Las réplicas (o casi) del Don Quijote y el Sancho alcalaínos





Don Quijote y Sancho, de Pedro Requejo Novoa



Sin duda la escultura más popular con diferencia de Alcalá es la formada por las figuras de Don Quijote y Sancho Panza situadas frente a la casa de Cervantes, en la calle Mayor, por delante incluso de la de su creador que preside desde hace siglo y medio la plaza de su nombre.

Paradójicamente son recientes, puesto que fueron inauguradas en 2005 coincidiendo con la conmemoración del cuarto centenario de la edición de la primera parte del Quijote. Su autor, como es conocido, fue Pedro Requejo Novoa, un afamado escultor muy vinculado a Alcalá y al que debemos, además de éstas, otras esculturas como la de Cisneros y los Santos Niños o la de Juan Pablo II.

Lo que quizá no sea tan conocido es que las esculturas alcalaínas tienen “hermanas” en al menos otras dos localidades españolas, Puebla de Sanabria y Béjar, y es que ya se sabe que los escultores acostumbran a repetir, con mayores o menores variantes, sus obras más afamadas.

Comencemos con Puebla de Sanabria, una población zamorana de apenas 1.400 habitantes situada a orillas del río Tera y cercana al lago homónimo, enclavado en un paraje natural de gran valor paisajístico. Puebla está considerada como una de las localidades más bellas de España, y realmente el reconocimiento es merecido. Además de su cuidado casco histórico cuenta con varios monumentos importantes como son la iglesia de Santa María del Azogue, el impresionante castillo de los Condes de Benavente y el Ayuntamiento, sin olvidar su interesante Museo de Gigantes y cabezudos. Les puedo asegurar que merece una visita, preferiblemente con una escapada al lago.




Don Quijote de Puebla de Sanabria


Pero lo que nos interesa aquí es la escultura de Don Quijote que se encuentra en el patio de armas del castillo. Aunque no he podido determinar la fecha exacta de su inauguración, todo parece indicar que debió de ser a raíz de una exposición de medio centenar de sus obras que se celebró en el castillo en septiembre de 2018, motivada por las raíces familiares del escultor en la comarca sanabresa, de la cual esta escultura pasó a formar parte del patrimonio de la villa. Se da la circunstancia de que en el verano de 2020 estuve en Puebla, pero dado que ya conocía el castillo de otras visitas anteriores preferí visitar otros monumentos... sin ser consciente de la existencia de la escultura, de cuya existencia tuve noticias gracias a un amigo que también me proporcionó la fotografía que reproduzco.

Comparando las dos fotografías, la de Alcalá y la de Puebla, todo parece indicar que la segunda es una réplica exacta de la alcalaína, aunque a esta última le falta la compañía de su escudero. No obstante, tendré que esperar a una próxima visita -acostumbro a veranear en la provincia de Zamora- para poder verla con mis propios ojos y confirmar la evidencia.




Don Quijote y Sancho Panza de Béjar. Fotografía tomada de Escultura urbana de Aragón


De Puebla de Sanabria pasamos a Béjar, una ciudad de 12.500 habitantes situada al sur de la provincia de Salamanca lindando ya con la de Cáceres, de la que la separa la sierra homónima. Béjar mantiene una larga tradición cervantina motivada por la dedicatoria de Cervantes al duque de Béjar en la primera edición del Quijote, que se traduce en una estatua del escritor alcalaíno, una lápida conmemorativa, el teatro local bautizado con su nombre... y desde el 19 de agosto de 2016, en conmemoración del cuarto centenario de la muerte de Cervantes, el grupo escultórico de Don Quijote y Sancho Panza, muy parecidos a los alcalaínos aunque no idénticos.


Don Quijote y Sancho Panza de Béjar (detalle). Fotografías tomadas de Escultura urbana de Aragón


El grupo escultórico se encuentra ubicado en pleno corazón de la ciudad, frente al teatro Cervantes, y comparte asimismo con el nuestro el detalle del banco, aunque la colocación de las dos figuras es la contraria a la de Alcalá, con Quijote a la izquierda y Sancho Panza a la derecha. En lo que respecta al primero no está sentado, aunque con una pierna flexionada y el pie apoyado en el banco. Tampoco sostiene la lanza, que ha trocado en un papel semienrollado, y carece asimismo de la bacía que oficiaba de yelmo, aunque sí conserva la espada. Pero por lo demás la similitud de las dos esculturas es patente, tanto en la expresión del rostro como en la armadura y el gesto de la mano, que pasa a ser la izquierda en lugar de la derecha.

Algo similar ocurre con Sancho Panza, sentado en una postura muy parecida a la de su hermano alcalaíno y “a lo suyo”, más atento al yantar -en Alcalá- o a empinar -en Béjar- que a la perorata que le está soltando su patrón. En cualquier caso ambos monumentos son una muestra patente del buen hacer del escultor, por más que se trate de, utilizando un término musical, variaciones sobre un mismo tema.


Publicado el 11 de junio de 2021