La nueva aventura de la revista Asimov





Si los aficionados a la ciencia ficción fuéramos supersticiosos, algo que por lo habitual no se da por estos pagos, seguramente consideraríamos gafe la cabecera Asimov, ya que hasta el presente habían sido tres los intentos fallidos de sacar adelante una edición en español de esta importante revista norteamericana: primero la de Picazo, que duró doce números; luego la de Planeta, que consiguió llegar hasta los quince, y por último la de Megamultimedia, la más reciente -del año pasado- y también la más efímera, puesto que no logró pasar de las cuatro entregas.

Con tamaño historial cabría suponer que un hipotético editor se lo pudiera pensar dos veces antes de volver a intentarlo; pero por fortuna no ha sido así, siendo en esta ocasión la editorial Robel, recién desembarcada en el género pero convertida ya en una de las más dinámicas, quien tan sólo un año después del último naufragio se ha embarcado en la tarea... y por todo lo alto, como veremos más adelante.

No obstante, y prescindiendo de consideraciones digamos esotéricas sobre cabeceras presuntamente malditas, lo cierto es que la pregunta surge de inmediato: ¿hay hueco en el mercado español para una nueva revista? Porque, recordémoslo, en estos momentos se están editando más que nunca: Gigamesh, Solaris, Galaxia, Valis (creo que no me dejo ninguna en el tintero) tan sólo de ciencia ficción escrita, a las que habría que sumar alguna más dedicada al cine o a otros medios de expresión. Bien, la respuesta a ello la dieron Jesús Rodríguez Beltrán, el editor, y Domingo Santos, el director, en la presentación de la misma en la pasada Hispacon: ellos sí creen que el hueco existe, y desde luego de no ser así no se habrían lanzado a la aventura.

Claro está que, aunque todas estas revistas comparten su pertenencia al género, cada una de ellas cuenta con su propia idiosincrasia, su propia línea editorial y, en consecuencia, sus propios lectores, por lo que más que de competencia se debería hablar, en sentido estricto, de complementariedad. Y en palabras de Jesús Rodríguez y Domingo Santos, ellos pretenden llenar el hueco de la por ellos denominada revista literaria, una publicación en la que predominen básicamente los relatos aun sin renunciar por completo a unas secciones fijas, eso sí, más reducidas que en sus colegas. A ello añado yo que el primer número de la nueva Asimov, el único que he leído hasta ahora, me recordó inevitablemente a la extinta y añorada Nueva Dimensión.

Y no es casualidad. Domingo Santos, a quien no es preciso presentar aquí por ser sobradamente conocida su labor a lo largo de varias décadas, fue uno de los responsables de la mítica Nueva Dimensión, y también dirigió parte de los números de las Asimov de Planeta y Megamultimedia. Y si leemos la relación de colaboradores, nos encontraremos con otros nombres procedentes de Nueva Dimensión tales como los de Luis Vigil o Augusto Uribe, junto con otros tan consagrados como los de Elia Barceló y Miquel Barceló. En cuanto a su contenido, los relatos, entre otros, de Larry Niven, Jack Williamson y nuestro Ángel Torres Quesada, junto con un artículo de Robert Silverberg y el editorial del propio Domingo Santos, dan una imagen clara de lo que nos ofrece esta revista, cuyo formato similar al de la reedición del Orden Estelar a mí personalmente me agrada más que el tabloide de su antecesora.

La apuesta es, sin duda alguna, sólida, y cabe esperar que con estos mimbres la nave llegue a buen puerto, esquivando esa espada de Damocles que se abatiera prematuramente sobre sus tres predecesoras. Para lograr la imprescindible fidelidad de los lectores, cuenta con un director de lujo y con una fórmula sencilla, pero efectiva: un conjunto de relatos procedentes de la revista madre norteamericana, complementado con relatos originales españoles, para lo cual Domingo Santos realizó públicamente una llamada a los autores interesados. Único requisito, calidad literaria.

Y el segundo número está ya en la calle...


Publicado el 20-10-2003 en el Sitio de Ciencia Ficción