Los décimos de lotería del cuarto
centenario
de la muerte de Cervantes
Dentro de la triste conmemoración oficial, durante el pasado mes de abril, del cuarto centenario de la muerte de Cervantes -ya se sabe que esto no es Inglaterra y que para la sociedad española un deportista siempre será mucho más importante que un escritor o un artista-, destaca la iniciativa, modesta pero loable, de la Lotería Nacional, que dedicó a éste y al Quijote los décimos de cuatro de los cinco sorteos celebrados durante los sábados de este mes.
Más concretamente estos cuatro décimos rinden homenaje a la magnífica exposición Miguel de Cervantes: de la vida al mito que estuvo abierta en la Biblioteca Nacional entre marzo y mayo de 2016, en la cual se tuvo ocasión de contemplar importantes libros, documentos -entre ellos la partida de bautismo- y obras de arte relacionados con el escritor alcalaíno y con su obra, como lo acredita el logotipo de esta institución que aparece encima de las respectivas ilustraciones.
Siguiendo el orden cronológico el primer décimo cervantino fue el del sorteo del 2 de abril, y en él se reproduce la cubierta de un calendario italiano editado en 1926 e ilustrado con escenas del Quijote. Como puede observarse Don Quijote o, por decir mejor, el que todavía era Alonso Quijano, aparece sentado rodeado de libros de caballerías, uno de los cuales lee, mientras al fondo se perfilan las siluetas de varios molinos de viento.
El 14 de abril, dos semanas más tarde -el sorteo del día 9 estuvo dedicado a la Asociación española contra el cáncer-, el décimo reproducía la escena Don Quijote y Sancho Panza ven El Toboso en la distancia al caer la tarde, obra del pintor y grabador francés Célestin Nanteuil (1813-1873), vinculado al romanticismo e ilustrador de ediciones de Teófilo Gautier, Honorato de Balzac, Alejandro Dumas o Víctor Hugo, entre otros, y asimismo autor de litografías basadas en cuadros de pintores como Velázquez, Ribera o Ticiano. El grabado que nos ocupa fue editado en Madrid en torno a 1855.
El 23 de abril, aniversario de su muerte -aunque en realidad ésta tuvo lugar en la noche del día anterior-, el décimo estuvo dedicado, como cabía esperar, al propio Cervantes, reproduciéndose la estatua que se alza junto a la escalera de entrada a la sede principal de la Biblioteca Nacional, labrada en 1892 por el escultor catalán Juan Vancell y Puigcercós (Guixes, Lérida, 1848 - post. 1906).
El décimo del 30 de abril, por último, reprodujo otro dibujo del Quijote, obra del pintor francés Charles-Antoine Coypel (1694-1752) y editado en París hacia 1725. Autor de una serie de 28 cartones de temática cervantina, sobre los que fueron confeccionados otros tantos tapices en la famosa fábrica de tapices de los Gobelinos, Coypel dibujó también 20 escenas del Quijote, entre ellas ésta, que fueron grabadas por varios grabadores e impresas en París entre 1725 y 1728.
Publicado el 9-6-2016