Contra lo que pudiera pensarse, este curioso personaje nada tiene que ver con Alfonso de Alcalá, el hebraísta que colaborara con Cisneros en la redacción de la Biblia Políglota Complutense. Paradójicamente, ninguno de los dos era natural de nuestra ciudad. Alfonso de Alcalá había nacido en Alcalá la Real, mientras que nuestro personaje vio la luz en Lisboa en 1599.

Sin embargo, Alfonso de Alcalá y Henares sí vivió en Alcalá, donde fallecería en 1682. Comerciante de profesión, escribió varias curiosas poesías tales como Jardín anagramático de divinas flores lusitanas, españolas y latinas, Corona y ramillete de flores salutíferas, Meditaciones de Santa Brígida y Nuevo modo curioso y artificioso de escribir así en lo divino como en lo humano. También sería autor del libro Viridarium anagrammaticum y de cinco novelas que tienen la peculiaridad de que en cada una de ellas el autor evitó el uso de una vocal, por lo que una de ellas carece de “a”, otra de “e” y así sucesivamente.