Pese a su cercanía con Alcalá y su secular vinculación histórica, Torrejón no ha rendido homenaje a Cervantes y a sus personajes hasta fechas muy recientes, a excepción de una calle dedicada a Cervantes en el casco antiguo de la población y un colegio público bautizado con su nombre situado en la avenida de Madrid, junto al parque de las Veredillas.

Monumento al Quijote. Vista general

En 2005, coincidiendo con la conmemoración del IV Centenario de la publicación del Quijote, el vecino municipio erigió un monumento dedicado a don Quijote y Sancho Panza. Éste se alza en un lugar un tanto alejado del casco urbano, una pequeña glorieta situada en la confluencia de las calles San Fernando y del Puerto de Navacerrada, junto al instituto de bachillerato León Felipe y cercana a la avenida de las Fronteras, la principal vía de salida de Torrejón a la vecina autovía A-2.

Monumento al Quijote. Detalle

Según los datos recogidos en la página web Escultura urbana, el autor de la obra es el escultor José Luis Fernández (Oviedo, 1943), responsable de varias esculturas existentes en Torrejón, junto con otras tales como el monumento a Gaudí de León u otras emplazadas en su Asturias natal. Se trata de un monumento de bronce de 3 metros de altura por algo más de uno de ancho, en el cual sobre un pedestal cilíndrico se encuentran sentadas las figuras de don Quijote y Sancho, en el momento en que el hidalgo expone sus reflexiones al escudero, el cual le escucha con ademán pensativo. El monumento fue inaugurado, como quedó dicho, en 2005, aunque en el pedestal no figura la fecha oficial.

Lo que sí aparece en éste, junto con el escudo de la localidad, es la siguiente frase extraída del Quijote:

Monumento al Quijote. Inscripción

AYUNTAMIENTO DE
TORREJÓN DE ARDOZ
IV CENTENARIO DEL QUIJOTE

---

(EN ESAS Y OTRAS PLÁTICAS SE
LES PASÓ GRAN PARTE DE LA
NOCHE, Y A SANCHO LE VINO EN
VOLUNTAD DE DEJAR CAER LAS
COMPUERTAS DE LOS OJOS...)

---

Quijote de la Casa Grande. Fotografía de Montsol publicada en Panoramio

Recientemente descubrí en internet otro monumento dedicado al Quijote, aunque éste no está situado en una vía urbana sino en un patio de la Casa Grande, un conocido hotel y restaurante de la localidad que atesora una considerable cantidad de objetos de arte, incluyendo su famoso museo de iconos. En esta ocasión se trata de una cabeza de bronce cuyo estilo recuerda a las obras de Aurelio Teno, aunque lamentablemente no he podido determinar ni su autoría ni el momento en el que ésta fue erigida.

---

No acaban aquí las referencias cervantinas en Torrejón, ya que existe una más en forma de dos lápidas ubicadas en las respectivas fachadas del edificio situado en la confluencia de la avenida de la Constitución con la calle Jabonería, muy cerca de la estación de ferrocarril. Éste es de construcción relativamente reciente, y sigue una estética casticista imitando el aparejo toledano de ladrillo visto alternado con cajones de falsa mampostería. No se trata de ninguna construcción singular, sino de un edificio de viviendas con locales comerciales en su planta baja.

Las lápidas, según todos los indicios, fueron fruto de una iniciativa privada de los propios constructores del edificio, y con toda probabilidad datarán del momento en que fue construido éste, aunque no están fechadas. Su texto, idéntico en ambas, hace alusión a una hipotética presencia cervantina en ese lugar, y digo hipotética primero porque no tengo constancia de que la antigua herrería de Torrejón estuviera allí, y segundo porque la propia redacción, amén de desenfadada, resulta ser bastante poco verosímil, al menos hasta donde alcanzan mis conocimientos sobre la biografía de Cervantes... eso sin contar, además, con que el episodio que relatan no dejaría de ser, en cualquier caso, anecdótico. Lo cual no impide, eso sí, que se tratara de una iniciativa simpática a la que es justo reconocer su valía. Como bien dice la conocida locución italiana, Se non è vero, è ben trovato.

Lápida de la avenida de la Constitución
Fotografía de Pedro Manuel García Carvajal

AQUI CERVANTES, CON SUS LACAYOS, HERRABAN
LAS CABALLERIAS Y REPARABAN LAS GALERAS
Y CARROS, CUANDO ERA RECAUDADOR DE
IMPUESTOS Y TOMABAN SUS BUENOS VINOS
Y PINCHOS DE LA EPOCA