La ciudad al final del tiempo
Acabo de leer esta novela y estaba deshojando la margarita sobre si escribir o no una reseña, algo que finalmente no he hecho ya que poco es lo que podría añadir a lo dicho por Ramón Batalla.
En general estoy muy de acuerdo con su opinión, en concreto con la afirmación de que es una novela que pretende ser trascendental, con ganas de dar respuestas a las grandes preguntas de la humanidad y se queda en un pastel poco digerible; que aunque tiene cierta gracia, no logra ser lo que desea, y también en que Greg Bear, como siempre en sus novelas, añade cantidad de temas, cada uno de ellos por sí solo seria digno de una novela, pero aquí fracasa en una historia que le supera en ambición y no llega a funcionar nunca.
Y el caso es que, animado por gratos recuerdos de lecturas de novelas de Greg Bear tales como la Trilogía de Thistledown (Eón, Eternidad y Legado), empecé a leer La ciudad al final del tiempo con la garantía de que Bear es uno de los autores actuales que más me gustan; y la verdad es que me enganchó pese a resultar compleja y difícil de entender en un principio, algo que no es necesariamente negativo puesto que pasa también en obras consagradas de la literatura como, por ejemplo, Fortunata y Jacinta.
El caso es que empecé a leerla con interés, pareciéndome encontrar en ella influencias tan diversas como las de Jack Vance (por el exotismo), Borges (clarísimo el homenaje a La Biblioteca de Babel), la Divina Comedia e incluso el mito de Orfeo... sin que se me hicieran pesadas sus más de seiscientas páginas.
El problema surgió cuando las distintas tramas comenzaron a reunirse en lo que debería haber sido la apoteosis final de la novela. A partir de ese momento, el extraño no-mundo provocado por el Caos al desintegrar el universo comenzó a deslizarse de lo exótico a lo incongruente y de lo científico a lo irracional, con episodios auténticamente delirantes y, a mi modo de ver, fuera de lugar.
No obstante lo peor de todo fue el final, no sólo precipitado sino además completamente ininteligible, al menos para mí. Es una lástima, porque la novela prometía, pero no llegó a cuajar pese al evidente esfuerzo de su autor.
Publicado el 7-9-2014 en el Sitio de Ciencia Ficción