Manuel de Ibarra, nacido en nuestra ciudad en 1855, sería con el tiempo una de las mayores aportaciones que Alcalá dio en el siglo pasado a la política española, aportación no precisamente magra dadas la cantidad y la calidad de los políticos alcalaínos.

Habiendo cursado estudios de Derecho en la Universidad Central madrileña, alcanzó a los veinticinco años la categoría de diputado provincial, que se convertiría más tarde en diputado a Cortes por el distrito de Chinchón y Alcalá; el sistema electoral de la Restauración era entonces similar al inglés, es decir, mayoritario con la elección de un único candidato por cada distrito.

Llegaría también a ser alcalde alcalaíno y secretario y vicepresidente de la Cámara Baja española, alcanzando a ser en 1903 senador vitalicio, tarea que desempeñó de una manera activa llegando a figurar en varias comisiones. Políticamente estuvo adscrito al partido conservador llegando a mantener una gran amistad con Antonio Maura, cuyas directrices siguió siempre con gran fidelidad. Finalmente, Manuel de Ibarra fallecería en 1913 en la vecina localidad alcarreña de Brihuega.

Durante mucho tiempo una de las travesías más importantes de Alcalá, el paseo de la Estación, ostentó su nombre, el cual fue suprimido al devolverle a esta calle su nombre popular que, de hecho, jamás llegó a perder. Hoy, por lo tanto, este alcalaíno se encuentra a la espera de un lugar en el callejero complutense.