Cronología del descubrimiento de los
asteroides
Giuseppe Piazzi, descubridor de Ceres
Como es sabido, la era de los asteroides se inició cuando
la noche del 1 de enero de 1801 el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi
descubría Ceres, el primero y más importante de todos, hoy
flamante planeta enano. En realidad lo que buscaban Piazzi y otros muchos
astrónomos no era ese modesto astro, sino el hipotético planeta
que, según la ley de Titius-Bode, debería haber existido entre
las órbitas de Marte y Júpiter. Y puesto que Ceres, salvo por su
posición, no cumplía con los requisitos requeridos, siguieron
buscando.
Jamás se encontraría al escurridizo e inexistente
planeta, pero sí se descubrieron más asteroides, muchos
más... con fecha de 28 de noviembre de 2022 había catalogados
619.999, a los que hay que sumar otros 631.607 ya descubiertos pero
todavía no catalogados, lo que hace un total de 1.251.606 asteroides
observados. Gracias a las mejoras de las técnicas astronómicas,
que permiten encontrar cuerpos cada vez más pequeños o más
alejados, este número se va incrementando continuamente,
estimándose la cantidad total en varios millones.
Se trata de una cifra realmente mareante que abarca no
sólo el tradicional Cinturón de Asteroides situado entre las
órbitas de Marte y Júpiter, sino la práctica totalidad del
Sistema Solar incluyendo, en los confines del mismo, la abigarrada familia de
los transneptunianos. Y aunque lo excesivo de su número hace imposible
un seguimiento exhaustivo (quien esté interesado puede visitar la
página del
Minor Planet Center, donde están todos ellos
catalogados), estimo que resultaría interesante realizar un estudio
estadístico de la evolución de sus descubrimientos.
Antes de seguir adelante, conviene recordar la
metodología seguida para la clasificación de los asteroides, que
es general para la totalidad de los cuerpos del Sistema Solar. Ésta
consta de tres fases. La primera es el descubrimiento propiamente dicho.
Inicialmente el cuerpo recién descubierto es bautizado con
una denominación provisional, consistente en unas siglas formadas por
las cuatro cifras del año seguidas por dos letras que indican, en orden
alfabético, la quincena del año la primera y el orden en el que
fue descubierto dentro de esa quincena la segunda. En el caso de que los
descubrimientos de una quincena rebasen a las letras del alfabeto, se vuelve a
empezar por la A añadiendo a continuación un número que
indica el orden del ciclo: A2 a Z2, A3 a Z3, etc.
Pero no basta con esto. Los astrónomos son prudentes ya
que en ocasiones avistamientos de asteroides, satélites e incluso
planetas, como ocurrió con el fantasmagórico Vulcano, han
demostrado ser erróneos y tales astros inexistentes. Por esta
razón, es necesario confirmar el descubrimiento y determinar sus
parámetros orbitales, algo que no siempre es sencillo sobre todo cuando
se trata de cuerpos pequeños o muy alejados; y aun así, alguno se
acaba perdiendo. Una vez confirmada su existencia, el asteroide recibe un
número de catálogo y queda incorporado a éste en orden
secuencial de confirmaciones, no de descubrimientos.
En ocasiones puede llegar a pasar bastante tiempo en este
proceso, sobre todo si por determinadas circunstancias el asteroide se
pierde y no llega a ser redescubierto hasta mucho después
tal como ocurrió con Apolo, descubierto en 1932 y catalogado en 1973, 41
años más tarde, con el número 1.862; otros tantos
tardó Adonis (número 2.101), de 1936 a 1977, y nada menos que 66
años, de 1937 a 2006, hubo de esperar Hermes, correspondiéndole
el número 69.230. Un caso especial es el de Plutón, descubierto
en 1930, que tras 76 años como planeta en 2006 fue es
degradado a la nueva categoría de planeta enano con el
número de catálogo 134.340. Para que nos hagamos una idea de la
importancia de estos desfases, baste con apuntar que, de haber sido confirmados
sus respectivos descubrimientos tras el período de tiempo habitual de
esa época, a estos cuatro astros les habrían correspondido unos
números de catálogo en torno al 1.300 para Plutón, 1.400
para Apolo y 1.700 para Adonis y Hermes.
Aunque los anteriormente apuntados son casos extremos, no
sólo por el desfase temporal sino también por la importancia de
estos cuerpos, resulta bastante habitual que se cataloguen con números
inferiores asteroides descubiertos con posterioridad a otros, dado que la fecha
oficial de descubrimiento es la de la primera visualización, mientras
que el número asignado corresponde, tal como he explicado, al orden de
su catalogación. Obviamente en un principio este problema no se daba
debido al escaso número de descubrimientos, pero ya iniciado el siglo XX
comenzaron a surgir estas interpolaciones, por lo general de tan sólo
algunos años salvo en casos excepcionales. De hecho es bastante
común que algunos asteroides salten en la numeración a otros
descubiertos con anterioridad, quedándose estos últimos rezagados
incluso durante décadas. En general, y para evitar complicaciones
innecesarias, seguiré el criterio de considerar siempre el año de
descubrimiento con independencia de su fecha de catalogación.
El tercer y último paso es la asignación de un
nombre propio al asteroide. A diferencia de los anteriores éste no es
automático sino potestativo de su descubridor, por lo que dependiendo de
su interés tardará más o menos en ser bautizado. De hecho
son muchos más los asteroides innominados (aunque con número de
catálogo y denominación provisional) que los que poseen nombre
propio, lo cual se ve acrecentado por el elevado número de
descubrimientos realizados en los últimos años; estos
últimos eran 23.590 en noviembre de 2022, lo que supone tan sólo
el 3,8 % de los catalogados y el 1,9 % de los descubiertos.
1801 - 1850
Ceres, hoy
planeta enano, fotografiado en 2015 por la sonda Dawn
Pasemos ahora a estudiar la evolución cronológica
del descubrimiento de los asteroides. Si consideramos el medio siglo
trascurrido entre el descubrimiento de Ceres y la mitad de la centuria, es
decir, entre 1801 y 1850, vemos que la nómina de asteroides se
incrementó en tan sólo una docena de hallazgos, repartida
además de una manera muy irregular; mientras en un principio los
descubrimientos de nuevos asteroides siguieron a buen ritmo, de modo que Palas
fue encontrado en 1802, Juno en 1804 y Vesta en 1807, habría que esperar
nada menos que 38 años, hasta 1845, para que los astrónomos
conocieran un asteroide más, Astrea. Concretamente, la relación
de estos primeros descubrimientos es la siguiente:
Nº |
Nombre |
Fecha desc. |
Descubridor |
Observatorio |
1 |
Ceres |
1-1-1801 |
Giuseppe Piazzi |
Palermo |
2 |
Palas |
28-3-1802 |
Heinrich Olbers |
Bremen |
3 |
Juno |
1-9-1804 |
Karl Ludwig Harding |
Lilienthal |
4 |
Vesta |
29-3-1807 |
Heinrich Olbers |
Bremen |
5 |
Astrea |
8-12-1845 |
Karl Ludwig Hencke |
Driesen |
6 |
Hebe |
1-7-1847 |
Karl Ludwig Hencke |
Driesen |
7 |
Iris |
13-8-1847 |
John Russell Hind |
Londres |
8 |
Flora |
18-10-1847 |
John Russell Hind |
Londres |
9 |
Metis |
25-4-1848 |
Andrew Graham |
Markree |
10 |
Higia |
12-4-1849 |
Annibale de Gasparis |
Nápoles |
11 |
Parténope |
11-5-1850 |
Annibale de Gasparis |
Nápoles |
12 |
Victoria |
13-9-1850 |
John Russell Hind |
Londres |
13 |
Egeria |
2-11-1850 |
Annibale de Gasparis |
Nápoles |
Si se prefiere, se puede seguir la evolución de estos
descubrimientos en la siguiente gráfica, en la que se representan con
barras verticales los hallazgos realizados cada año, y con puntos y
línea continua el número total de asteroides conocidos cada
año, la cual dibuja lógicamente una curva siempre
creciente.
Descubrimientos de asteroides en la primera
mitad del siglo XIX
La razón para esta relativa sequía, teniendo en
cuenta la enorme cantidad de asteroides existentes, no es otra que la
dificultad para descubrir e identificar a estos pequeños cuerpos
siderales con los medios técnicos disponibles en la época, pese a
los grandes avances realizados desde que dos siglos antes se inventara el
telescopio. Conviene tener en cuenta que las observaciones telescópicas
se hacían entonces de forma ocular, ya que no fue sino hasta finales del
siglo XIX cuando se generalizó el uso de la fotografía liberando
a los astrónomos de la tediosa tarea de estar literalmente pegados al
objetivo del telescopio durante noches enteras.
1851 - 1900
Sin embargo, en la segunda mitad de la centuria la
situación cambió drásticamente dado que comenzaron a
descubrirse nuevos asteroides con una frecuencia que nada tenía que ver
con la anterior: nada menos que 450, lo que supone una media de nueve por
año aunque, ya a finales de este período, en ocasiones se
llegaron a alcanzar los 27, como ocurrió en 1892 y 1893. Como resultado
de ello, al terminar 1900, y con él el siglo XIX, había
catalogados un total de 463 asteroides. La tabla y la gráfica reflejan
la evolución de los descubrimientos siguiendo los mismos criterios que
en el caso anterior.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1851 |
2 |
15 |
|
1864 |
3 |
82 |
|
1877 |
10 |
179 |
|
1890 |
15 |
302 |
1852 |
8 |
23 |
1865 |
3 |
85 |
1878 |
12 |
191 |
1891 |
21 |
323 |
1853 |
4 |
27 |
1866 |
6 |
91 |
1879 |
20 |
211 |
1892 |
27 |
350 |
1854 |
6 |
33 |
1867 |
4 |
95 |
1880 |
8 |
219 |
1893 |
27 |
377 |
1855 |
4 |
37 |
1868 |
12 |
107 |
1881 |
1 |
220 |
1894 |
20 |
397 |
1856 |
5 |
42 |
1869 |
2 |
109 |
1882 |
11 |
231 |
1895 |
11 |
408 |
1857 |
9 |
51 |
1870 |
3 |
112 |
1883 |
4 |
235 |
1896 |
16 |
424 |
1858 |
5 |
56 |
1871 |
5 |
117 |
1884 |
9 |
244 |
1897 |
7 |
431 |
1859 |
1 |
57 |
1872 |
11 |
128 |
1885 |
9 |
253 |
1898 |
9 |
440 |
1860 |
5 |
62 |
1873 |
6 |
134 |
1886 |
11 |
264 |
1899 |
11 |
455 |
1861 |
10 |
72 |
1874 |
6 |
140 |
1887 |
7 |
271 |
1900 |
12 |
463 |
1862 |
5 |
77 |
1875 |
17 |
157 |
1888 |
10 |
281 |
|
|
|
1863 |
2 |
79 |
1876 |
12 |
169 |
1889 |
6 |
287 |
|
|
|
Descubrimientos de asteroides en la segunda mitad del
siglo XIX
1901 - 1925
El siglo XX comenzó con una tendencia similar aunque
mucho más pronunciada, fruto sin duda de la ya citada aplicación
de las técnicas fotográficas que permitían un registro
mucho más minucioso -y asimismo menos cansado- del firmamento en
búsqueda de estos pequeños islotes siderales. Tanto es así
que en sólo 25 años se pasó de los 463 asteroides
registrados en 1900 a los 1.126 de 1925, lo que supone un incremento de cerca
de 27 asteroides al año con un llamativo máximo de 49 en 1916, en
plena Primera Guerra Mundial, una época sin duda poco propicia para las
observaciones astronómicas.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1901 |
19 |
482 |
|
1914 |
21 |
821 |
1902 |
21 |
503 |
1915 |
21 |
842 |
1903 |
21 |
524 |
1616 |
49 |
891 |
1904 |
33 |
557 |
1917 |
28 |
919 |
1905 |
31 |
588 |
1918 |
24 |
943 |
1906 |
45 |
633 |
1919 |
15 |
958 |
1907 |
36 |
669 |
1920 |
20 |
978 |
1908 |
29 |
698 |
1921 |
29 |
1.007 |
1909 |
21 |
719 |
1922 |
21 |
1.028 |
1910 |
14 |
733 |
1923 |
28 |
1.056 |
1911 |
20 |
753 |
1924 |
42 |
1.098 |
1912 |
14 |
767 |
1925 |
28 |
1.126 |
1913 |
33 |
800 |
|
|
|
Descubrimientos de asteroides entre 1901 y 1925
Como curiosidad cabe reseñar que se alcanzó la
cifra de mil en 1921, aunque el asteroide catalogado con este número,
bautizado con el nombre de Piazzia en homenaje al descubridor de Ceres, figura
como descubierto en 1923 por los motivos explicados anteriormente.
1926 - 1950
Si damos ahora un salto de otros veinticinco años,
comprobamos que al mediar el siglo XX el número de asteroides
catalogados era de 2.158, casi el doble de los de 1925. En concreto el
incremento fue de 1.032, unos 41 por año, aunque en 1938 se alcanzaron
los 99 mientras que en los años postreros de la Segunda Guerra Mundial
-sobre todo desde la entrada de los Estados Unidos en el conflicto
bélico- y en los de la inmediata posguerra, por razones fáciles
de entender, el número cayó en picado: 13 en 1943, 1 en 1944,
ninguno en 1945, 1 en 1946 y 4 en 1947, con una tímida
recuperación -la media de este período no se recuperó
hasta 1950- a partir de 1948. Tal como he comentado anteriormente, dado que
estos datos se refieren a los años de descubrimiento y no a los de
confirmación, en este listado están incluidos los citados Apolo,
Adonis, Hermes y Plutón pese a su tardía inclusión en el
catálogo.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1926 |
22 |
1.148 |
|
1939 |
49 |
1.911 |
1927 |
26 |
1.174 |
1940 |
38 |
1.949 |
1928 |
38 |
1.212 |
1941 |
41 |
1.990 |
1929 |
55 |
1.267 |
1942 |
41 |
2.031 |
1930 |
52 |
1.319 |
1943 |
13 |
2.044 |
1931 |
82 |
1.401 |
1944 |
1 |
2.045 |
1932 |
50 |
1.451 |
1945 |
0 |
2.045 |
1933 |
62 |
1.513 |
1946 |
1 |
2.046 |
1934 |
57 |
1.570 |
1947 |
4 |
2.050 |
1935 |
75 |
1.645 |
1948 |
25 |
2.075 |
1936 |
67 |
1.712 |
1949 |
34 |
2.109 |
1937 |
51 |
1.763 |
1950 |
49 |
2.158 |
1938 |
99 |
1.862 |
|
|
|
Descubrimientos de asteroides entre 1926 y 1950
1951 - 1960
A partir de ahora será preciso acortar los
períodos de tiempo considerados, dado que el espectacular incremento de
descubrimientos nos impediría apreciar los detalles con suficiente
precisión de mantener éstos. Así pues, hemos de considerar
ahora la década comprendida entre 1951 y 1960, en la cual se pasó
de los 2.158 anteriores a los 4.173, lo que supone casi el doble del
número de asteroides catalogados tan sólo una década
antes. Sin embargo, esta cantidad esconde una peculiaridad que es preciso
analizar. Si nos fijamos en la tabla, veremos que la práctica totalidad
de este incremento corresponde a un único año, 1960, ya que entre
1951 y 1959, ambos incluidos, el aumento fue de tan sólo 163, lo que
equivale a una media de 18 por año, un porcentaje bastante inferior al
de la década anterior incluso considerando el parón provocado por
la Segunda Guerra Mundial.
Por el contrario, en 1960 se contabilizaron nada menos que 1.854
nuevos asteroides, lo que supone un incremento excepcional en un único
año, máxime si tenemos en cuenta que hasta entonces el año
más prolífico había sido 1938 con un total de 99. Es
evidente que los métodos de detección clásicos
habían llegado ya al límite de sus posibilidades, por lo que era
necesaria una mejora substancial en los mismos para poder seguir detectando
asteroides al tiempo que se incrementaba notablemente el número de
descubrimientos.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1951 |
36 |
2.194 |
|
1956 |
6 |
2.301 |
1952 |
24 |
2.218 |
1957 |
10 |
2.311 |
1953 |
44 |
2.262 |
1958 |
3 |
2.314 |
1954 |
9 |
2.271 |
1959 |
7 |
2.321 |
1955 |
24 |
2.295 |
1960 |
1.854 |
4.175 |
Descubrimientos de asteroides entre 1951 y 1960
Como cabe suponer el cambio tuvo lugar precisamente en 1960,
cuando se empezaron a aplicar técnicas sistemáticas automatizadas
para la detección e identificación de los nuevos asteroides, las
cuales se beneficiarían más adelante del auxilio de programas
informáticos. Los pioneros de estas nuevas técnicas fueron el
matrimonio formado por los astrónomos Cornelis Johannes e Ingrid van
Houten, que junto con Tom Gehrels comenzaron a descubrir asteroides, desde el
observatorio de Monte Palomar a un ritmo inusitado hasta entonces, aunque
muchos de ellos, tal como he comentado con anterioridad, no serían
catalogados hasta muchos años después. Ésta fue la
razón de tan espectacular incremento, aunque es necesario añadir
que la confirmación de estos 1.854 asteroides no fue ni mucho menos
inmediata, quedándose muchos de ellos en el tintero hasta que pasado un
tiempo fueron siendo incorporados al catálogo primero en grandes
cantidades y posteriormente en forma de goteo, de modo que el último por
el momento -desconozco si todavía quedarán más pendientes-
fue en 2011 el correspondiente al número 545.234, nada menos que con 51
años de retraso.
1961 - 1970
Tras la tempestad de 1960 llegaría la calma, por lo que
durante la totalidad de la década comprendida entre los años 1961
y 1970 el ritmo de descubrimientos volvería a la normalidad,
entendiendo como tal a la frecuencia de los años cincuenta: 303
asteroides, alrededor de 30 por año aunque distribuidos de forma
irregular, lo que incrementó el catálogo hasta los 4.478.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1961 |
8 |
4.183 |
|
1966 |
29 |
4.310 |
1962 |
13 |
4.196 |
1967 |
31 |
4.341 |
1963 |
13 |
4.209 |
1968 |
45 |
4.386 |
1964 |
47 |
4.256 |
1969 |
61 |
4.447 |
1965 |
25 |
4.281 |
1970 |
31 |
4.478 |
Descubrimientos de asteroides entre 1961 y 1970
1971 - 1980
A partir de aquí, y durante las dos décadas
siguientes, se observa, dentro de un incremento neto de los descubrimientos
anuales, la existencia de algunos picos muy marcados, lo que indica que cada
vez que se aplicaba un programa de búsqueda sistemático el
número de hallazgos aumentaba espectacularmente, volviendo a descender
una vez que éste concluía. Así, en la década de los
setenta el incremento total fue de 5.053, unos 500 por año,
elevándose el número de asteroides conocidos hasta los 9.531. No
obstante el reparto fue muy irregular, ya que mientras en 1977 se alcanzaron
los 1.427 y en 1973 los 1.299, en 1972 tan sólo se llegó a los
85, y en 1974 a los 91.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1971 |
543 |
5.021 |
|
1976 |
196 |
6.850 |
1972 |
85 |
5.106 |
1977 |
1.427 |
8.277 |
1973 |
1.299 |
6.405 |
1978 |
536 |
8.813 |
1974 |
91 |
6.496 |
1979 |
418 |
9.231 |
1975 |
158 |
6.654 |
1980 |
300 |
9.531 |
Descubrimientos de asteroides entre 1971 y
1980
1981 - 1990
En la década de los ochenta la tendencia fue similar,
aunque con unos valores mucho más elevados que los de la anterior: 6.493
nuevos asteroides, casi 650 por año, con dos picos destacados en 1981
-1.525- y 1990 -1.231-, aunque todavía inferiores al excepcional valor
de 1960, y datos mucho menores en el resto. Al finalizar la década en
1990 el número total rebasaba ya los 16.000, y justo en su primer
año, 1981, se había alcanzado el simbólico valor 10.000,
que le correspondió al asteroide bautizado como Myriostos,
término griego que significa, precisamente, diez mil. Por cierto este
asteroide había sido descubierto nada menos que en 1951, treinta
años antes de ser catalogado, lo que da buena idea del
atasco que a estas alturas ya se estaba produciendo.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1981 |
1.525 |
11.056 |
|
1986 |
404 |
12.723 |
1982 |
384 |
11.440 |
1987 |
399 |
13.122 |
1983 |
243 |
11.683 |
1988 |
789 |
13.911 |
1984 |
279 |
11.962 |
1989 |
882 |
14.793 |
1985 |
357 |
12.319 |
1990 |
1.231 |
16.024 |
Descubrimientos de asteroides entre 1981 y
1990
1991 - 2000
Fue en la última década del siglo XX cuando
comenzó la enorme y sorprendente explosión de descubrimientos que
dejaría casi en anécdota a todos los hallazgos anteriores. Si
bien hasta entonces el año más prolífico había sido
1960 con sus 1.854 descubrimientos -aunque, como ya he comentado, su
catalogación se prolongó durante mucho tiempo y es probable que
todavía no haya terminado, por lo que esta cantidad podría
incrementarse todavía más-, mientras los demás años
buenos habían rondado entre los 1.200 y los 1.500, ahora el
valor más bajo, el correspondiente a 1992, alcanzó los 1.453
mientras el más alto, el de 2000, ascendió a ¡49.121!, casi
tantos como se conocían en total hasta tan sólo dos años
antes.
Las cifras son auténticamente mareantes: en la
década completa se pasó de los 16.024 de 1990 a los 130.113 de
2000, lo que supone más de ciento catorce mil -114.089 exactamente- en
tan sólo diez años o, si se prefiere, más de once mil por
año, desapareciendo casi por completo los acusados altibajos de las
décadas anteriores, ahora sustituidos por un crecimiento
prácticamente continuo -tan sólo en tres ocasiones hubo ligeras
depresiones- al que no dudo en calificar de exponencial, tal como se puede
comprobar en la gráfica correspondiente.
Asimismo, dado que en la actualidad se están catalogando
muchos asteroides descubiertos en estos años y posteriores -los
astrónomos son unos científicos pacientes-, cabe suponer que
estas cantidades se incrementen considerablemente dada la gran cantidad de
asteroides -más de 600.000- que todavía están pendientes
de confirmación.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
1991 |
1.487 |
17.511 |
|
1996 |
3.672 |
31.720 |
1992 |
1.453 |
18.964 |
1997 |
5.099 |
36.819 |
1993 |
2.439 |
21.403 |
1998 |
15.388 |
52.207 |
1994 |
2.309 |
23.712 |
1999 |
28.785 |
80.922 |
1995 |
4.336 |
28.048 |
2000 |
49.121 |
130.113 |
Descubrimientos de asteroides entre 1991 y 2000
La razón de este salto hay que buscarla, una vez
más, en un cambio fundamental en los métodos de búsqueda,
que pasaron a estar a cargo de sistemas automáticos computerizados, con
lo que se perdió definitivamente todo lo poco que pudiera quedar
aún de la aureola romántica del astrónomo buscador de
asteroides... ganándose a cambio en efectividad. Conviene no olvidar
tampoco que, desde 1992, comenzaron a descubrirse nuevos tipos de asteroides, o
planetas menores por seguir la terminología oficial del MPC, que orbitan
en los confines del Sistema Solar y cuyo número se estima también
muy elevado, aunque debido a su lejanía hasta ahora tan sólo ha
podido ser descubierto un grupo relativamente pequeño de ellos. Entre
los transneptunianos, los más numerosos de todos ellos, y otros grupos
como los centauros o los objetos del disco disperso, en noviembre de 2022 se
conocían alrededor de unos 4.750 cuerpos de estas
características. El número 100.000, por cierto, fue alcanzado en
el año 2000, correspondiéndole a un asteroide encontrado en 1982
-de nuevo con el consabido retraso- el cual fue bautizado con el nombre
alegórico de Astronáutica.
2001 - 2010
Plutón,
fotografiado por la sonda New Horizons en 2015
Durante la primera década del nuevo siglo XXI, en la que
como anécdota Plutón fue degradado a la categoría de
planeta enano en 2006, asignándosele el número de catálogo
134.340, se apreció un comportamiento similar al de la anterior con unos
descubrimientos anuales todavía mucho más elevados, hasta el
punto de que el catálogo se incrementó en nada menos que en
437.600 asteroides, lo que supuso que el número total
prácticamente se triplicara con creces hasta rebasar con holgura la
cifra del medio millón. El año más fructífero fue
2005 con 59.178 asteroides seguido a corta distancia por los 54.204 de 2006,
quedándose bastante cerca 2001 con 52.668 y 2002 y 2008 con 47.823 y
47.766 respectivamente.
Paralelamente a la magnitud de estas cifras se observa
también una clara tendencia a la baja conforme avanzaban los
años, en especial durante los últimos de la década, de
manera que en 2009 fueron catalogados apenas 30.507 y en 2010 los
descubrimientos se quedaron en 21.493, lo que hace sospechar la posibilidad de
una nueva fase de agotamiento de los métodos de detección
empleados hasta entonces.
No obstante, dada su relativa cercanía temporal es
habitual que el número de descubrimientos de estos años se vaya
incrementado conforme se van catalogando los asteroides que todavía
están pendientes de confirmación; tal como he comentado el
número de cuerpos con denominación provisional a la espera de ser
catalogados rebasa incluso el de aquéllos que sí lo han sido, por
lo cual cabe suponer que estos valores se verán drásticamente
modificados al alza según vayan pasando los años, tal como he
podido comprobar en las actualizaciones periódicas de este
artículo.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
2001 |
52.668 |
182.781 |
|
2006 |
54.204 |
423.091 |
2002 |
47.823 |
230.604 |
2007 |
44.856 |
467.947 |
2003 |
40.499 |
271.103 |
2008 |
47.766 |
515.713 |
2004 |
38.606 |
309.709 |
2009 |
30.507 |
546.220 |
2005 |
59.178 |
368.887 |
2010 |
21.493 |
567.713 |
Descubrimientos de asteroides entre 2001 y 2010
2011 - 2021
Llegamos así a la década presente, la
última por ahora puesto que, pese a escribir estas líneas en
diciembre de 2022, los últimos asteroides incorporados a la lista datan
de 2020, con una mínima aportación de 2021 al cual, pese a no
pertenecer a ella, he incluido temporalmente aquí por razones
prácticas. Es evidente, por idénticos motivos a los comentados en
el apartado anterior, que las cifras tabuladas al día de hoy se
irán incrementando conforme se vayan incorporando los numerosos
descubrimientos que todavía están pendientes de
confirmación; aun en el improbable caso de que no se descubrieran
asteroides nuevos, tan sólo con la cantera actual
bastaría para doblar el número de los ya catalogados.
Esto explica que los datos registrados por el momento sean
modestos en comparación con los inmediatamente anteriores, aunque
todavía resultan relativamente importantes: 52.286 asteroides entre 2011
y 2021.
Año |
Desc. |
Acum. |
|
Año |
Desc. |
Acum. |
2011 |
14.988 |
582.701 |
|
2017 |
558 |
619.765 |
2012 |
11.233 |
593.934 |
2018 |
157 |
619.922 |
2013 |
9.837 |
603.771 |
2019 |
59 |
619.981 |
2014 |
8.136 |
611.907 |
2020 |
12 |
619.993 |
2015 |
5.310 |
617.217 |
2021 |
6 |
619.999 |
2016 |
1.990 |
619.207 |
|
|
|
|
Descubrimientos de asteroides entre 2001 y
2021
Conclusiones
Aunque las gráficas parciales que he venido reproduciendo
hasta ahora son útiles para evaluar la evolución del proceso en
los períodos de tiempo considerados, también resulta interesante
agrupar en una única gráfica la totalidad de los resultados desde
que Piazzi descubriera Ceres hasta la actualidad, por más que la escala
reduzca la visión en detalle de buena parte de estos dos siglos largos.
Tal como puede comprobarse, se trata de una curva similar a la que los
matemáticos denominan sigmoide, con un primer tramo de escasa pendiente
que dura aproximadamente hasta la década de 1980 seguido por un
fortísimo crecimiento frenado, todavía es pronto para saber si de
manera provisional o definitiva, en los últimos años,
apuntándose otra fase de aparentemente baja pendiente.
Descubrimientos de asteroides entre 1801 y
2021
A la vista del aparente frenado de estos últimos
años, ¿existen razones para pensar que los asteroides, o al menos
la posibilidad de detectarlos con los equipos técnicos actuales, se
estén agotando? Ni mucho menos, más bien lo que ocurre que la
capacidad de detección supera con creces en velocidad a la de
catalogación, aunque no resulta fácil evaluar si la brecha se
irá incrementando o, por el contrario, tenderá a reducirse.
Lo veremos mejor comparando los
datos
publicados por el MPC en diciembre de 2011 que utilicé en la
redacción original del artículo con los de las sucesivas
revisiones que realicé con los datos actualizados a 31 de mayo de 2018,
19 de febrero de 2020 y 28 de noviembre de 2022, respectivamente.
En la tabla figuran el número de asteroides catalogados,
el de los pendientes de confirmación que cuentan con una
denominación provisional y la suma de ambos, es decir, el total de los
descubiertos para cada una de estas cuatro fechas, así como el
porcentaje sobre el total de los que todavía no han sido catalogados.
Aunque el MPC incluye también como categoría separada los cometas
-en realidad el origen de éstos y el de los asteroides del Sistema Solar
exterior es idéntico-, he preferido no contabilizarlos debido a que se
les aplica un sistema de catalogación propio, diferente al de los
asteroides. En cualquier caso en noviembre de 2022 eran tan sólo 4.434,
por lo que su exclusión no afecta de forma significativa a los
datos.
Año |
Catalog. |
Prov. |
Total |
% Prov. |
2011 |
310.376 |
278.558 |
588.934 |
47,30 % |
2018 |
523.584 |
256.152 |
779.736 |
32,85 % |
2020 |
545.135 |
385.543 |
930.678 |
41,43 % |
2022 |
619.999 |
631.607 |
1.251.606 |
50,46 % |
Como puede apreciarse, entre diciembre de 2011 y mayo de 2018 se
catalogaron 213.208 asteroides y se descubrieron 190.802, descendiendo el
número de asteroides sin catalogar en 22.406 y su porcentaje sobre el
total en casi catorce puntos y medio.
A su vez, entre mayo de 2018 y febrero de 2020 se catalogaron
21.551 asteroides y se descubrieron 129.391, lo que causó un aumento de
estos últimos de 107.840, recuperando su porcentaje algo más de
ocho puntos y medio.
Por último, de febrero de 2020 a noviembre de 2022 los
asteroides catalogados fueron 74.864 y los descubiertos 320.928, una cantidad
sensiblemente superior a las anteriores que elevó el porcentaje de
asteroides con denominación provisional por encima del 50% del
total.
Aunque al comparar estos resultados hemos de tener en cuenta que
se trata de intervalos muy dispares, de casi seis años y medio el
primero, un año y nueve meses el segundo y dos años y nueve meses
el tercero, se aprecia que entre 2018 y 2020 se produjo un gran incremento en
los descubrimientos, mientras las catalogaciones no llegaron ni siquiera a la
quinta parte de éstos. Aunque la proporción mejoró entre
2020 y 2022, no llegó a alcanzar el 25 %.
La conclusión es que la aparente ralentización de
los últimos años se debe no a que haya disminuido el ritmo de los
descubrimientos, que de hecho se ha incrementado, sino a la tardanza en
confirmar los mismos y su consiguiente catalogación, algo que era de
esperar dado que esta última sigue un procedimiento muy riguroso que
exige la identificación inequívoca del asteroide y de su
órbita, lo cual explica esta aparente contradicción.
Teniendo en cuenta que la gran mayoría de los asteroides
pendientes de catalogación, y recordemos que son más de 600.000,
han sido descubiertos en los últimos años, es de esperar que en
los próximos años el catálogo crezca de forma
espectacular. Pero como ya he comentado antes, los astrónomos no suelen
darse mucha prisa.
Apreciaremos mejor esta tendencia si nos fijamos en la
gráfica publicada en la
Wikipedia en la que vienen representados entre 1995 y 2019,
es decir, el período de máxima expansión del
catálogo del MPC, el total de asteroides descubiertos (rosa), los
catalogados o numerados -verde- y los bautizados -violeta-. Como es
fácil apreciar el número de descubrimientos se ha mantenido
prácticamente constante, por lo que en realidad ha mejorado es la
capacidad de identificación y catalogación incluso en el caso de
descubrimientos antiguos como los de 1960, 1973 o 1977. Otra cuestión es
que siga siendo posible detectarlos, pero en cualquier caso la
limitación será de índole meramente tecnológica.
Lamentablemente faltan los tres últimos años, pero de variar la
tendencia sería para incrementarse, no para frenarse. Así pues,
todo parece indicar que sigue habiendo cuerda para rato; máxime cuando
los astrónomos estiman el número total de estos pequeños
astros en varios millones.
Ver también:
Asteroides: Peñascos en órbita
Los asteroides. Su clasificación en
función de las órbitas
Los asteroides
españoles
Tablas de los
principales grupos de asteroides