Alcarreño de nacimiento y alcalaíno por vocación, este sacerdote y poeta (o poeta y sacerdote, según se quiera mirar) nacido en 1623 y muerto en nuestra ciudad en 1680 es uno de los personajes que, justo he de reconocerlo, más simpáticos me caen de entre todos los de la España del siglo XVII que pasaron de una u otra manera por Alcalá.

Canónigo de la iglesia Magistral alcalaína una vez terminados sus estudios en nuestra universidad, escribiría numerosas composiciones poéticas recopiladas y publicadas en 1722 por Fernando Monge, algunas tan curiosas como una hilarante sátira del modesto y humilde Torote, y también compondría numerosos villancicos.

Sus principales obras son San Justo y Pastor, El rey de los tiburones, El astrólogo y los sacristanes, La Virgen de la Salceda, Las dos estrellas de Francia, Los motes, El paso al río de noche y otras.

El Ayuntamiento alcalaíno le dedicó una calle frente al barrio de los Toreros.