Rosetta



Sonda espacial lanzada, tras dos intentos fallidos, el 2 de marzo de 2004 por la ESA desde la base espacial de Kourou. Su nombre proviene de la famosa Piedra Rosetta, una inscripción trilingüe hallada en Egipto en 1799 por las tropas de Napoleón gracias a la cual Champollion logró descifrar la escritura jeroglífica. El simbolismo estaba claro, ya que se pretendía que al estudiar un astro probablemente inalterado desde la los orígenes del Sistema Solar, podrían conocerse mejor los mecanismos de formación de los cuerpos que lo componen, así como averiguar si la aparición de la vida en la Tierra pudo ser debida al impacto de cometas que trajeron a nuestro planeta los ingredientes necesarios para que ésta ocurriera.

El destino final de la sonda fue el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, al cual alcanzó en mayo de 2014 tras un vuelo de más de diez años, parte de los cuales permaneció en estado de hibernación. Su larga trayectoria, de 6.400 millones de kilómetros, fue diseñada siguiendo un complejo recorrido con objeto de aprovechar los tirones gravitatorios de diferentes planetas para realizar correcciones de rumbo, pasando tres veces por las cercanías de la Tierra y una más por Marte, antes de dirigirse a las profundidades del Sistema Solar externo tras el último encuentro con la Tierra en noviembre de 2009.

El 9 junio de 2011 entró en estado de hibernación desconectando todos sus instrumentos, situación que mantuvo hasta el 20 de enero de 2014, fecha en la que se reactivó preparándose para su encuentro con el cometa.

Una vez en las proximidades del cometa, la Rosetta inició las maniobras necesarias para su inserción en órbita el 6 de agosto de 2014, las cuales concluyeron a primeros de septiembre situándola a tan sólo 30 kilómetros de distancia de la irregular superficie de este astro, de la que envió unas espectaculares fotografías tomadas no sólo por interés científico, sino también con objeto de cartografiarla y poder seleccionar los posibles lugares de descenso del módulo de aterrizaje llamado Philae que transportaba con ella, el cual aterrizó exitosamente el 12 de noviembre de 2014.

Según el plan original de la misión la Rosettta debería haberse mantenido en órbita hasta diciembre de 2015, unos meses después de que en agosto de 2015 el cometa alcanzara el perihelio (el punto de su órbita más cercano al Sol), lo que permitiría estudiar la actividad del halo y de la cola del mismo. Finalmente la misión fue prolongada nueve meses hasta que, el 30 de septiembre de 2016, la Rosetta se estrelló de forma controlada en la superficie del cometa, aunque hasta momentos antes del impacto estuvo retransmitiendo a la Tierra fotografías y análisis de los materiales (gas y polvo) eyectados por éste.

La exploración de 67P/Churyumov-Gerasimenko no fue la única tarea encomendada a la Rosetta, ya que a lo largo de su camino se cruzó con dos asteroides, el 5 de septiembre de 2008 con Steins (nº 2.867) y el 10 julio de 2010 con Lutecia (nº 21), ambos pertenecientes al cinturón principal situado entre las órbitas de Marte y Júpiter aunque muy diferentes entre sí, ya que mientras el primero es un pequeño cuerpo de apenas unos pocos kilómetros de diámetro, a Lutecia, uno de los mayores del cinturón principal, se le calcula una longitud máxima -tiene forma irregular- de unos 130 kilómetros. En ambos casos tomó fotografías de estos cuerpos celestes que ayudarán a conocer mejor el Sistema Solar y, en especial, a estos pequeños astros vestigios de su pasado más remoto.


Publicado el 8-11-2008
Actualizado el 30-9-2016