Las lápidas cervantinas de Alcalá



Una de las diversas maneras de constatar el homenaje a Cervantes en su ciudad natal, es haciendo un recorrido por las lápidas conmemorativas que, adosadas a diferentes edificios, recuerdan los pasos por Alcalá del autor del Quijote. Curiosamente, y salvo alguna excepción, la mayor parte de ellas son muy recientes, lo que indica a las claras que durante mucho tiempo estos homenajes al alcalaíno más ilustre de la historia no pasaron de ser en gran parte pura retórica.

La más antigua de la que tengo constancia ya no existe, y de hecho he encontrado dos versiones diferentes de su historia, aunque en lo fundamental vienen ambas a coincidir. Relata Fernando Sancho1, Luis Madrona para los lectores de sus artículos periodísticos, que en 1851 se descubrió una lápida, con texto nada menos que del afamado poeta Manuel José Quintana, recordando el lugar en el que presuntamente habría estado la casa natal de Cervantes, una tapia de la calle de la Tahona -actual de Cervantes- que cercaba la huerta del vecino convento de los frailes capuchinos situado en la vecina calle de Santiago, justo donde años después se alzaría el Teatro Salón Cervantes.

Por su parte el historiador Josué Llull, en su riguroso trabajo dedicado a las pérdidas del patrimonio complutense entre la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil2, se hace eco asimismo de la creencia de que la casa de Cervantes había estado en ese lugar, aunque retrotrae la fecha del homenaje a 1846 y lo reduce a una iniciativa local promovida y sufragada por Mariano Gallo, un propietario enriquecido por las recientes desamortizaciones que había adquirido el antiguo convento de Capuchinos, del que el citado solar formaba parte, sin que cite intervención alguna de Quintana. Según Llull el día 9 de octubre de 1846 se procedió a descubrir un modesto monumento formado por un busto en yeso de Cervantes, copia de la cabeza de la estatua de la madrileña plaza de las Cortes -recordemos que la estatua alcalaína es posterior a esta fecha- y dos lápidas, que rezaban respectivamente:


Aquí nació Miguel de Cervantes Saavedra, Autor del Don Quijote.
Por su nombre y por su ingenio pertenece al mundo civilizado.
Por su cuna a Alcalá de Henares.
Año de 1846


Y:


A Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Quijote, ingenio el mas eminente de España y uno de los mayores del mundo: aquí donde está el modesto solar en que nació ha erigido este recuerdo a su memoria M. Gallo Alcántara.


Reduciéndose la intervención municipal, aparte claro está -faltaría más- de la asistencia a la ceremonia de la corporación en pleno, al cambio de nombre de la calle de la Tahona, que era donde se ubicaba la aludida tapia, la cual a partir de entonces pasó a llamarse de Cervantes tal como sigue denominándose en la actualidad. Iniciativa barata, añado yo, ya que los gastos corrieron por cuenta de Mariano Gallo.

En realidad el rigor histórico de la atribución, que no pasaba de ser una tradición piadosa, era, incluso a la luz de los conocimientos de la época, bastante más que discutible, lo que motivó que un autor anónimo escribiera la siguiente letrilla humorística recogida por Fernando Sancho:


¡Oh, poder de los destinos!
En la casa de Cervantes
Saturio cría guisantes,
Coles, nabos y pepinos.


Según Llull este homenaje a Cervantes perduró hasta 1886, fecha en la que los nuevos propietarios del solar, vendido algún tiempo antes por Mariano Gallo, tras varios forcejeos con el ayuntamiento, obtuvieron permiso para demoler las tapias, aunque se les exigió la entrega de las lápidas y el busto. Anteriormente se había barajado la posibilidad de que el ayuntamiento adquiriera el solar para la construcción de algún edificio -biblioteca, instituto, teatro o museo- que pudiera preservar el recuerdo del escritor, pero como suele ocurrir en estos casos todo se había quedado en agua de borrajas, mientras los nuevos propietarios, lógicamente, tenían otros intereses más prosaicos. Conviene recordar, no obstante, que esto fue justo lo que ocurrió con la casa en la que falleció Cervantes, en la madrileña calle de Lope de Vega, demolida en su totalidad algunas décadas antes para construir en su solar una insulsa casa de vecindad. Como dice el refrán, en todas partes cuecen habas.

Cierto es que hubo voces que se alzaron contra esta presunta tropelía, presunta porque en realidad, y a diferencia del edificio madrileño, no había la menor certeza histórica de que la casa natal de Cervantes hubiera estado realmente allí, algo que corroboraría años después Astrana Marín al descubrir la verdadera ubicación de la misma en la calle de la Imagen. De hecho éste fue el argumento esgrimido por el municipio para justificar el permiso, pero como no hay mal que por bien no venga, la polémica sirvió para que saliera adelante la hasta entonces atascada iniciativa de adquirir el disputado solar con objeto de construir en él un teatro, el actual Teatro Salón Cervantes, dedicado al autor del Quijote por razones obvias pese a la coincidencia de nombre con el antiguo corral de comedias. Y, puesto que el ayuntamiento seguía sin tener dinero suficiente para financiar la iniciativa, ésta correría a cargo de una sociedad de copropietarios que, tras llevar adelante las obras en un tiempo récord -un mes escaso-, inauguró el nuevo coliseo en la primavera de 1888.

Nada he podido averiguar sobre el paradero de los distintos elementos del monumento de 1846 una vez entregados al ayuntamiento, pero éste no debió de ser muy halagüeño -es tradición acrisolada la habilidad municipal para perder objetos valiosos sujetos a su tutela, como ocurrió hace unos años con los famosos lienzos de Félix Yuste retirados del techo del corral de comedias- ya que, según todos los indicios, éstos no llegaron a ser restituidos a su ubicación original una vez construido el Teatro Salón Cervantes.

Así pues, cuando en 1905 llegó el momento de conmemorar el tercer centenario de la publicación del Quijote, ni cortos ni perezosos los responsables de la organización de los actos persistieron en el empeño -los errores, aun los más garrafales, acostumbran a ser tozudos- descubriendo una nueva lápida justo en el mismo lugar; aunque paradójicamente no en la fachada del Teatro Salón Cervantes, como dentro de lo que cabe hubiera sido lo más lógico, sino al lado de las taquillas, en una tapia de fines del siglo XIX que ha perdurado hasta que hace poco se construyera allí el actual edificio anejo... lo cual, se mire como se mire, no dejaba de ser un tanto chusco.

Puesto que se conserva una fotografía de esta segunda lápida, podemos conocer el texto de la misma. Éste, con falta de ortografía incluida, decía lo siguiente:




Lápida de la calle de Cervantes


AQUI ESTUVO LA CASA
DONDE NACIÓ
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
AUTOR DEL QUIJOTE

HOMENAGE DE LA CIUDAD DE ALCALÁ DE HENARES
A SU HIJO ESCLARECIDO

MAYO DE MCMV



Postal de mediados de los años cincuenta en la que se aprecia la lápida colocada en la Casa de Cervantes


No fue sino hasta 1948 cuando el prestigioso cervantista Luis Astrana Marín dio a conocer la verdadera ubicación de la casa natal de Cervantes, en el número 2 de la calle de la Imagen -la fachada actual de la calle Mayor fue un añadido-, y supongo que sería entonces cuando se hizo desaparecer discretamente la lápida, que hoy está perdida aunque a mi modo de ver podría habérsela simplemente trasladado de lugar. Cuenta Sancho que, tras comprarla en 1953, el Ayuntamiento alcalaíno se apresuró a colocar una lápida en la “nueva” casa de Cervantes, con un texto que decía:




Fotografía del Archivo Santos Yubero


CASA DONDE NACIÓ
EL PRÍNCIPE DE LOS INGENIOS
ADQUIRIDA POR
EL EXCMO. AYUNTAMIENTO
PARA
MUSEO Y BIBLIOTECA CERVANTINOS


Pues bien, continuando con el maleficio ni tan siquiera así esta cuarta lápida perduraría. Aunque las fotografías de Santos Yubero, tomadas en 1954 durante la celebración del Día de Cervantes, muestran que la lápida seguía allí y que la restauración del edificio todavía no había comenzado, ya que en una de ellas se aprecia la tapia del solar que fue convertido en el jardín y la actual puerta de acceso, cuando en 1956 se inauguró la remozada casa de Cervantes el nuevo y flamante museo quedaría como única referencia de su nacimiento, sin que mediara lápida alguna.

Por esta razón, la más antigua de las que se conservan actualmente es la que, adosada a la fachada del cercano convento de carmelitas de la Imagen, recuerda la estancia en él de una de las hermanas de Cervantes. Aunque su erección fue aprobada en el pleno municipal de diciembre de 1942, al carecer de fecha desconozco el momento en el que fue descubierta, por lo que quizá éste pudiera haber sido algo posterior.




Lápida del convento de la Imagen


EL Exmo. AYVNTAMIENTO de esta CIUDAD
a la memoria de
Sor Luisa de Belen de Cervantes
Hermana del
PRINCIPE de los INGENIOS ESPAÑOLES
Que desempeñó tres veces el cargo de PRIORA
en este Monasterio de Religiosas Carmelitas
de la PVRÍSIMA CONCEPCION

Habría que esperar hasta 1997 para que, al socaire de la celebración -un tanto forzada, la verdad- de 450º aniversario del nacimiento de Cervantes, volviera a haber en la ciudad alguna lápida alusiva al propio Miguel; y no una, sino nada menos que cuatro. La primera de ellas se instaló sobre un pequeño plinto en el jardín de entrada de la casa de Cervantes. Está realizada en bronce y reza lo siguiente:




Lápida de la casa de Cervantes


Aquí nació
Miguel de Cervantes Saavedra
“El manco sano, el famoso todo,
el escritor alegre,
el regocijo de las musas”
Año 1997
CDL Aniv. Nacimiento de Cervantes

Ciertamente la redacción resulta ser un tanto rebuscada. Vecina a este edificio, en la otra esquina de la calle de la Imagen con la calle Mayor, se alza la casa de la Calzonera, que también fue en su día propiedad de la familia de Cervantes. Adquirida hace años por la Universidad, que la restauró. En su fachada campea esta otra lápida gemela de la anterior:




Lápida de la casa de la Calzonera


Esta fue en tiempos la conocida
“Casa de la Calzonera”,
propiedad de la familia de
Miguel de Cervantes
Año 1997
CDL Aniv. Nacimiento de Cervantes

La tercera lápida, asimismo con el mismo diseño de las dos anteriores, se encuentra en la fachada del número 11 de la calle de Libreros, en el tramo comprendido entre la calle del Tinte y la de Nebrija; puesto que se trata de un edificio moderno con grandes rótulos comerciales, de no fijarnos lo suficiente podría pasar desapercibida. En esta ocasión se hace alusión a una de las obras más conocidas de Cervantes, la Galatea, una novela pastoril ambientada precisamente en las riberas del Henares:




Lápida de la casa de la calle de Libreros


Aquí estuvo la imprenta
de I. Gracián, donde en 1585
vio la luz “La Galatea”,
primera novela
de Miguel de Cervantes
Año 1997
CDL Aniv. Nacimiento de Cervantes

La relación de placas conmemorativas del nacimiento de Cervantes se completa con la existente en la torre de la antigua parroquia de Santa María la Mayor, en la plaza de Cervantes, donde fuera bautizado el escritor el 9 de octubre de 1547. Arruinada la iglesia en 1936, de ella sólo quedan hoy la Capilla del Oidor, habilitada como sala de exposiciones, y la citada torre, siendo esta última el lugar elegido para instalar la lápida. A diferencia de las anteriores es de piedra, y aparece firmada por la Institución de Estudios Complutenses:




Lápida de la casa de la torre de Santa María


IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
ROCA DE LAS AGUAS BAUTISMALES DE
Miguel de CERVANTES,
MANANTIAL DE FABULOSO RÍO,
GARGANTA ABIERTA Y LUMINOSA.
ALCALÁ, 1547-1997

I.EE.CC.


La última de las lápidas presentes en las calles del casco antiguo de la ciudad data de 2004 y conmemora, anticipándose en un año, el cuarto centenario de la edición de la primera parte del Quijote. Realizada en piedra y de mayor tamaño que las anteriores, la lápida está adosada a la recién remozada fachada del antiguo colegio menor de Teólogos de la Madre de Dios, sede actual del Colegio de Abogados, al inicio de la calle de los Colegios. El texto dice lo siguiente:




Lápida del antiguo colegio de la Madre de Dios
Fotografía de Juan de la Plaza


En el Colegio de los Teólogos de la Madre de Dios
de la Universidad de Alcalá
el licenciado Francisco Murcia de la Llana
en primero de diciembre de 1604
firmó el testimonio de las erratas
de la primera parte del Ingenioso Hidalgo
Don Quixote de la Mancha de Miguel de Cervantes
La Ciudad de Alcalá de Henares
En el IV Centenario de la publicación del Quijote
1 de Diciembre 2004

Existe otra lápida, bastante alejada del resto ya que está situada en el pequeño parque que se alza en la confluencia de la avenida de Pastrana con la Ronda Fiscal, sobre el solar que hasta hace algunos años ocupara la cerámica Cermag. Inaugurada durante la conmemoración del centenario de la publicación del Quijote, está colocada sobre un pequeño plinto de ladrillo y recoge una cita extraída del Quijote en la que se menciona a Alcalá y a la vecina cuesta del Zulema:




Lápida del parque Cermag


... y, aun haré cuenta que
voy caballero sobre el
caballo Pegaso, o sobre
la cebra o alfana en que
cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque,
que aún hasta ahora yace encantado en la gran
Cuesta Zulema, que dista poco de la gran
Compluto.

(Capítulo XXIX del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha)
Hijos y Amigos de Alcalá        Excmo. Ayto. de Alcalá
Octubre del 2005

A diferencia de la conmemoración del centenario de la edición del Quijote, las del centenario de la edición de la segunda parte y de la muerte de Cervantes, que tuvieron lugar respectivamente en 2015 y 2016, pasaron en Alcalá con bastante más pena que gloria, al menos en lo que respecta a la inauguración de monumentos o lápidas que recordaran a estos eventos. La única excepción fue la plantación de un roble americano en el recinto del Parque O’Donnell, la cual fue acompañada por una lápida en la que quedó reflejado el acto... celebrado, por cierto, con retraso y fuera ya del arco cronológico del Año Cervantes ya que, aunque el acto estaba previsto inicialmente para el 26 de noviembre de 2016, fecha que figura en la lápida, éste hubo de ser pospuesto hasta el 21 de enero de 2017.

Con independencia de que el roble arraigue -esperemos que sí- y pueda convertirse en un elemento singular del baqueteado parque, el inventario de lápidas cervantinas se vio incrementado con ésta, colocada al igual que la anterior sobre un plinto de ladrillo y ubicada junto al paseo que comunica a la calle Daoíz y Velarde con el Paseo de los Pinos, frente a la tapia de las piscinas:




Lápida del Parque O’Donnell


En un lugar del Parque O’Donnell
plantamos este roble que llamamos
Cervantes para que recuerde el
IV Centenario de la desaparición
de nuestro paisano más ilustre.
Noviembre de 2016
IV CENTENARIO CERVANTES

Complutenses por el Parque O’Donnell
A.C. Hijos y Amigos de Alcalá
Complejo Turístico El Olivar
Colabora: Excmo. Ayuntamiento de Alcalá de Henares

Cinco meses más tarde, en abril de 2017, el Ayuntamiento complutense descubrió una placa en la fachada del número 8 de la calle de Cerrajeros recordando la memoria de las personas que, con riesgo incluso de su vida, lograron salvar el libro que contenía la partida de bautismo de Cervantes escondiéndolo en el pozo de esta vivienda:




Placa de la calle Cerrajeros


En el pozo de esta casa permaneció oculto, durante la Guerra Civil,
el libro que contiene la partida bautismal de D. Miguel de Cervantes.
El Ayto. de Alcalá de Henares en reconocimiento a los vecinos
Juan Raboso, César Manero y Francisco del Río.
Gracias a su actuación conservamos hoy la partida bautismal
que une de manera inequívoca el nombre de Cervantes a nuestra Ciudad.

7 de abril de 2017




1 SANCHO HUERTA, Fernando (Luis Madrona). Bagatelas. Ed. Hijos de Fernando Sancho Huerta. 2ª edición. Alcalá de Henares, 1988.

2 LLULL PEÑALBA, Josué. La destrucción del patrimonio arquitectónico de Alcalá de Henares (1808-1939). Col. Monografías de Humanidades, nº 13. Universidad de Alcalá. Alcalá de Henares, 2006.


Publicado el 24-8-2007
Actualizado el 19-2-2023