Poeta español del siglo XVI, nacido en Toledo y fallecido probablemente a finales de esa centuria. Es muy poco lo que se conoce de su vida, salvo que era sacerdote, licenciado y, según Portilla, profesor de Teología en la Universidad de Alcalá. No obstante, en Alcalá se le recuerda principalmente por ser el fundador del Seminario de los Niños de la Doctrina Cristiana, o de los Doctrinos, embrión de la actual cofradía de este nombre, movido por estos principios tal como explica Portilla: “Aquí monopolizamos la Ciencia los que vamos a sus cátedras, y yo quiero que también participen en ella los que por no saber leer no pueden valerse de los libros”.

Dentro del ámbito literario su obra más importante es Vergel de flores divinas, compuesto y recopilado por el licenciado Juan López de Úbeda, en el cual se hallarán todas y cualesquiera composturas apropiadas para todas las fiestas del año, así de Nuestro Señor como de Nuestra Señora y de otros muchos santos, publicado en Alcalá en 1582, en cuyo prólogo explica el autor que su intención era la de componer un “Cancionero a lo divino” para fomentar en el pueblo la devoción religiosa, por lo que no es de extrañar que las poesías recopiladas en esta obra estén dedicadas a Jesucristo, a la Virgen, a los apóstoles, a los mártires o a otros santos.

Otras obras de López de Úbeda son Cancionero general de la Doctrina cristiana (1569), Coloquios, glosas, sonetos y Romances é una Elegía del alma, é un Eco, con otras letras del Sangtísimo Sacramento, muy escogidas, bueltas de lo humano á lo divino (Alcalá y Sevilla, 1586), Romance de Nuestra Señora y Santiago patrón de España (Cuenca, 1602), Redondillas de los gloriosos mártires San Sebastián, abogado de la peste, y del señor San Esteban, juntamente con otras de San Agustín y de San Juan Evangelista muy devotas. Y van al cabo otras de Santa Catalina mártir (Cuenca. 1602). Por todas ellas, su nombre figura en el Catálogo de Autoridades de la Lengua.