Este religioso dominico, nacido en 1504 y muerto en 1594, profesó en 1527 y se distinguió rápidamente como un excelente predicador, lo que le abrió las puertas de la corte del emperador Carlos I (o V), radicada entonces en la ciudad de Toledo. Su vinculación con Alcalá viene dada por el hecho de que fue colegial en el colegio que su orden tenía en nuestra ciudad, el de Santo Tomás, cuyo edificio estuvo ocupado hasta hace unos años por la antigua cárcel y hoy, abandonado, espera pacientemente un nuevo destino. A lo largo de los años Juan Gutiérrez fue primero predicador ordinario de su colegio alcalaíno ejerciendo posteriormente esa misma labor ante el rey Felipe II, que le distinguió con su estima. Destacó también Gutiérrez como profesor eminente siendo además gobernador de varios de los más importantes conventos dominicos de nuestro país, tales como los de Salamanca, San Pablo de Valladolid y Atocha. Por último, conviene recordar que fue confesor y amigo de santa Teresa de Jesús, quien le profesó un gran aprecio.