Los Sarmiento de Gamboa



El título de este artículo está escrito en plural por una razón tan sencilla como fácil de suponer: son dos los barcos españoles que han ostentado u ostentan este nombre, dándose la particularidad de que uno de ellos fue un navío militar mientras el otro -el actual- es civil, una curiosa circunstancia que no se daba en ninguno de los otros casos estudiados en esta sección.

Asimismo puede que el nombre de Sarmiento de Gamboa no diga mucho a algunos lectores, puesto que a diferencia de Cervantes, Cisneros o Manuel Azaña, no se trata de un personaje demasiado conocido por el gran público. Sin embargo, su presencia aquí induce a pensar que hubo de haber algún tipo de relación especial entre él y la ciudad de Alcalá; ¿cuál?

Hagamos un poco de historia. Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592) fue uno de los principales navegantes españoles de su época. Participó en 1567 en la expedición que, al mando de Álvaro de Mendaña, descubrió las islas Salomón en el océano Pacífico, desempeñó posteriormente varios cargos de responsabilidad en la administración colonial de la América española y realizó dos viajes por el estrecho de Magallanes, entre 1579 y 1580 el primero y entre 1581 y 1586 el segundo, fundando algunos asentamientos de población en las tierras patagónicas que resultaron fallidos a causa de la dureza del clima y de la hostilidad de los aborígenes, una aventura con final trágico digna de ser relatada en una novela o una película. Finalizada su aventura patagónica, y de vuelta a España, sería hecho prisionero por los ingleses primero y por los hugonotes franceses después, no logrando poner pie en nuestro país hasta 1590. Fue nombrado entonces, por el rey Felipe II, almirante de la armada que escoltaba a los galeones que volvían de América, y en el desempeño de esta labor le llegaría la muerte.

Es muy poco lo que se conoce de su vida con anterioridad a su participación en la expedición de Mendaña, y ni tan siquiera se conoce con certeza su lugar de nacimiento, ya que Alcalá y Pontevedra se disputan ese honor. Nuestra ciudad le rinde homenaje en el monumento al Descubrimiento de la plaza de los Santos Niños, conjuntamente con Cristóbal Colón y Antonio Solís, y asimismo tiene dedicada una calle en el barrio de Caballería Española.




La fragata




La fragata Sarmiento de Gamboa. Fotografía tomada de mundomilitaria.es


Al tratarse de un marino ilustre, era normal que la Armada Española decidiera bautizar con su nombre a una de sus unidades navales. Concretamente, y según la información que he encontrado en la Revista Naval o en la Wikipedia, el Sarmiento de Gamboa, F-36 según la terminología de la Armada, fue un buque, considerado primero como cañonero y posteriormente como fragata, perteneciente a la clase Pizarro, denominada así por ser éste el primero de la misma. La clase constaba de un total de ocho buques, construidos todos ellos en los astilleros del Ferrol, en dos series de cuatro, entre 1946 y 1951: Pizarro (F-31), Hernán Cortés (F-32), Vasco Núñez de Balboa (F-33), Martín Alonso Pinzón (F-34), Magallanes (F-35), Sarmiento de Gamboa (F-36), Vicente Yáñez Pinzón (F-41) y Legazpi (F-42).

Dadas las circunstancias de la España de la época eran unos navíos modestos, que no obstante dieron buen resultado y gozaron de una larga vida operativa que rebasó con creces los veinte años. Con 95 metros de eslora (longitud de la cubierta), l2 metros de manga (anchura de la cubierta) y 3,8 metros de calado (parte sumergida del casco), desplazaban 2.246 toneladas y desarrollaban una velocidad máxima de 19 nudos (unos 35 kilómetros por hora). Su tripulación estaba compuesta por 251 hombres.

En realidad, y pese de ser considerados fragatas, los Pizarro, con sus 2.200 toneladas de desplazamiento estaban muy lejos de las 4.200 toneladas de las fragatas de la clase Baleares, operativas a partir de mediados de los años setenta, o de las 4.000 de la posterior clase Santa María, por no hablar ya de las 5.800 toneladas que desplazan las de la serie Álvaro de Bazán, las más modernas de la Armada española en la actualidad. Tanto por ello como por su precario armamento -carecían de capacidad antiaérea y antisubmarina-, en la práctica, y salvo los dos modernizados, el resto de los buques de la clase se limitaron a desempeñar, a lo largo de su vida operativa, tareas de patrulla costera.

Los seis primeros fueron dados de baja entre 1965 y 1974, mientras los dos últimos fueron sometidos en 1960 a una profunda remodelación que prologó su permanencia en activo hasta 1978 (el Legazpi) y 1983 (el Vicente Yáñez Pinzón), siendo reemplazados por una nueva generación de buques más modernos, las corbetas F-30 de la clase Descubierta.

El Sarmiento de Gamboa, como ya he explicado, fue el sexto de la serie y el más moderno, a excepción de los remodelados. Botado en 1950 causó baja en 1974 tras 24 años de servicio, los mismos que alcanzaron sus gemelos Pizarro y Hernán Cortés, por 23 el Magallanes,19 el Vasco Núñez de Balboa y 17 Martín Alonso Pinzón. Los dos restantes, al ser modernizados, obviamente tuvieron una vida útil mucho más prologada.




El buque oceanográfico




El buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa.
Fotografía tomada de la página del CSIC


Hubieron de pasar más de treinta años hasta que un nuevo buque fuera bautizado con el nombre de su predecesor. El origen del nuevo Sarmiento de Gamboa arranca en el consejo de ministros del 12 de marzo de 2004, en el cual se aprobó la autorización al Consejo Superior de Investigaciones Científicas para la construcción de un nuevo buque de investigación oceanográfica, el primero al que se puede considerar como propio del CSIC, con la consideración de Gran Instalación Científica (como, entre otras, el coto de Doñana, el observatorio astronómico de Calar Alto o los madrileños Museo de Ciencias Naturales y el Jardín Botánico) ya que el Hespérides, operativo desde 1990 y cogestionado por el CSIC y otros organismos públicos, es propiedad de la Armada española.

Con un coste de 20 millones de euros cofinanciado por el Ministerio de Educación y Ciencia (20%), la Xunta de Galicia (60%), y el CSIC (20%), que actúa como armador, ha sido construido en los astilleros Construcciones Navales Freire, en Vigo, responsables también de otro buque oceanográfico, el Cornide de Saavedra, propiedad del Instituto Español de Oceanografía y operativo desde 1980. El Sarmiento de Gamboa fue botado el 30 de enero de 2006 en presencia de la reina, y entregado al presidente del CSIC, en esta ocasión en presencia del presidente del gobierno, el 12 de julio de 2007. Durante el resto de 2007 ha sido equipado con la instrumentación científica de la que está dotado y sometido a diversas pruebas de navegación, estando previsto que ya en 2008 se encuentre operativo para iniciar las campañas de investigación para las que ha sido diseñado.

Sus características técnicas son las siguientes: 70,5 metros de eslora, 15,5 de manga, 18,7 de puntal y un calado a plena carga de 4,6 metros. Su desplazamiento es de 1.979 toneladas de registro bruto, su velocidad máxima de 15 nudos (unos 28 kilómetros por hora) y su autonomía de navegación 40 días.

Su área de operación serán todos los mares y océanos a excepción de los polares, en los cuales navega habitualmente el Hespérides. Su dotación abarca 6 oficiales, 10 tripulantes y hasta 25 científicos, estando equipado con laboratorios y diferentes técnicas de investigación científica entre las que destaca un submarino robot, pilotado por control remoto, capaz de alcanzar los 6.000 metros de profundidad, el primero de este tipo en España. Quien desee ampliar esta información puede hacerlo en la página del CSIC.


Publicado el 21-11-2007