- Vallatebeo. Huelga decir que me apresuré a comprarlo, descubriendo dos cosas. Primero, que se trataba del primer volumen de lo que iban a ser varias entregas, y segundo que con anterioridad a él esta editorial había publicado nada menos que otros veintiuno en la colección Cuadernos de la historieta española. Y si bien no todos ellos estaban dedicados a la ciencia ficción, ya que la colección abarcaba distintos géneros, tampoco era la primera vez que lo abordaba.

Aunque en el índice de los libros publicados se anunciaba la segunda entrega, ya me había entrado el gusanillo lo suficiente para no esperar. Tirando del hilo descubrí que el editor, Fernando Bernabón, vivía en Valladolid -de ahí el nombre de la editorial- y que tenía un blog en internet titulado El blog de cuadernos de la historieta española. Tanto la colección como la editorial eran fruto de su iniciativa personal, ya que las editoriales profesionales llevan muchos años desinteresadas por completo de la literatura popular no sólo en lo relativo a su publicación -aunque el género como tal está extinto, sí se están realizando algunas reediciones gracias al interés de editores aficionados- sino también, y esto es todavía más grave, en el campo de la investigación de este importantísimo -pese a quien pese- fenómeno social y cultural que abarcó varias décadas del siglo XX.

Y, huelga decirlo, me puse en contacto con él, de lo que derivó un interesante y cordial intercambio de correos electrónicos en el que pudimos contrastar nuestras inquietudes comunes, aunque Fernando es bastante más todoterreno al interesarse por todos los géneros mientras yo me conformo, y ya tengo bastante, con dedicarme sólo a la ciencia ficción. Además resultó que ambos éramos de la misma edad, por lo que nuestros recuerdos en el ámbito de la literatura popular eran muy similares por no decir prácticamente idénticos, así como también nuestro interés coleccionista e investigador.

Volumen II de la serie dedicada a la ciencia ficción gráfica española de los años 50

Así pues nos entendimos perfectamente, aunque justo es reconocer que él sí conocía desde hacía tiempo mis trabajos. Pero vayamos al grano. Como he comentado, varios de los veinticinco volúmenes publicados -en enero de 2022 salió el segundo tomo dedicado a las historietas de ciencia ficción de los años cincuenta, en julio el tercero y en diciembre el cuarto- abordaban, por completo o en parte, la ciencia ficción. Ésta es la relación de los mismos:

Según me ha comunicado Fernando, tiene intención de seguir la serie dedicada a la ciencia ficción a partir de los años 60, pero intercalándola con otras temáticas. La lista completa de los volúmenes y sus respectivos índices puede ser consultada en su blog.

Volumen III de la serie dedicada a la ciencia ficción gráfica española de los años 50

Yo de momento tan sólo tengo los cuatro dedicados a la historieta de ciencia ficción que por el momento han sido publicados, pero su lectura me dejó sorprendido al descubrir la gran cantidad de colecciones y seriales, en su mayor parte desconocidos para mí, que la pléyade de editoriales existentes entonces sacaron al mercado en apenas unos pocos años, puesto que la serie más antigua que tiene registrada data de 1950 y la más moderna de finales de la década. Eso sin contar, claro está, los también florecientes años 60 y las décadas posteriores, aunque ya entonces la ciencia ficción gráfica comenzó a perder su carácter popular para evolucionar, al igual que el conjunto del noveno arte, hacia las obras de autor que, con independencia de los gustos personales, se apartaron por completo de la línea seguida por sus predecesoras.

Volumen IV de la serie dedicada a la ciencia ficción gráfica española de los años 50

Pero ésta ya llegará, puesto que a Fernando no le falta entusiasmo. Por el momento, los aficionados a la ciencia ficción tenemos varios libros de los que disfrutar zambulléndonos en un mundo ya desaparecido al que los que tenemos cierta edad y lo llegamos a conocer no podemos evitar recordarlo con nostalgia, cuando un modesto quiosco de prensa o un todavía más humilde cambio de novelas era lo más parecido al paraíso para los niños de entonces, en mi caso no sólo con la ciencia ficción sino también con todo lo demás de su inmensa oferta, que a mí también me gustaban nuestros héroes -sin necesidad alguna de super delante- como El Capitán Trueno, El Jabato, el Corsario de Hierro, El Guerrero del Antifaz y cuantos otros caían en mis manos, sin olvidarnos de los inimitables tebeos de Bruguera.

Y por supuesto, recomiendo a todos los interesados que entren en su blog; no se sentirán defraudados.