Este escritor español del siglo XVI, originario de la isla de la Gomera, estudió en la universidad de Salamanca y allí escribió la única obra que se le conoce, la novela pastoril Ninfas y pastores de Henares, la cual está ambientada en las riberas de nuestro río a pesar de que su autor confiesa en el prólogo de la obra que jamás había visitado ni nuestra ciudad ni las tierras bañadas por el Henares... Aunque, añade a continuación, “las continuas alabanzas a ambos lanzadas por un compañero suyo natural de Alcalá le habían movido a ubicar aquí la acción de su novela”. Curioso, pero cierto. Eso sí, está impresa en Alcalá por Juan Gracián en 1587.

Pastores y ninfas de Henares ha sido reeditada recientemente por la Biblioteca Pública Insular, y es una obra ciertamente flojita cuando no decididamente plúmbea... Como la mayor parte, dicho sea de paso, del farragoso género pastoril que tanto auge alcanzó en el siglo de Oro. Lo cierto es que alguna relevancia debió de alcanzar en su momento dado que Cervantes la recuerda en la famosa purga de libros del Quijote... Aunque sea para condenarla sin paliativos, lo que quiere decir que no debió de gustarle demasiado al autor de La Galatea, otra novela pastoril ambientada asimismo en el Henares.