Alfonso Martínez González -perdón, quería decir Alan Dick Jr.- la ha vuelto a liar. Empeñado en rescatar el extinto y añorado formato de los bolsilibros , acaba de sacar el tercer título de la colección Sci-Fi titulado Paralelamente.

Y de nuevo nos ha sorprendido con otro salto dentro de los diferentes subgéneros de la ciencia ficción; porque si en el primero nos sumergió en el ciberpunk con ambiente de manga y en el segundo en los viajes por el tiempo al estilo de Philip K. Dick, ahora nos lleva al interesante escenario de los universos paralelos, fiel al parecer al propósito de no repetirse; y bien que lo consigue.

El argumento es aparentemente sencillo, pero en realidad complejo: dos pringados, él y ella, están destinados en el último rincón del universo, un destino que por rutinario es donde acaba la escoria. Allí se encuentran con una situación insólita donde sus identidades se ven desdobladas una y otra vez interaccionando entre ellas de una manera tragicómica. Como afirma el autor:

En esta ocasión las influencias podrían ser muchas ya que el ámbito de los universos paralelos, o el multiverso si se prefiere, ha sido abordado por muchos autores, pero el enfoque que le da Alfonso es original al menos dentro de mis conocimientos del género y me recuerda a algunos relatos de trasfondo irónico de autores como Fredrick Brown o Robert Sheckley que, dicho sea de paso, son unos escritores que me encantan. Porque, como bien afirma Alfonso, el humor puede ser una herramienta muy poderosa en el ámbito de la ciencia ficción.

Y este bolsilibro, aparte de su originalidad enredando el argumento hasta límites surrealistas, nos hace reflexionar muy en serio sobre la subjetividad del yo y de nuestra identidad, que asumimos como única... pero, ¿y si no la fuera? ¿Y si en realidad fuéramos, por usar un símil musical, tan sólo una única de una serie de variaciones sobre un mismo tema? De esto trata el bolsilibro, y no pienso decir más porque merece la pena leerlo.