Las dos representaciones del Quijote que reproduzco en este artículo tienen varias cosas en común que, al mismo tiempo, las diferencian de otras. Ambas son sevillanas, y conforme se aprecia en las fotografías parecen estar ubicadas, más que en la vía pública, en las terrazas de unos establecimientos hosteleros, lo que induce a pensar que sean lo que yo denomino “Quijotes privados”, por tratarse de iniciativas particulares y no institucionales.

Anverso de la primera postal

Lamentablemente mi única fuente de documentación son dos viejas postales de 1967 que conseguí en internet con varios años de diferencia, por lo que desconozco cual pueda ser su situación actual más de medio siglo después. Tampoco las vi en ninguna de las ocasiones que he visitado la capital andaluza, aunque esto no tiene nada de extraño dadas sus circunstancias, máxime teniendo en cuenta que, como cabe suponer, yo no recorrí ni de lejos la totalidad de las numerosas terrazas hispalenses.

Asimismo el lugar en el que están tomadas las fotografías, frente a la Torre del Oro y al otro lado del Guadalquivir, aunque céntrico, se encuentra fuera de la zona turística de la ciudad, en el extremo sur del barrio de Triana y probablemente en las cercanías del puente de San Telmo, por lo que tampoco se trata de un sitio con el que te puedas topar al deambular por el casco antiguo sevillano.

Reverso de la primera postal

Las dos esculturas del hidalgo y su escudero tienen además un típico aspecto casero si se me permite la expresión, muy alejadas de los severos monumentos oficiales y bastante parecidas, por el contrario, a las que adornan diferentes establecimientos alcalaínos, de las cuales doy cumplida cuenta en los correspondientes artículos. Esto no quiere decir que carezcan de interés, aunque al no disponer de más referencias fotográficas y no conocerlas personalmente, poco más es lo que puedo precisar salvo lo que se aprecia en las postales.

Aunque tal como he comentado ambas fotografías están tomadas frente a la Torre del Oro, el encuadre varía ligeramente de una a otra, apreciándose en la segunda -no así en la primera- el extremo superior de la Giralda, por lo que cabe suponer que sus respectivas ubicaciones debían ser cercanas. Dado que las dos postales no sólo fueron editadas por la misma editorial -Beascoa- sino que además cuentan con números de serie y depósitos legales consecutivos, cabe concluir que las fotografías hubieron de ser tomadas en el mismo momento y en lugares próximos; y aunque en los dos casos las esculturas son un simple acompañamiento -los rótulos están dedicados a Sevilla, sin la menor mención a los personajes cervantinos-, son precisamente éstas las que a mí me llamaron la atención, por más que constituyeran un simple complemento.

Anverso de la segunda postal

La editorial, como acabo de comentar, era Beascoa, responsable de una pequeña serie -tengo localizadas tan sólo cuatro postales- dedicada a nuestra ciudad y fechada en 1966, un año antes que las sevillanas. Poco más es lo que puedo añadir, salvo reproducir las postales y comentar sus imágenes.

La primera está catalogada con el número 562 y registrada con el depósito legal B. 16109-X, correspondiente al año 1967. El texto explicativo, en español, inglés y francés, reza “ Sevilla. Torre del Oro y vista parcial”.

Reverso de la segunda postal

En el anverso aparecen en primer plano, con el fondo del conocido monumento sevillano, unas esculturas de Don Quijote y Sancho Panza realizadas en una filigrana de hierro que les da un aspecto etéreo aunque sin renunciar a la naturalidad. Las dos figuras están de pie, el hidalgo sosteniendo una lanza en la mano derecha mientras sujeta un libro con la izquierda, y el escudero, muy a lo suyo, empinando una bota de vino con las dos manos.

La segunda postal tiene el número 563 y el depósito legal B. 16110-X, y reza simplemente como “Sevilla. Vista parcial” en los tres idiomas anteriores y en alemán. Las esculturas, con unos encuadres parecidos y en esta ocasión jinetes en Rocinante y el Rucio, parecen ser de cerámica y están policromadas, lo que les da un aspecto muy diferente a las anteriores.