Hace unas semanas, durante un viaje que realicé a la localidad malagueña de Ronda, me encontré con una inesperada lápida conmemorativa dedicada a Cervantes. Y digo inesperada porque, pese a buscarlo con anterioridad al viaje, yo no había conseguido encontrar referencias acerca de la existencia de algún tipo de homenaje al escritor complutense, por lo cual para mí fue toda una sorpresa toparme literalmente con ella mientras deambulaba por las calles de esta bella población andaluza. Tiempo después descubrí que no era esta lápida el único vestigio cervantino existente en Ronda, pero esto es algo que veremos más adelante.

Centrémonos en la lápida. Ésta está adosada a la fachada de la que fuera durante siglos la Posada de las Ánimas, un edificio construido en el siglo XVI que fue utilizado como tal hasta el XIX. Arruinado y prácticamente desaparecido, a excepción de la fachada, fue restaurado o, mejor dicho, reconstruido sin respetarse su distribución original, instalándose allí un centro de día para jubilados -personas mayores, en la jerga buenrrollista al uso- gestionado por la Junta de Andalucía.

Pese a todas estas transformaciones la antigua posada, de típica arquitectura rondeña, muestra una interesante portada sobre la que se alza un adornado balcón en el que se abre una hornacina con la imagen de la Virgen del Carmen. El edificio se encuentra situado, dicho sea esto para los viajeros curiosos, en la esquina de la calle de los Yeseros con la de los Vicentes, en el barrio del Mercadillo, uno de los nuevos arrabales que se construyeron al otro lado del profundo tajo del río Guadalevín tras la reconquista de la ciudad a finales del siglo XV, frontero con el ensanche dieciochesco que se trazó tras la construcción del Puente Nuevo y que hoy constituye el centro de la ciudad.

La lápida está situada en la fachada principal junto a la puerta de entrada, y se hace eco una tradición local, cuya verosimilitud histórica no me ha sido posible constatar, según la cual Cervantes habría estado alojado en esta posada durante la accidentada etapa de su vida en la que ejerció de recaudador de alcabalas por Andalucía. En cualquier caso, se non è vero, è ben trovato. Otro personaje ilustre que se hospedó allí fue el escritor inglés Richard Ford, uno de tantos viajeros románticos que recalaron en Ronda a lo largo del siglo XIX.

Lápida de la Posada de las Ánimas

Fundida en bronce, la lápida reproduce el conocido -y apócrifo- retrato de Cervantes atribuido a Juan de Jáuregui, junto con la siguiente inscripción:

POSADA DE LAS ANIMAS
EN ESTE LUGAR HABITO
EL INSIGNE ESCRITOR
D. MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

EL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE RONDA Y EL
CENTRO DE LA TERCERA EDAD DEL I.A.S.S.
LE DEDICAN ESTA PLACA CON MOTIVO DE LOS
ACTOS DE HERMANAMIENTO CON LA CIUDAD
MARROQUI DE CHEFCHAUEN

4 DE SEPTIEMBRE DE 1993

En la parte inferior derecha, bajo la fecha, aparece la firma del escultor, Cabeza, de quien no he podido encontrar la menor referencia aunque cabe suponer que sea éste su apellido.

Llama la atención el hecho de el Ayuntamiento rondeño, no se molestara en buscar ninguna efeméride cervantina para justificar la erección de la placa, ni tan siquiera forzando la cronología tal como hiciera el complutense en 1997 con ocasión del 450º aniversario de su nacimiento; según reza en el texto que aparece labrado en ésta, el motivo de su descubrimiento fue algo tan peregrino, dada su carencia de vinculación con el autor del Quijote, como el hermanamiento entre Ronda y Chefchauen, una ciudad marroquí cercana a Tetuán más conocida como Chauen o Xauen. Y Cervantes, recordémoslo, aunque estuvo cautivo en Argel jamás pisó en su vida Marruecos, al menos que yo sepa, amén de que por entonces Chauen, considerada ciudad santa por los musulmanes, estaba cerrada a los extranjeros. Cosas de los políticos...

Rótulo del colegio Miguel de Cervantes

Además de la lápida existen en Ronda, tal como he adelantado, otros dos homenajes al autor del Quijote. El primero de ellos es el colegio público a él dedicado, el cual está situado en la avenida de Málaga, en el ensanche norte de la ciudad. Según su página web abrió sus puertas en noviembre se 1969, aunque sería al inicio del curso siguiente, en septiembre de 1970, cuando empezó a funcionar ya de forma definitiva. En el curso 1999-2000 sufriría una importante ampliación, construyéndose un nuevo edificio dedicado a la Educación Infantil. El colegio, además, cuenta en su fachada principal con un rótulo de azulejos en el que está escrito el nombre de nuestro escritor, al tiempo que en uno de los laterales ha sido pintado un mural reproduciendo su retrato -una vez más según la versión de Jáuregui, en esta ocasión estilizada- y una copia del conocido dibujo de Don Quijote y Sancho Panza realizado por Picasso.

Mural del colegio Miguel de Cervantes

Termina la presencia cervantina en Ronda con una calle, bautizada con el nombre de Escritor Miguel de Cervantes. Sin embargo ésta no se encuentra en la propia ciudad sino en una urbanización de chalets adosados situada a las afueras de ésta, junto a la carretera que conduce a Marbella. Aunque no la llegué a visitar dado que en ese momento desconocía su existencia -los mapas que nos proporcionaron en la oficina de turismo no recogen estas urbanizaciones periurbanas-, según las fotografías publicadas en Google Maps esta calle no tiene nada de particular aunque sí es bastante larga, presentando el tradicional aspecto anodino de este tipo de urbanismo que tanto ha proliferado en los últimos tiempos en España.