¿Manuel Azaña a Alcalá?





Tumba de Manuel Azaña en Montauban



Aunque no soy el primero en abordar este tema, no tengo por menos que mostrar mi preocupación ante los periódicos intentos de no se sabe muy bien quién de traer a Alcalá (y más concretamente al económicamente ruinoso cementerio jardín, dicen las malas lenguas que para utilizarlos como reclamo propagandístico) los restos de Azaña, que como es sabido reposan actualmente en el sur de Francia. A mí, la verdad sea dicha, siempre me ha resultado repulsivo todo lo relativo a los bailes de huesos, sean éstos del santo de turno, de Lenin (aunque aquí es una momia) o de quien sean, a la par que nunca he entendido esta necrofilia hispánica que ha provocado tantos movimientos de ilustres difuntos que, de tanto ir de un lado para otro, han acabado provocando situaciones tan kafkianas como las de Cristóbal Colón, que estando actualmente en dos sitios viene, en la práctica, a no estar en ninguno.

Por otro lado los huesos son sólo eso, huesos, es decir, fosfato cálcico moldeado de una forma determinada. Si algo importa de verdad de las personas que hicieron algo en la historia es su recuerdo y su mensaje, nunca unos despojos que en nada se diferencian de los de cualquiera de los millones de anónimos ciudadanos que pasan de puntillas por la vida sin dejar el menor rastro. Por esta razón, si queremos recordar a Manuel Azaña hagámoslo con sus escritos, con su pensamiento y con su figura histórica, pero por favor dejemos que sus huesos reposen en paz tal como lo hacen ahora. Montauban, Alcalá... ¿Qué importa? Lo que importa es lo que hizo y lo que dijo, no lo poco que pueda quedar ahora de lo que fuera su cuerpo.


Publicado el 28-10-1995, en el nº 1.451 de Puerta de Madrid
Actualizado el 5-5-2008