La tercera pirámide
Sumidos en una sociedad en la que la cultura, por desgracia, es un valor en retirada, siempre será una buena noticia la creación de una editorial nueva dispuesta a aportar su granito de arena al acervo cultural común, y todavía mejor noticia es que sus promotores, con más valor eso sí que el Guerra -el torero, no el otro-, sean dos personas profundamente motivadas, que sabido es que hay editoriales, y de las grandes incluso, que, más que publicar, fabrican libros como si de cualquier otro bien manufacturado se tratara... pero ésta es otra historia que ahora no hace al caso.
Lo que nos importa, es que Mario Moreno y Alfredo Lara, ambos sobradamente conocidos en el mundillo de la ciencia ficción y géneros afines, han puesto en marcha Forminge, una editorial cuya declaración de principios deja bien claras sus intenciones de publicar literatura de ciencia ficción, fantasía o aventuras, géneros considerados por muchos como menores, cuando no despreciados, aunque lo cierto es -¡y sin embargo, se mueve!- que se cuentan entre los más populares, en el mejor sentido de la palabra, no sólo de nuestro país, sino de todo nuestro ámbito cultural. Y algo tendrá el agua cuando la bendicen, por más que les pese a estos eruditos a la violeta.
Aunque Forminge tiene previsto mantener dos colecciones, la de Bolsillo a cargo de Mario y la todavía nonata Libros de Opar, bajo la responsabilidad de Alfredo, lo cierto es que su estreno en sociedad ha sido de mano de la primera, cuyo primer número es nada menos que La tercera pirámide, una novela inédita de uno de los más reconocidos autores de ciencia ficción españoles contemporáneos, el gaditano Ángel Torres Quesada, reciente premio Gabriel en la pasada Hispacon de Cádiz y valor seguro para cualquier editor con un mínimo de perspicacia. La elección, pues, no ha podido ser más acertada. Es obligado resaltar asimismo las cuidadas maquetación y edición del libro, algo que por desgracia no suele ser todo lo habitual que debiera por estos pagos, en los que muchas veces no se cuida el continente ni, a veces, ni tan siquiera el contenido.
Se da la circunstancia de que La tercera pirámide no es, como pudiera pensarse, una novela de ciencia ficción, aunque en ella aparecen elementos propios del género... como existen asimismo otros de novela histórica, de ucronía e incluso de realismo fantástico, tan válido este último como cualquier otro siempre y cuando sea utilizado exclusivamente como medio para expresar una ficción y no, como hacen algunos, como una presunta -y a todas luces falsa- seudociencia que, eso sí, les rinde pingües beneficios. En realidad la novela de Ángel Torres es una mezcla de elementos tomados de aquí y de allá, dosificados por el autor de forma equilibrada de forma que el conjunto podría ser definido, básicamente, como una novela de aventuras... una buena novela de aventuras, puntualizo.
Claro está que lo que predomina en el libro es una de las grandes pasiones del autor gaditano, el antiguo Egipto, el cual Ángel ha visitado y sobre el que, me consta, se ha documentado minuciosamente, lo que convierte a La tercera pirámide en una novela histórica que nada tiene que envidiar a más de una de las más afamadas, ganando claramente a muchas de ellas en amenidad. Es evidente la influencia de Sinuhé el egipcio, pero también se encuentran en ella otros tópicos literarios tales como el del viajero en el tiempo que se ve transportado en contra de su voluntad a una época histórica anterior a la suya, que tan popular hiciera Mark Twain en su famosa novela Un yanqui en la corte del rey Arturo pero que ha sido asimismo utilizado por otros autores como es el caso de Sprague de Camp y su Que no desciendan las tinieblas. Y por supuesto, Ángel Torres escoge una época histórica especialmente singular dentro del largo período de la civilización egipcia clásica, los convulsos años previos al advenimiento al trono del famoso Akenatón, el faraón hereje.
Por lo demás, la novela es puro Ángel Torres, con todos los elementos que han hecho famoso al escritor gaditano. Extremadamente amena, merece ser leída no sólo por aquéllos -entre los cuales me cuento- admiradores de su autor, sino por cualquiera que se sienta atraído por la novela de aventuras; estoy convencido de que no les decepcionará.
Publicado el 26-11-2004 en el Sitio de Ciencia Ficción